Bienvenidos a este humilde pero sincero espacio. Aquí escribo mis pensamientos, cosas que me preocupan, algunas vivencias, historias que conozco... lo que me dicta el corazón para compartirlo con otras personas, es una manera de saber que no estamos solos en este mundo virtual y poder hacerlo más real y cercano. Me gusta escribir y me siento bien haciéndolo, ojala estás letras lleguen a ustedes como yo quisiera. Siéntanse libres de comentar lo que deseen. Gracias por estar aquí.

martes, 20 de noviembre de 2012

Una mujer puede vivir sin un hombre, pero sin amigas, ¡jamás!



Hace un momento leyendo algunos comentarios de días anteriores, tropecé con uno que lo suscribe Marla, con el que estoy totalmente de acuerdo. Ella dice entre otras cosas que una mujer puede vivir sin un hombre pero sin amigas no. Está en lo cierto. Para que no haya confusiones aquí mismo dijimos hace unos días que las mujeres y los hombres no pueden vivir los unos sin los otros y todos explicamos por qué, pero era referido a géneros no estábamos hablando de pareja, aunque coincidimos que vivir solo no debe llenar de felicidad a nadie.
En este caso Marla se refiere a un hombre como pareja. Yo estoy de acuerdo con ella en lo que plantea porque aunque no es mi caso (yo tengo pareja) entiendo muy bien a qué se refiere. Y es a eso que nos dan las amigas que nadie más puede hacerlo, ni siquiera el hombre que amamos.
Por ejemplo, yo tuve un fin de semana que no comenzó nada bien, me sentía realmente muy mal por algo que ocurrió. Pero el sábado después de mediodía todo comenzó a mejorar, mi ánimo se levantó, volví a reír… y no crean que fue porque resolví el susodicho problema, no, aún está ahí, latente… pero a pesar de eso terminé pasándolo muchísimo mejor. ¿Gracias a quién? A mi amiga, a mi hermanita.
Por eso hoy leyendo el comentario de Marla, sus palabras me sacaron una sonrisa y me dieron el tema para este post. Porque la amistad es una paloma que en su vuelo va dejando cariño, afecto y una inolvidable estela de dicha infinita.
Nunca los hombres entre ellos podrán tener el tipo de relación que pueden llegar a tener dos mujeres que se quieran, por muy amigos que sean. Una mujer por otra es capaz de cualquier cosa, nos unimos cuando nos va mal, lloramos juntas y si una está mal todas las fuerzas se unen por y para ella. Cuando se juntan más de dos o tres mujeres... peligro... somos capaces de TODO, pobre del que caiga en el sartén.
Hay personas que pasan por nuestra vida y se convierten en alguien muy importante para nuestro vivir diario. Tanto así que no podemos estar sin ellos, sin sus consejos y palabras. Necesitamos de esa mano amiga, esos oídos que siempre están prestos para escucharnos. ¿A quién recurrimos cuando algo bueno o malo nos pasa? ¿A quién revelamos nuestros secretos? ¿Con quién hablamos de amor, de sexo, con quién lloramos, a quién confiamos nuestros hijos, etc.? La lista podría muy extensa pero llegaríamos a la misma conclusión: las mujeres siempre acudimos a otras mujeres.
Contamos para millones de cosas con nuestra pareja, papá, con un gran amigo, pero no nos engañemos, para los buenos y malos momentos, los consejos, la contención, la complicidad, la ayuda, invariablemente acudimos a otra mujer. Somos como una hermandad, nos percibimos como iguales, podemos aliarnos, compartir e intercambiar experiencias que sólo nosotras vivimos y sólo nosotras podemos entender. Esas amigas incondicionales siempre están cuando todos los demás nos dejan, lloran y ríen con nosotras, pueden decirnos todo sin miedo a reproches por nuestra parte. Es lindo tener una amiga así, ¿verdad?
Una amistad incondicional es mucho más que solidaridad porque la solidaridad es un intercambio que mantiene las condiciones como están, pero este tipo de amistad es capaz de modificarlas. Para que me entiendan, por ejemplo solidaridad es invitar a cenar a una amiga. Amistad incondicional es cocinar juntas, sentarse a cenar y conversar con ella de la vida, volver otro día y otro a preguntarle como está. En resumen, se traduce en hermandad, confianza, fidelidad, apoyo y reconocimiento entre mujeres para hacer la vida diferente y mejor. Las mujeres históricamente hemos sobrevivido gracias a que contamos con la palabra, la mano, el hombro de otra mujer, que por muy distinta a nosotras que sea, es nuestra igual.
Me parece esencial que si tenemos pareja ésta conozca a nuestras amigas pero tenemos que hacer que se respete a raja tabla nuestro tiempo y derecho a verlas y a compartir con ellas. No comparto eso de alejarse cuando estamos en pareja… ¡la amistad entre mujeres es esencial para todas! Hay tantos temas que no podemos hablar con “ellos”, y si lo hacemos muchas veces “los agobiamos”, son cosas para hablar entre nosotras.
Por eso les digo, mujeres, si ya tienen o cuándo encuentren a una verdadera amiga no la dejen ir, manténganla con ustedes, porque es muy difícil encontrarla hay quien nunca tiene esa oportunidad. Esta amistad incondicional entre mujeres se puede definir como “cómplices que se encuentran y reconocen”.
Yo tengo una amistad así, los lectores habituales de este sitio lo saben y algunos hasta le escriben. Como dije al inicio de este post, ella salvó mi fin de semana. Ella es así, una persona increíble. Es capaz hasta de no recriminar a la gente que quiere cuando la prejuzga, sólo busca una oportunidad para enmendar el error y descubrir a los demás la verdad que guarda en su corazón. Y si no encuentra esa oportunidad o no se la dan, sonríe con un atisbo de tristeza, y continúa al lado de los suyos, aunque no sepan tratarla del mismo modo que ella hace con todos: con el corazón abierto y limpio, de manera generosa y sin reproches.
Es pequeña y liviana, pero yo la he visto crecerse como un gigante para defender a quienes quiere. Lo hace con toda la fuerza de su corazón y con suma lucidez, se enfrenta a quien injuria a uno de los suyos y lo deja patas arriba en el campo de batalla, a solas con su propia conciencia removida. Ella es la mejor compañera de camino (pobres los que la tienen a su lado y no lo notan), siempre cerca, siempre generosa, sin vueltas ni dobleces, noble, leal y protectora, a pesar de su aparente fragilidad.
Cuando alguien la lastima o pretende hacerlo me es muy difícil controlar mi rabia y termino descargando mi ira aunque sea alguien muy allegado a ella, y si le han hecho daño siempre estoy ahí para apoyarla. Vivimos tiempos difíciles, pero los hacemos más llevaderos porque estamos unidas para ayudarnos. Nos conocemos mucho, demasiado y jamás nos separamos. Solo le pido a Dios que nos permita estar siempre juntas.
Sí, hermanita, estoy hablando de ti, sabes que no puedo hablar de verdaderas amigas sin hablar de ti, es inevitable. Te agradezco esa confianza que tienes en mí, ese cariño que siempre me das, hasta cuando estoy de pésimo humor. Eres una persona muy especial que me ayuda en ocasiones a frenar mi impulsividad y me hace ver las cosas desde otro punto de vista. Si me equivoco me aconsejas, si los demás no pueden conmigo me abres una puerta, si estoy feliz celebras junto a mí, si estoy triste me sonríes hasta que me haces reír, si estoy preocupada o angustiada te las ingenias para cambiar mi ánimo, si estoy cansada me mandas a dormir… si me vuelvo testaruda me mandas a callar, me cuidas, si te digo que no puedo contestar tus preguntas tu lo entiendes, me peleas si tengo algún problema y no te llamo, sabes entenderme como nadie.
Eres esa que presencia mis lágrimas, que me da fuerzas para seguir, que me hace ver mis errores y los acepta también, la única que sabe lo que voy hacer… Eres mi confidente, mi luz en el camino, para ti yo estaré por siempre ¿sabes por qué? Porque eres mi amiga, mi compañera, mi hermana y mi extensión… Fraternidad, hermandad, complicidad, creo que estas palabras se adecuan bien para definir nuestras vidas. Nuestra amistad no la regalaría a nadie ni la olvidaría por nada del mundo.
Contigo puedo compartir cualquier momento de mi vida (bueno o malo), a tu lado me siento confiada y segura, gracias por confiarme tus secretos y guardar los míos, gracias por alegrar mis días y hacerme sentir que hay alguien a quien le importo mucho, gracias por estar en mis momentos difíciles y por dejarme entrar en tu corazón. Gracias por ser como eres, por estar siempre ahí, por cuidarme, por hacerme reír, eres una gran amiga, una gran mujer y una excelente persona... te quiero muchísimo, no cambies nunca...

lunes, 19 de noviembre de 2012

Perdida en mis sentimientos


Otra vez mi cabeza está apunto de estallar, otra llamada tuya, más recuerdos en mi mente, más y más tu... Ya te has dado cuenta de tu error...
Hoy no consigo centrarme en otra cosa que no seas tu, la música sin ti no suena y las letras del libro se borran si no estoy contigo, la pantalla del televisor carece de imagen y permanece oscura sin el brillo de tus ojos, sin ti hasta mi sangre se hiela y ni un corte profundo iguala el dolor de tu ausencia... Sin ti, mi silencio, mi soledad, mis lágrimas ahogan el mar, se pelean por ti mi alma mi, cuerpo y mi corazón, las agujas del reloj avanzan lentas… El tiempo se detiene no sé qué hacer con el... queriendo pensar que entre nosotros nunca pasó nada, cuando pasó todo.
Me invaden los recuerdos, la confusión, qué hacer, qué no hacer... Y mis lágrimas por ti vuelven a caer... Ahora lloro, lloro y no puedo dejar de llorar... mis fuerzas se han ahogado en mis lágrimas. Recuerdo tu mirada porque habla sola, mi alma se consume escribiendo en nunca jamás, relleno paginas vacías con lágrimas y un quizás, sé que siempre estaremos unidos, tuyos son mis secretos, tuyas son mis palabras, mío es el castigo de alejarte más, tu eres mi principio que nunca tendrá final, gracias por una historia de dos tan maravillosa,
Un terrible sentimiento de añoranza invade mi cuerpo, necesito abrazarte y besarte, y sentir que me quieres, te necesito conmigo... te necesito porque aún te quiero... Me haces falta y quiero decírtelo pero no puedo... A veces las cosas tienden a complicarse. Con lo sencillo que es para mi, amarte. Con lo sencillo que es para ti, quererme. Pero todo se complica cuando aparecen tus desvaríos y mis inseguridades.
Agotas mi paciencia, haces que pierda mis sentidos, pues la tristeza debilita mis latidos cuando no tengo tu presencia. La mañana no brilla, el sol me es ajeno, el mundo se agranda, y yo tan pequeña solo soy pluma que vaga en el viento. Las horas avanzan, se alarga el sufrimiento, se acaba éste día y me muero por dentro.
Escucho la voz de mi silencio, que constantemente me repite el por qué te amo; y es que la verdad viene de adentro, de este mundo interior que se forma con grandes sentimientos, el mundo en donde cada rincón está tatuado con tu nombre. Tú eres esa alegría desbordante que mis poros transpiran cada vez que te veo, eres mis mil motivos en qué pensar, eres frescura de mis pensamientos, eres la magia que envuelve de alegría mi vida, eres la parte más divina entre mis sueños y eres mi linda realidad.
Conmigo nada es fácil, lo sabes y sin ti todo es tan aburrido. El cielo está cansado ya de ver la lluvia caer, y cada día que pasa es uno más parecido a ayer… no encuentro forma de olvidarte porque seguir amándote es inevitable. Sin embargo, es mejor que te alejes de mí porque tu cielo se está haciendo gris y yo ya camino bajo la tormenta. Ya no debo verte. No quieras caminar sobre el dolor descalzo. Aléjate de mi, amor, aún estas a tiempo.
No quiero recordarte más, no me hace bien. Cada vez que pienso en ti, quiero volver Estoy un poco ansiosa y se termina el día. Ando buscando un poquito de tu adrenalina. Te juro, amor, me está costando mucho, qué voy a hacer con este síndrome incurable de quererte tanto. Estoy más convencida que nunca que tengo que dejarte ir, y sé que hacerlo abrirá una herida profunda…
Hemos hecho una mezcla de sabores profundos donde tu piel se funde con mi piel, sabemos fluir entre nuestros cuerpos y fundir tu ansia con la mía de forma desordenada.... caótica y salvaje.... nos amamos mezclando tu sabor y el mío... y lo cierto es que conseguimos una mezcla perfecta...
Quisiera darte tanto como nunca pudiste imaginar, pero creo que sólo hasta aquí puedo llegar, triste limitación... Sólo soy una simple mortal, cargada de miedos, tristeza y fragilidad. Quiero olvidarte y que te olvides de mi pero me entra la nostalgia, lloro por tu ausencia y nada calma mi dolor, sabes que no dejo de amarte y que siempre pienso en ti, que me hacen falta tus besos y que extraño tu calor.
Estoy perdida en mis sentimientos... Me muero por abrazarte, besarte, amarte, volver a sobrevolar las estrellas cabalgando sobre un caballo alado. Quiero volver a tocar el cielo con tan sólo una mirada tuya. Los recuerdos me llevan de nuevo a tu lado, cierro los ojos y la distancia entre nosotros desaparece...

viernes, 16 de noviembre de 2012

¿Pueden vivir las mujeres sin los hombres y viceversa?




¿Podemos vivir sin la compañía masculina, sin una mano viril que nos acaricie, sin los diarios halagos masculinos…? ¿Pueden vivir los hombres sin nuestra ayuda, sin ese cariño que sólo nosotras sabemos darle, sin nuestra picardía y belleza, sin ese amor incondicional que les entregamos…?
Ambos por separado podemos subsistir pero vivir a plenitud, ser realmente felices NO. Para empezar la especie humana no existiría, se necesita un hombre y una mujer para que nazcan los niños. Lo de la felicidad interna, la autogestión emocional, la autosuficiencia, queda muy bien en los libros de autoayuda, pero llegados a la hora de la verdad nadie quiere verse solo, ni el gato. Somos seres completos que nos amamos y nos enriquecemos.
Definitivamente solos no podemos ser felices porque necesitamos compartirnos y comunicarnos, por mucho que nuestras relaciones anteriores de pareja hayan sido tortuosas, por mucho que hayamos llorado o por muchas decepciones que nos hayamos llevado, no pasara un momento en que no recordemos algo de lo felices que éramos cuando se despertaba a nuestro lado, cuando de repente sonaba el teléfono para decirnos lo mucho que nos quería o que estaba deseando estar junto a nosotros.
Somos un complemento y encajamos a la perfección. Estar con alguien no significa perder la libertad es sólo cuestión mantener un equilibrio entre libertad y pareja, no los veo como excluyentes uno del otro. Todos tenemos valores incalculables para ofrecerle al otro sexo. Las mujeres necesitamos cosas que nos dan los hombres y los hombres cosas de las mujeres, para crecer interiormente y para muchas otras cosas (y esta ves no hablo de sexo). Todos los roles que cumplimos son importantes, indispensables y muchos imprescindibles.
Hay muchas maneras de ver el tema porque puede ser a nivel emocional, sexual, afectivo, físico... Tengo amigas que no tienen vida sexual pero tienen muchos amigos hombres, otras que no tienen pareja pero tienen vida sexual activa. Al igual pasa con ellos. Lo que si puedo decir es que no podemos vivir los unos sin los otros porque sería como la noche sin su día, o un pulmón sin oxígeno, o el cielo sin el mar.
El contacto entre los dos sexos es necesario y benéfico para ambas partes. Está claro que nos necesitamos las mujeres no pueden vivir sin los hombres ni los hombres sin las mujeres. Otra cosa es lo de "vivir con". Aunque eso de la abstinencia sexual es un tema personal, tiene sus ventajas pero también sus riesgos, ya que lo que no se ejercita se atrofia, y después cuesta más trabajo recuperarlo. Cada quien debe valorar si puede vivir sin pareja.
No vamos a cambiar de gustos sexuales por estar solos pero todos mientras estamos solos soñamos con el Hombre o la Mujer de nuestra vida, o con uno/a que se fue o con que aparezca el príncipe o la princesa adorado...
Como hijos, padres, amigos, pareja… somos la contención, la ayuda, el sostén, la comprensión, la paciencia, la tolerancia, la solidaridad, el afecto, la razón, el corazón, la pasión que necesita el otro. Eso es innegable.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

¿Farsante? ¡Nunca!



El post de ayer le gustó a muchos de los lectores de este sitio, tanto mujeres como hombres, y de los comentarios que hicieron han salido dos post más. Este de hoy que es respondiendo a un anónimo y el que saldrá mañana que por suerte es más agradable y me surgió la idea a partir de lo que escribieron dos de los hombres habituales en este sitio, Peter y Frank, y la reafirmó lo que escribió mi hermanita, pero de eso hablaremos mañana.
Anónimo, es muy lamentable que tengas tanta pobreza de mente y de sentimientos. En primer lugar déjame decirte que yo no soy ninguna FARSANTE, por lo menos cuando intentes insultar cuida tu ortografía porque escribiste mal la palabra. En segundo lugar yo sí vivo orgullosa, MUY ORGULLOSA de ser MUJER, FEMINISTA y de ADORAR a los hombres, ya dije que las dos primeras cosas no son inconveniente alguno para la tercera y agregué que defender a capa y espada mi género no significa hacerle la guerra al género masculino.
Esos hombres que tú desprecias y odias son capaces de librar junto a nosotras, hombro con hombro, cualquier batalla, en cualquier plano, como amigos, padres, hermanos, hijos, esposos, amantes, compañeros. Es cierto que algunos hombres dejan mucho que decir pero igual que ocurre con las mujeres, que hay muchas que no merecen ni que se les llame mujer, porque es una ofensa al género femenino. En este saco de seres humanos hay mucha mierda pero en ambos géneros.
Además los hombres, los verdaderos es decir los que hacen honor a tan bella palabra, son para con nosotras comprensivos, cariñosos, caballerosos, protectores, y no digo que sean perfectos porque en esta vida no hay nada perfecto, pero sus virtudes son tantas que opacan cualquier error que puedan cometer. Además, anónimo, esos hombres que tu detestas (no sé si por rencor o por la falta de ellos, quizás no has conocido lo que es un hombre), son capaces de llevar a cualquier mujer al mismo cielo y hacerla tocar las estrellas porque no hay nada mejor que estar en los brazos de un HOMBRE, sobre todo en la actualidad que no somos un objeto sexual sino seres capaces de sentir, pedir y gozar a la par de ellos. Yo los amo por todas sus virtudes y por todo el placer que son capaces de dar.
Es la segunda vez que intentas ofenderme en este sitio, mi sitio y el de mis amigos, y el de todos aquellos que entran aquí porque le gusta lo que leen y si algún tema no les agrada o no están de acuerdo con lo que se dice emiten su comentario desde una posición respetuosa. Ser respetuoso para con sus semejantes es una de las cosas más bonitas que puede tener una persona.
Tú no eres ni tan siquiera capaz de dar tu nombre. Cuando dije anteriormente “intentas ofenderme” es porque sólo es eso, un mal intento porque yo soy una persona que no presto atención a los necios. Si has leído este blog sabrás que detesto a los hipócritas y a los estúpidos. La gente sin cerebro, rencorosa y odiosa no me molesta porque simplemente para mí son nada.
Si detrás de ese anonimato se esconde un ser masculino mejor analízate. Y si quien se esconde en este anonimato es una fémina déjame decirte que das lástima y te voy a explicar por qué:
1-Si eres una mujer que ha sido ultrajada por un hombre, comprendo en parte tus sentimientos pero eso no te da derecho a juzgarlos a todos por igual.
2-Si eres lesbiana tampoco te entiendo porque el hecho de que no los quieras para meterlos en tu cama, no significa que los odies. Ustedes son seres humanos como cualquiera y tienen padre, hermanos, amigos masculinos, lo único que las diferencia de las demás mujeres es su preferencia sexual y eso es un derecho de cada persona. No es motivo para odiar.
3-Si eres una frustrada porque nunca hombre alguno te ha hecho sentir mujer de verdad, no tienes que odiar al género simplemente analizarte, tal vez la culpa no ha sido de ellos sino tuya. Y en ese caso te recomiendo que después del análisis que te hagas cambia lo que sea necesario y busca uno que además de ayudarte, comprenderte, amarte, te haga sentir lo maravilloso que es un hombre cuando te hace el amor. Y después de eso dime si los sigues odiando.
4-Si eres una feminista fanática y pertinaz, me imagino tienes un padre, un hijo, un amigo a quienes quieres y un hombre al que ames y te ame, o al menos los has tenido y los has amado, entonces ¿de qué vas?, la hipócrita y la farsante eres tu. Porque esos hombres, varones, machos, masculinos que están o han pasado por tu vida son efímeras gotas en un amplio género donde hay algunos sinvergüenzas pero hay muchos maravillosos.
5-Y si eres una mujer abandonada, con un fracaso amoroso eres también una hipócrita, porque en ese caso es lógico que odies y detestes a quien te hizo sufrir pero decir que los odias a todos, no, te garantizo que eres una mentirosa, porque cuando pase el dolor y venga otro que te mueva el piso y que al verlo sólo desees tenerlo en tu vida y en tu cama ¿adónde se va tu odio, anónima?
Ratifico que adoro a los hombres, si te molesta cuida tu hígado, te reitero que no pierdas tu tiempo conmigo, no me haces mella, los que me conocen bien dicen que soy muy mujer, pero además soy orgullosa, rebelde, cínica, amante de la vida y del amor, buena madre, buena amiga, no una excelente persona, pero humana, desafiante y guerrera. Vivo rodeada de hombres y eso me hace feliz porque ellos son el complemento justo y necesario para toda mujer.
A los amigos gracias por las respuestas.

martes, 13 de noviembre de 2012

Adoro a los hombres


Hoy salí de casa mal humorada porque no tengo ni una puñetera gota de café, por lo que no pude hacer esa colada del néctar negro de los dioses blancos que me hace persona en las mañanas cuando me delito con una humeante tasa del preciado líquido.
Desde muy temprano fui para la parada del ómnibus que me lleva al trabajo. La mañana estaba fría, y después de permanecer mucho rato allí empecé a incomodarme porque el ómnibus no pasaba, y esa demora significa que cuando pase no para. Los que han pasado por eso saben lo que se siente en ese instante en que la guagua pasa por delante de ti como si fueras invisible.
Bueno, como les iba diciendo, estaba cansada de esperar y tenía un poco de frío, todo eso hacía que el mal humor que me acompañaba cuando llegué a la dichosa parada se había acrecentado. Intentando distraer mi mente me puse a prestarle atención a la conversación de dos mujeres que estaban a mi lado en la misma espera, pero empleaban el tiempo en una amena charla, sobre hombres como es lógico, ese es el tema favorito de todas nosotras.
No voy a relatar la conversación, porque hay cosas que son imposibles de poner aquí, sólo les diré la frase de una de ellas que me causó primero risa, después reflexión y ahora da origen a este post. Ella dijo: “Son unos cabrones, pero yo adoro a los hombres”.
De inmediato pensé “Mmmm… Yo también”. Muchas mujeres se quejan de tener problemas con los hombres, yo tengo problemas SIN los hombres. Con mi mente ya en otra cosa que no era la falta de café, ni el maldito ómnibus que no pasaba, sonriendo encendí un cigarrillo y comencé a hacer un repaso en mis recuerdos. Siempre me ha gustado estar entre hombres, cuando estaba en la escuela, en mis años de estudiante, tenía amigas como es lógico y algunas muy buenas, pero tenía gran cantidad de amigos varones y me encantaba estudiar, pasear, hacer deportes con ellos. En el trabajo igualmente prefiero rodearme de hombres… entre ellos me siento cuidada, protegida, respetada, valorada…
Los hombres me encantan, adoro su modo de ser, su libertad, su desenfado, que estén pensando el 95 por ciento de su tiempo en sexo, su sarcasmo, su amistad, sus consejos, sus charlas, y claro su reconocimiento y su galantería. ¡Ah! y su amor ni hablar. Ellos son, sencillamente, entrañables seres imperfectos, y que ninguno se me ponga bravo por esto porque es un cumplido.
En realidad tengo pocas amigas, la amistad entre mujeres rara vez está exenta de hipocresías, de envidias y con los amigos hombres eso no ocurre. Hay mujeres extraordinarias y tengo la suerte de tener a algunas como amigas. Si volviera a nacer me encantaría hacerlo de nuevo como mujer, claro está, y no voy a explicar en este momento el por qué, sólo diré que amo y adoro ser mujer con esa mi feminidad perfecta y plena que es capaz de elevarme en mujer y hembra, me encanta ser mujer por muchas cosas y entre ellas porque puedo amar a los hombres.
Cuando digo que adoro a los hombres no estoy generalizando, incluso algunos los detesto, pero en abstracto, adoro al género masculino. Soy feminista, defiendo mi género y soy capaz de atacar a un hombre sin piedad cuando se lo merece, también los critico mucho, pero no soy su enemiga, no le hago una guerra al género.
Me encantan los hombres, me pierden. Puede que no sea muy prudente decirlo así, públicamente, porque ahora muchas mujeres creen que es necesario enfrentarlos todo el tiempo, casi hacerles la guerra. Yo, siendo completamente sincera, les digo que estoy muy orgullosa de ser mujer y feminista pero eso no es un inconveniente para adorarlos.
Ya más relajada con todo el análisis en el que me había enfrascado, ni me inmute cuando finalmente pasó el ómnibus y por supuesto no paró. Me acomodé, encendí otro cigarrillo y sonriendo me puse a pensar en las cosas que me seducen o me gustan en un hombre. Mentalmente fui haciendo una lista. En general me gustan los hombres seguros de sí mismos y fuertes de mente, que sepan tratar a las mujeres, que sean amables, caballerosos, que se hagan respetar, que no sean vulgares y que cuiden su imagen personal.
Desde un punto de vista más personal me gusta que apoye mis proyectos tanto como mis “locuras”, que le guste la música, que sepa divertirse y reírse con ganas, que sea romántico y que le guste preparar cosas románticas de vez en cuando para sorprenderme, que se tome tiempo para hacer el amor, que me haga sentir amada y protegida aunque yo me sepa cuidar sola (claro sin convertirse en mi carcelero, ni controlador), que sea trabajador pero que trabaje para vivir y no viva para trabajar, que le guste pasear y que me escuche.
Bueno y que adore a los hombres no quiere decir que esté ciega, en ese saco hay de todo como en botica, pero no nos engañemos, también hay mujeres que dejan mucho que decir en todos los sentidos. Soy quizás muy receptiva a lo masculino porque tengo un padre extraordinario, un hermano encantador, un marido de excepción, un hijo especial y amigos increíbles.
La comunicación con los hombres me resulta más sencilla porque lo que se dice es lo que se pronuncia y nada más que eso. Y muchas veces me resulta gracioso comprobar que el recorrido de sus conexiones cerebrales se aleja un tanto laberíntico del de nosotras. Tengo grandes amigos hombres heterosexuales, con los que nunca he ido más allá de una magnífica y agradable conversación. Digo esto para los que no creen en la amistad entre hombre y mujer sin mediar sexo, pero lo real es que esta clase de amistad existe.
Seguí con mis reflexiones y recordé que hay otras cosas que adoro de los hombres en esa amplia lista y que no cambiaría por nada. Por ejemplo, que a pesar de que jamás nos van a entender ellos siguen intentándolo, que saben de todo menos de temas del corazón, que nosotras siempre sabemos qué están pensando y cuando nos lo dicen es la confirmación de nuestra suposición, que les encanta explorar nuestro cuerpo y conquistarnos el alma, que una niñita de 12 años puede dejarlos sin argumentos y una de 25 (y de otras edades también) consigue domarlos con un dedo, que están dotados de hombros en los que podemos dormir sin tener que preguntar, que nunca mienten sobre su edad y que cuando les decimos “te quiero” siempre quieren saber cuánto.
Entre estas cosas y las que menté en párrafos anteriores tal vez parezcan muchas cosas pero no hay que exagerar ninguna de ellas, simplemente un poco de cada una, todo en su justa medida hace un equilibrio que convierte a un hombre en irresistible para mi. No hay un orden de prioridades. Todo importa.
Mis reflexiones terminaron porque finalmente, después de cuarenta minutos de espera, vino un ómnibus que recogió a todos los desahuciados que estábamos allí intentando llegar al trabajo o la escuela. Fue trabajoso subir porque éramos muchas personas ya desesperadas por la tardanza, pero subí ayudada y protegida por dos hombres justamente.
Muchas mujeres piensan que reivindicar nuestro papel en la sociedad es ser un poco “antihombre”, y no es así, por eso como dijo alguien “levanto una lanza a favor de ellos”. Aunque no dejo de reconocer que a veces nos exasperan porque como dice una gran amiga son mononeuronales. Pero yo los adoro.

viernes, 9 de noviembre de 2012

¡Por fin es viernes!





Hoy el tiempo está rico, la temperatura es muy agradable, hay un ligero sol que calienta sólo un poquito y no deja sentir frío pero tampoco ese calor abrasador del verano. Me encanta el verano pero cuando el calor es excesivo comienzo a sentirme incómoda, me estorba hasta la ropa… Como mejor tolero el calor es con cerveza bien fría (que parte como nos gusta decir) en mano y traje de baño sentada frente al mar. Pero bueno, volviendo al día de hoy, además de lo que dije referente a la temperatura lo que más me gusta es que por fin es viernes.
Me agradan los viernes porque es el último día de actividad laboral (al menos para muchos). Son días ideales para descansar, relajarse durante la noche y acostarse tarde porque no hay que madrugar para trabajar al día siguiente. Los viernes me siento más humana y menos robot. Me gusta saber que estoy a un rato de salir y olvidarme de la oficina al menos un par de días.
Los viernes por la mañana cuando salgo a la calle vislumbro un sol diferente y hago las cosas con otro ánimo, a veces con rapidez, como si no lo hubiera hecho en los cuatro días anteriores, o como si se fuera a acabar el mundo esa misma tarde, y de pronto ya no tengo prisa, me relajo… Me gustan los viernes cargados de esperanza y sobre todo porque dejo mi conciencia tranquila y satisfecha sabiendo que hice todo lo que pude y supe hacer aunque nadie lo entendiera o lo apreciara.
No me gusta, ¡me encantan los viernes! son la antesala del fin de semana y aunque trabaje, salgo al mediodía y el entorno donde está la oficina ayuda a disfrutar del buen tiempo. Si no me lo paso muy bien al menos tengo la satisfacción, aunque sea sólo por quitarme el stress, de saber que no tengo que ir al trabajo durante dos días. Pero aún no pasándolo como me gusta, los fines de semana mantienen su aura especial y divertida. Los viernes siento que puedo caminar más despacio y renovar dentro de mí un montón de ilusiones, sueños, expectativas y tal vez, alguna nueva diversión o maldad.
Los viernes tienen cara de dulzura, parecen amables y serenos, suenan a la promesa de dos días de asueto. Me gustan sus tardes, siento el aire más ligero, son momentos de relajación, sin prisa, con el fin de semana por delante, en el caso de hoy con buena temperatura, y algún que otro deseo, que de cumplirse lo hará mas divertido... En las agendas el viernes debería tener más espacio en la hoja, porque suele alcanzar para vivir más.
Sí, hoy por fin es viernes y hay algo que nunca negaría, todo me sabe a ti. Eso me basta y me sobra. Mmmm… pero también me gusta salir a tomar algo con mis amigos, escuchar música, jugar dominó y reír hasta que me duela el estómago y las lágrimas me corran por las mejillas con las ocurrencias de mi amiga. Me gustan los viernes porque producen en mí un saborcillo que no sé explicar muy bien, pero seguro que me entienden.
¡VIERNES! Un día de trabajo que se ve de otra forma, tarde larga para disfrutar de forma tranquila y en la que no me gusta estresarme. En fin, que los viernes mi estado de ánimo es mejor, a pesar del cansancio acumulado de la semana.
Buen fin de semana para todos.

martes, 6 de noviembre de 2012

¿Café o sexo? ¡Ambos!



Para mí el café es como el sexo… No me vale cualquier cosa. Me gusta el café con cuerpo, textura, aroma, olor, exquisitez, fragancia, dulzura… Bebo mucho café, siempre me gustó, y cada sorbo lo disfruto a plenitud igual que el sexo. Hay un proverbio toscazo que dice: “El café debe ser: Negro como el infierno, fuerte como la muerte y tan dulce como el amor”. Yo coincido con ese proverbio en las dos primeras cosas pero no en la última porque me encanta que el amor sea dulce pero aunque el café no me gusta amargo detesto que esté dulce.

Todos los días al despertarme, me repito mentalmente “necesito un café, necesito un café”, me levanto y entro en la cocina y me preparó un café para despertar a la realidad, él todavía está en la cama, tomó la taza entre mis manos, aspiró profundo y comienzo a beberlo… Si alguien me interrumpe en ese momento tan vital, soy casi capaz de matarlo salvo que ese alguien me pida sexo. Mientras con deleite bebo mi café, miro por la ventana las nubes y los ligeros rayos de sol que comienzan a abrirse paso en el cielo. Entonces vuelvo a pensar en él y sonrío. Recuerdo cada detalle de cada momento, sus besos y su cabello, las caricias y las palabras y sus ojos puestos sobre mí con admiración.
En esos instantes él aún duerme plácidamente, y yo sigo con mis recuerdos y sigo sonriendo… su mano recia y delicada, recorriendo mi cuerpo y esos labios al unísono satisfaciendo cada uno de mis deseos. Hacemos el amor en cualquier parte, hasta en el auto como dos jovencitos aunque ya no lo somos. Los pensamientos terminan dominándome… el café caliente y el cuerpo también.
Entonces siento unos brazos cálidos que me abrazan y unos labios que se posan en mi cuello. Termino el café envuelta en sus brazos, sé que habrá sexo y luego más café.
-Bueno días amor ¿qué tal el café?
-Excitante –contesto.
-¿Más que esto?
Comienza a acariciarme…
-Definitivamente, no.
Y no hay más palabras, sólo el sonido de la respiración por hacer tanto ejercicio juntos… ¡madre mía, qué placer! En esos momentos siempre llevo muy poco ropa pero en un instante nuestros cuerpos desnudos frente a frente se entretienen tan maravillosamente… yo me abandono voluntariamente para que me aprisione con todo su órgano viril y claro, sintiendo eso dentro de mi ¡quien no se dejaría! Se escuchan palabras entrecortadas, suspiros, gemidos… orgasmos… Acarició tu piel con sabor a café. El olor del sexo y del café garantizan un buen despertar.
Siempre le robamos horas a la noche, no importa, si te acaricio tiemblo, si te miro suspiro... Hacemos el amor en la noche y despertamos amándonos de nuevo, y de nuevo otra vez, y entre amor y amor, reímos y nos disfrutamos al lado de una taza de café.
Cuando nuestros cuerpos se calman, nos besamos y me dirijo al baño, entro a la ducha, cierro los ojos, suspiro profundo y entró al chorro de agua. Todavía estoy excitada, ha sido demasiado placer… instantes después te siento entrar al baño y no te miro, sé lo que harás, siempre es inevitable… subo mi pierna derecha, recargó la rodilla en la pared de azulejo, ya estás pegado a mi espalda y tu mano va directo a mi sexo mientras la otra acaricia mis senos, echo la cabeza atrás, cierro los ojos, dejando que el chorro de agua fluya sobre nuestros cuerpos… puedo sentir el latido de tu corazón en mi espalda, tu mano está dándome un placer inigualable, mi cuerpo está tenso por el incremento del éxtasis, tu mano comienza a moverse más rápido, arqueo un poco más la espalda, emito un suave gemido… Una explosión recorre mi cuerpo, me besas y entonces me penetras, comenzando ese baile tan antiguo y excitante, con movimientos rápidos y profundos hasta que tocamos el cielo. Bajo la pierna, incorporándome de a poco abro los ojos, relajo las piernas que están invadidas por el temblor, una sonrisa se dibuja en nuestros rostros, tomó el shampoo y tú el jabón, finalmente se inicia nuestro baño. Ya vestidos para irnos disfrutamos juntos, nuevamente de una taza de café.
Benditos amaneceres con café y sexo o viceversa, los que disfrutan de ambos que estoy en lo cierto y quienes no lo hacen les recomiendo ponerlo en práctica. Es cierto que las mañanas son complicadas pero bien vale el “esfuerzo”. Y no lo digo sólo yo, lo dicen un sinnúmero de investigaciones.
Según investigaciones realizadas, los intereses de una mujer para con el sexo se relacionan proporcionalmente con la cantidad de cafeína que ingieren diariamente porque la cafeína además de reducir depresión y estimula la actividad sexual. Claro, todo depende del tamaño, del peso, del perfil psicosexual y de la sensibilidad a la cafeína de la mujer que tome el café. Bueno, de todas maneras, bien vale tomar en cuenta estas investigaciones. Para todo el mundo un buen café es un reconstituyente innegable, aumenta la agilidad mental y la capacidad de tener atentos los sentidos.
En otras investigaciones los sexólogos aseguran que tener relaciones sexuales durante las primeras horas de la mañana fortalece el sistema inmunitario, lo que conlleva a tener una vida saludable, pues con ello se libera oxitocina, sustancia que aumenta la sensación de bienestar. Amigos, por experiencia les garantizo que lo que aseguran los especialistas es cierto, no hay nada como comenzar la mañana con buen sexo y después un buen café o viceversa.
Dicen los estudios que, además del placer del instante, el “mañanero” te regala buen humor, brillo capilar y una piel tersa. Y a los hombres les ayuda a fortalecer los músculos y los huesos. La pareja, señalan los investigadores, inicia la jornada con mejores ánimos, con fuerzas y con una visión positiva. ¿Acaso no necesitamos de todo eso para no caer en las garras del mal humor y del estrés? La respuesta es obvia.
Me gusta seducir al tiempo, también me gusta combinar el cigarro con una taza de café, aspirar el humo y sorber el líquido, alternativamente, hasta acabarlos al unísono. Y cuando me siento a escribir casi siempre pongo a mi lado una taza de humeante café… sorbo de café, suspiro grande, echo la cabeza atrás en signo de reflexión, enciendo un cigarrillo, haciendo acopio de toda la inspiración que llevo acumulada para que salga y … comience el desfile de letras.
Me imagino que las de hoy les han encantado a todos. A los que prefieren café y sexo por las mañanas, como yo, y a los demás también porque seguro que a alguien (o a muchos) se le despierta el bichito por poner en práctica este rito matutino. Y cuando vean lo saludable que es y las energías que da para comenzar el día, adorarán levantarse un poquito más temprano.
Yo soy adicta al café, ¡al buen café!, y digo como Marilyn Monroe: “El sexo forma parte de la naturaleza, y yo me llevo de maravilla con la naturaleza”. Por eso en el título de este post comencé escribiendo ¿Café o sexo? Y de inmediato agregué ¡Ambos!
Los quiero y a todos les dejo un saludo con aroma a café.