Bienvenidos a este humilde pero sincero espacio. Aquí escribo mis pensamientos, cosas que me preocupan, algunas vivencias, historias que conozco... lo que me dicta el corazón para compartirlo con otras personas, es una manera de saber que no estamos solos en este mundo virtual y poder hacerlo más real y cercano. Me gusta escribir y me siento bien haciéndolo, ojala estás letras lleguen a ustedes como yo quisiera. Siéntanse libres de comentar lo que deseen. Gracias por estar aquí.

martes, 30 de octubre de 2012

Es él


Quien con solo una mirada me da consuelo, con un abrazo me hace ver un mundo y con un beso la eternidad. El corazón se me acelera en el instante en que se acerca y hay un momento en el que casi se para y parece que voy a morir, pero tenerlo frente a mi sin dudas me devuelve a la vida. Junto a él no hacen falta las palabras, hablan las caricias. Es el ladrón de mis sueños y cuando me toma en sus brazos lo olvido todo...
Aparece en el momento menos esperado y aunque no quiera le sonrío, no puedo evitarlo… y cuando me habla sólo soy capaz de hacerle caso a sus ojos, a nada más. Algunas veces logra sacarme de mis casillas y también es capaz de volverme loca en cuestión de minutos. En ocasiones parece tonto pero no tiene ni un pelo de ello. Por él escondo sonrisas que nadie conoce y es dueño de todas y cada una de ellas.
Amo al hombre que vibra en mis brazos y fue capaz de hacerme soñar en los suyos, que me acompaña en mis días más sombríos y en mis noches más oscuras… él habita en mí, va conmigo en mi sonrisa, en mi andar, en mis ganas… lo amo más que al sonido del canto de las aves, más que a la espuma que dejan las olas del mar, más que a los ocasos que tanto me gusta contemplar...
Este sentimiento es tan grande que sobrepasa mi razón, en él conocí la verdad que le dio libertad a mi vida por eso no será suficiente cuánto pueda amarlo. Poquito a poco se fue convirtiendo en mi necesidad y hoy sólo sé que lo necesito porque lo amo con toda mi alma, mi mente, mis fuerzas… Lo amo por su comprensión, por el calor de sus brazos que siempre me recuerdan donde está mi refugio, porque me dio la oportunidad de quererlo a mi manera, porque me dio la libertad para que descubriera lo que más valoro en él.
Lo amo porque me hace sentir querida… llevo sus besos tatuados en mi piel, amarlo es hermoso, por eso no sé cómo mirarlo sin perderme en sus ojos… cómo puedo mentirle si es mi verdad, cómo olvidarlo si siempre esta presente… amarlo a él es tenerlo todo, si no lo amara no tendría nada… El tiempo no existe cuando estamos juntos y siempre es algo nuevo escuchar o leer un “te quiero” de sus labios. Un minuto me bastó para amarlo... una eternidad no bastará para olvidarlo... porque cada día lo amo... mucho más.

miércoles, 24 de octubre de 2012

Ser joven


La juventud no es una edad es un clima del corazón. Es voluntad, es imaginación, es pasión. Los años marchitan la piel pero renunciar al ideal marchita el alma.
En cierta ocasión alguien preguntó a Galileo Galilei: “¿Cuántos años tiene su señoría?”, “Ocho o diez” repuso Galileo, en evidente contradicción con su barba blanca. Y explicó: “tengo, en efecto, los años que me quedan de vida; los vividos no los tengo, como no se tienen las monedas que se han gastado”. Crecemos en sabiduría si valoramos el tiempo como Galileo. El astrónomo italiano sabía que aquí estamos de paso.
Muchas veces decimos con asombro: ¡Cómo pasa el tiempo! Pero en realidad somos nosotros los que pasamos. La certeza de que nuestro caminar por este mundo tiene un final es el mejor recurso para valorar más cada minuto y aprovechar lo único que tenemos: el presente, y así disfrutar cada día como si fuera el último porque el ayer ya se fue y el mañana no ha llegado.
Somos realistas cuando aquí y ahora elegimos lo mejor para nosotros y los demás, sin lastimarnos y lastimar. Pero en medio de esa realidad: ¿Qué es la juventud? Muchos dirán que es la etapa de la vida que comienza hacia el final de la adolescencia (20 años) y llega hasta los 40 años. Biológicamente, sí. Así es. La juventud es el período que se encuentra entre la adolescencia y la edad adulta pero ¿quién marca esos tiempos?
En general en esos años las funciones vitales llegan a su plenitud y máximo desarrollo. Es la edad de oro de la vida, donde la energía y la vitalidad son su principal característica, pero también la de mayor exigencia en el aprendizaje para la entrada al mundo adulto, tratando de hallar nuestra propia identidad. Se conciben proyectos y se llevan a cabo, comienzan las obligaciones laborales y en la mayoría de los casos se constituimos una familia propia, asumiendo el rol de esposos y padres.
Ahora bien, apartándonos de ese análisis, veamos qué es la juventud de espíritu y de corazón. Desde otro punto de vista la juventud no es un período en la vida sino un estado de ánimo; se manifiesta en determinadas reacciones de la imaginación y en la capacidad emotiva. No se envejece solo por haber vivido tantos o más cuántos años; se envejece al renunciar a un ideal. El paso de los años deja sus huellas en el cuerpo, pero declararse vencido y renunciar a todo entusiasmo deja sus huellas en el alma. El hastío, la duda, la inseguridad, el temor o la desesperación son tantos más años que influyen en el ánimo y convierten el espíritu en ceniza.
Joven es quien sin importar la edad se sorprende y se maravilla, que pregunta como el niño insaciable ¿y después...?, que desafía los acontecimientos y encuentra alegría en el juego de la vida. Permanecer joven es tener siempre vivo en sí, a la edad que sea, ese afán de lo maravilloso, de los hechos y pensamientos deslumbradores, del intrépido desafío a los acontecimientos, del mismo insaciable apetito que siente la criatura ante lo nuevo y, finalmente del alegre vivir.
La juventud no necesariamente debe ir de la mano con la edad. Si una persona se siente joven y con ganas de vivir, es suficiente para que sea joven. El hombre es tan joven como su confianza; tan viejo como su recelo; tan joven como su fe en sí mismo; tan viejo como su temor; tan joven como su esperanza; tan viejo como su desaliento. El hombre es joven mientras su corazón perciba los mensajes de belleza, gallardía y valor, grandeza y fuerza que emanan de la naturaleza, de un ser humano o del infinito.
Está demostrado que la opinión propia cuenta mucho. Si uno empieza a pensar que le han caído los años encima, que está entrando a la vejez; lo más probable es que empiecen a aparecer rasgos de la misma y que sean visibles para otras personas, por un mal semblante. Si nos sentimos jóvenes, con energía, con ganas de vivir, de hacer, de bailar, de reír, de amar… los demás nos verán joven y radiante, sin importar la edad que tengamos.
Todo es cuestión de sentirse bien con uno mismo, para proyectar a los demás una buena imagen y evitar la vejez mental. Hay que mantenerse en actividad, tanto física como mental. Los ejercicios, las caminatas, los crucigramas y demás actividades son muy buenas para mantener el cuerpo y la mente en un estado hábil y retardar el proceso de pérdida de facultades. La vestimenta no debe ser de una persona vieja, al contrario, hay que vestirse juvenil, pero sin exagerar porque también hay que saberse ubicar.
El ser juvenil es una cuestión muy sencilla si una persona desea ser así. Lucir juvenil implica comunicarse con todo tipo de personas, tener contacto con la tecnología, no escandalizarse con la juventud actual, comprender a personas de todas las edades, ser popular entre los más jóvenes.
La edad no debe ser un motivo para abstenernos de hacer y decir cosas, ir a lugares y utilizar objetos, porque la libertad de acción no debe tener limitaciones por edad, género o etnia. La vejez puede esperar, a todos nos llega. En uno u otro momento todos somos conscientes de que estamos envejeciendo, que inexorablemente entramos en una nueva etapa de nuestra existencia. Pero cómo hacerse mayor y sentirse joven es ideal para saber envejecer.
Muchos piensan que a determinada edad, toda posibilidad de disfrutar de la vida desaparece por completo, y ya no queda más remedio que resignarse a la vejez. Sin embargo, seguramente no hay cuestión menos relacionada con la edad que sentirse joven. Existen adolescentes que se sienten viejos, incapaces de maravillarse ante nada, mientras que a los 40 y 50 muchas personas experimentan una plenitud en sus vidas que les hace sentirse más jóvenes que cuando lo eran cronológicamente hablando. Sentirse joven es una actitud.
Aunque parezca una cuestión fantasiosa, los jóvenes aprecian mucho a las personas que siendo mayores que ellos tienen la capacidad de comunicarse con ellos con el mismo lenguaje, tanto hablado, escrito e incluso corporal. Lo que los jóvenes detestan es que los mayores pretendan exagerar en su forma de ser juvenil.
Siempre seremos tan joven como nuestra fe, tan viejo como nuestra duda, tan joven como nuestra confianza en nosotros mismos, tan joven como nuestra esperanza, tan viejo como nuestro abatimiento... Permaneceremos jóvenes mientras permanezcamos receptivos a cuanto es bello, bueno y grande. Cuando todas las fibras del corazón estén destrozadas y estemos sumidos en las tinieblas del pesimismo, entonces es cuando habremos envejecido.
Yo adoro a los jóvenes, me gusta estar entre ellos pero admiro y me encanta la gente de “juventud acumulada” (como dice mi hermanita), que ama la vida y se siente joven sin importar la edad que tengan, que disfrutan cada momento, ríen y aman como cuando tenían 20 años aunque ya tengan más de 40. Por eso yo ¡no tengo edad, tengo vida!
Porque decididamente ser joven no es tener entre 10 y 30 años. Ser joven es salir a la calle y comerse el mundo, es correr bajo la lluvia y creer que el sol nacerá de nuevo un millón de veces antes de morir. Y tú no me haces creerlo, me haces serlo, sentirlo... Por eso dile al tiempo que espere, que ahora tengo que amarte.

domingo, 21 de octubre de 2012

Maldito silencio

Creo que me pondré a teclear como loca para calentar mi mente, para salir de mi silencio, de esos pensamientos que me enfrían el alma. Voy a prepararme un trago fuerte trago, como le gusta a mi hermanita, para seguir escribiendo.
Volví la otra noche sin aspavientos y sin ganas de contar ninguna historia, sin ganas de decir nada respecto a mi viaje, porque no pasó nada en realidad aunque sí pasaron muchas cosas por mi cabeza y no tengo ganas de explicarlas, ni a mí misma, mucho menos a terceros. He logrado esquivar la urgencia por el relato de esos días.
¿Como se hace para no complacer al corazón? Quiero volar a las nubes y disfrutar de su dulce algodón, quiero dejarme empujar por ese motor llamado amor, que la ilusión le robe una sonrisa a la razón, romper con la rutina y vivir algo en lo que ésta no tenga cabida… Deseo no arrepentirme, estoy dispuesta a tropezar las veces que haga falta, pero caminaré y caminaré y no voy a rendirme. Tengo ganas de luchar, de arriesgar, de volver a empezar, de cambiar y dejar de mirar atrás. Pero es tan difícil confesar lo que el corazón grita y la mente se empeña en ocultar.
En estas líneas donde coloco mis palabras se desgrana mi alma de mujer como un todo, amante, amiga, cómplice, mujer con toda la fuerza del universo... Hoy soy sólo eso, una mujer al borde de una realidad que se despeña por el abismo de otra realidad y el absurdo aparece en forma de hombre...
En estos últimos días, en muchas ocasiones, me he sentido deprimida, triste… pero hoy seré dueña de mis emociones. En estos días me he hundido en el silencio… en ese silencio tan pequeño, destruyendo un amor tan grande… ese silencio tan apacible, tan inofensivo, convirtiendo las palabras en miedo y el amor en un gran secreto… ese silencio tan quieto apretando la garganta para hacer llorar el corazón. Ese silencio tan insignificante, como rendijita, subiéndose a los muros y alterando la paz de la casa… ese silencio tan disfrazado, tan escurridizo, socavando en nombre de la armonía y desplomando en nombre de la prudencia…
Yo, paso a paso, estoy aprendiendo a perdonar y a amar, a descubrir el valor dentro de cada vida. Estoy aprendiendo que el afecto y la aceptación, son necesarias para soportar las experiencias duras vividas a lo largo de los años, aunque tropezando, sigo aprendiendo a poner de lado mis propios dolores, mis intereses, mi ambición y mi orgullo, cuando éstos impiden el bienestar y la felicidad de alguien.
Pero a veces, como en estos días me encierro en ese silencio que entra como un amigo y se va como un ladrón… tan corto, que llega sin marcar pisadas, y luego es como un hilo largo enredándose al ovillo de mi vida… un silencio acaparador, que enrolla las emociones hacia adentro, se traga las lágrimas, muerde nombres queridos y estruja la ternura… un silencio frío, inalterable, ¡gran simulador de caminos!, tomando fuerza para hacer de un solo amor, dos soledades.
He viajado saltando de una en una sus largas pestañas y he ampliado la longitud de su sonrisa. He convertido cada posible defecto en un aliciente para quererlo todavía más, para maravillarme más aún con su perfección imperfecta. He viajado en ese tren sin rumbo que traquetea por las vías de sus caderas, que funciona con el vapor de nuestros suspiros y no tiene intenciones de parar. Con una estación en cada esquina de ese cuerpo.
Maldito silencio que me atormenta, tan sostenido, tan porfiado, para servir de intermediario en un trueque de palabras; donde siempre se convirtió en nunca, eterno fue pasajero… y unidad un espejismo. Sólo con sujetar y apoderarse de las palabras, tu amor “llama” fue amor cenizas. Tu amor “savia” fue amor espina. Tu amor “viento” fue amor polvo. Y tu amor “poesía” fue amor materia. El intruso se convirtió en mago para perderte. El pequeño se convirtió en un gigante contra el que no te atreves a luchar. El que empezó dueño de los huequitos, hoy es todopoderoso de las emociones.
Sola y triste lejos de ti. No quiero. Me está faltando una parte demasiado importante que está rozando el límite de lo insoportable. En medio del silencio, una vez puesta a pensar, ya no puedo parar, mi corazón sabe lo que quiere, quiere tantas cosas... mi cabeza loca no lo pude aceptar, pero es una aventurera, valiente, y pronto... será capaz. No quiero hacer daño, no quiero ver esos ojos empañados y mi dolor es aún más hondo. A veces hay que ser egoístas y yo no he sabido serlo y mi corazón pide tantas cosas... En estos días el silencio me domina como un gorrión acorralado que no se atreve a volar libremente… está llevando los hilos de mi vida, sin darme cuenta que marcho a mi propia destrucción.
Me siento como un tren detenido, pero me pondré en marcha, atropellaré este silencio que a veces me parece coloso, dejaré que salgan las palabras acumuladas en mi corazón. A lo mejor lo que creía sepultado, está latiendo… y en el fondo del arenal, hay una fuente, y allí olvidada una semilla. A lo mejor todavía es tiempo de sembrar… Tiempo de que nazcan rosas para mi silencio. Rosas con raíz de palabras. De esas que cuando se ponen a perfumar los sentimientos, inundan la vida.
Resulta tan difícil transformar un pensamiento en dolorosas palabras. Por mucho que me retuerza las tripas pensarlo, ya no puedo continuar, ya no quiero continuar. Ya no puedo evitar que el corazón se salga con la suya. Quiero sonreírle y decirle que si a mi consentido corazón mimado.
Necesito cumplir con mi propia escritura, necesito escribir para no traicionarme. ¿Por qué cada vez parece más mentira? ¿Por qué estas preguntas están peligrosamente en el límite entre el estoicismo y la amargura, entre la libertad y la esclavitud? ¿Por qué sigo pensando en términos de verdad o mentira, de realidad o ilusión, si pretendo que los he abandonado? ¿Por qué, a pesar de todo, la tristeza me parece más real que lo demás? ¿Por qué cuesta más creerle a la felicidad? ¿Por qué me obstino en creer que siempre hay un velo que descorrer? ¿Por qué tener ganas ha ido dejando de ser una sensación para convertirse en una idea? ¿Por qué no me decido de una vez, me caso con una convicción arbitraria y me dejo de preguntas incontestables?
No sé si esto tendrá que mejorar o empeorar, no sé si vale la pena o es una enorme pérdida de tiempo. Me inclino por lo segundo, pero no sé cómo hacer otra cosa.

jueves, 18 de octubre de 2012

No dejes de reír



La risa es una modalidad expresiva, propia de la especie humana. Es un arma poderosa de comunicación y ni se imaginas cuantos beneficios positivos para el organismo nos puede proporcionar. ¿Saben que el reír produce efectos maravillosos en el cuerpo y la mente? Son muchos los beneficios, 20 segundos de risa equivalen a tres minutos de ejercicio constante en el gimnasio. Los músculos de la cara, tórax y abdomen se relajan y se contraen con gran velocidad, mejorando su tono. Cuando reímos y nos divertimos sanamente, nuestros ojos adquieren un brillo característico, aumentan las secreciones lacrimales, de orina y saliva, que son reguladas por el sistema nervioso.
Una sonrisa tiene valor desde el comienzo en que se da, si crees que a ti la sonrisa no te aporta nada, sé generoso y da la tuya, porque nadie tiene tanta necesidad de la sonrisa como quién no sabe sonreír. Shakespeare dijo “Más batallas se han logrado ganar con la sonrisa que con la espada”. ¿Y saben por qué? Porque la sonrisa es la luz de nuestro rostro, lo que nos abre muchas puertas, la que genera aptitudes positivas y la que nos alisa el camino para llegar a los demás. Incluso, la sonrisa puede mermar el efecto de algún error o equivocación que tengamos.
Seguro que alguna vez han llorado de risa. ¿No es cierto? Pues déjenme decirles que según los especialistas eso normaliza la presión sanguínea, el corazón aumenta su frecuencia y es capaz de bombear de 140 a 210 mililitros de sangre por minuto, cuando lo normal son 70, los pulmones movilizan el doble de aire (12 litros, en lugar de los 6 litros habituales), lo que contribuye a una mejor oxigenación del organismo. Y por si fuera poco, la risa es un activador metabólico, que provoca liberación de adrenalina favoreciendo la perdida de calorías.
Así que no dejen de sonreír porque además de los beneficios que la risa provoca en el organismo, también hace que siempre veamos todas las situaciones con otro matiz y otro punto de vista. Aunque el mundo se nos venga encima, los problemas nos ahoguen, nuestros seres más queridos nos den la espalda, tenemos una amiga que está dispuesta a darnos todo su esplendor y amor: la risa.
¿Saben todo lo que significa una sonrisa? Pues les diré que es el más saludable masaje de belleza para el rostro, el pasaporte al reino de los cielos, el ropaje más lindo del alma, el mejor antídoto contra las preocupaciones, la oración de los sabios, la contraseña entre los amigos, acorta el tiempo de la angustia, crea la felicidad, es una clara manifestación de salud mental, emocional y espiritual, es descanso para los fatigados, calor para los tristes y luz para los decepcionados. Una sonrisa es como el sol, ilumina, calienta y se irradia.
¿Cuánto cuesta? Nada. ¿Cuánto beneficio puede dar? Mucho. ¿Qué tiempo dura? Un instante. ¿Y cuánto perdura en la memoria? A veces toda la vida.
¿Quién es tan rico que no la necesite? Nadie. ¿Quién es tan pobre que no pueda regalarla? Nadie.
¿Se empobrece el que la da? No, al contrario se enriquece. ¿Se puede comprar o vender? No, sólo se puede ofrecer gratuitamente.
Sonríe siempre, para no dar a los que no te quieren el placer de verte triste, y para dar a los que te aman la certeza de que eres feliz.
Todos necesitamos reír y recibir sonrisas. A mí me gusta reír a carcajadas hasta que me duela el estómago, y me gusta que la gente ría a mí alrededor. Me gusta tu sonrisa, gracias a tu sonrisa nace la mía porque tu felicidad me hace sonreír como una tonta, tu sonrisa hace que se me acelere el corazón cada vez que te veo, la que hace que tiemble cuando me hablas, la que hace que me sienta como una inocente niña enamorada, pero sobretodo, esa sonrisa es la que hace mi felicidad. Por favor, que tu sonrisa no desaparezca, porque si lo hace se llevará la mía con ella.

miércoles, 17 de octubre de 2012

Conjugación al desafío



A veces voy uniendo todas las palabras que te escribo, poco a poco y con cuidado, otras veces descontroladamente, como se escapan de mis dedos. Pero es lo mismo, punto a punto y cometiendo algún error a causa de ese descontrol que me define en ocasiones.
Con ellas te protejo de la soledad que cala a veces hasta los huesos, y no quepo en mí de gozo cuando te imagino leyendo lo que te escribo y sonriendo, sabiendo que con ello consigo darte amor como cuando estamos cuerpo a cuerpo. Como cuando nuestras caricias actúan de caldera y parece que pudieran deshacer cualquier problema.
Cómo te echo de menos cuando te escribo, me ahogo en esta improvisación inspirada a causa de tu falta, y te pienso todo el tiempo. Estás tan presente cada segundo que no sé cómo no llego a tocarte en este delirio que se alimenta de sentirte. Dentro de esta cabeza nado en ese mar de miradas que son tus ojos, y casi me atrevo a jurar que te tengo delante cuando sueño contigo. Anhelo tu mano igual que el aire cuando huele a ti porque todo mi centro, mi núcleo, mi esencia, mi yo... todo es tuyo y también estas letras.
Siempre voy a amarte no porque esté en tu café de cada mañana, en el lugar que habitas, en el gesto… no porque dices que soy tu alegría, ni porque me tengas en tus cartas, tus libros, tus triunfos, tus razones fundamentales, tus pasos decisivos... ni porque me colmes los caprichos... simplemente siempre voy a amarte porque estoy en ti como una sombra, una necesidad, una palabra a tiempo, un dedo en el aire, una mano en el hombro, un poco de agua fresca, una canción, un sueño interminable, una manera de ir y regresar... tocándote adentro donde nadie nunca había llegado a tocar.
Soy adicta al riesgo, al cosquilleo de las mariposas, al fluir de la sangre por mis venas, al calor de tus besos, al fresco olor de tu aliento, a respirar... a estar al borde del precipicio y volver a respirar profundo, y me da igual la sensación de vértigo y la posterior caída, el impacto contra el suelo de bruces... el pánico a que desaparezca el batir de mis alas. No me juzgues, mis defensas caen ante esa mirada, mi fuerza de voluntad no existe cuando oigo brotar de tu garganta un te quiero, y me convence el sabor amargo del "lo siento, nunca debí hacerlo". No me juzgues, pues no aprenderé nunca a tener cuidado, a no tropezar, a ir despacito al caminar... yo necesito volar.
Este amor que es mi tormento, mi locura… recorre todo mi ser, me envuelve y me turba los sentidos con éxtasis y felicidad pura. Es un sueño del cual tú eres el dueño, un sueño de loco pero tiene lo que yo soñé y siempre imaginé. Este amor es mi alegría y me hace vivir en un mundo de fantasía. Es mi suerte por eso no quiero perderte porque este amor me ayuda a vivir y a no morir. Es mi fortaleza, mi refugio. Este amor y tú son perfectos para mí.
Pienso en ti día y noche, cuando juego o cuando camino... Tu mirada me cautiva, tus besos me atrapan, tu voz me domina, ocupas mis pensamientos. Cuando estamos separados… solo pienso en el momento que te vuelva a tener. Esta historia de amor es mucho más que eso, es nuestra historia de amor… No puedo escapar de ti porque no quiero, quiero estar atada a tu amor…
Este amor hermoso recorre mis venas y mi alma, cual tormento me estremece, es un vivo licor agridulce que me gusta, es mi atadura porque me encanta, me hechiza, me lo quedo para siempre. Está en todo mí ser, es complemento de mi pasión y mi hoguera… quisiera que fuera eterno, que fueran más largos los días para en profundo derroche de amor, pasión y locura fundirnos en la espesura con el vaivén de nuestros cuerpos. A tu lado lo malo se olvida por eso no me arrepiento de entregarme en cuerpo y alma.
Búscame siempre que necesites alguien con quien llorar en tus desvelos, en la multitud, en el silencio, en la lluvia o el invierno. Búscame siempre a mí, tu amiga, tu amante, tu confidente. Cuando sientas que la agonía de vivir este amor se hace agobiante, búscame, yo vendré sin preguntarte ni el cómo ni el por qué. Vendré para seguir diciéndonos “te quiero”, para seguir sintiendo el mismo escalofrío cuando la piel recibe esas caricias, y el estremecimiento del corazón, y la perdida de la razón con cada beso. Y beso a beso volvernos cada vez más locos tú y yo.

miércoles, 10 de octubre de 2012

Hablando de amor


He tenido unos días muy agitados y complicados, con muchísimos problemas pero ya estoy de vuelta.
Hay muchos post que generan gran cantidad de comentarios y con el anterior ha vuelto a suceder. Los comentarios valen tanto o más la pena que los párrafos que los preceden. En este caso, resulta que toqué un tema sensible, que siempre tiene mella: el amor. Algunos hablan del “amor que duele”, “morir de amor”, “amores que matan”, de pasión, sexo, y algo más osado aún... ¡medias naranjas! Y en todo este caldo de cultivo... me han entrado muchas ganas de seguir hablando de amor.
Una vez más me llamó la atención que estos queridos amigos (la mayoría desconocidos míos), no sólo leen sino que comparten sus palabras con las mías, haciendo de este blog un lugar mucho más rico. Pues para ellos, para todo los que creen en el amor y también para los que no creen, seguimos con el amor.
El amor es el sentimiento más fuerte que existe, una pasión que todo lo abarca, una fuerza arrolladora, un entusiasmo abrumador. Es tratar de no herir, ni cambiar, ni dominar al otro… es comprenderse, escucharse, apoyarse, divertirse el uno con el otro, encontrar deseos que compartir, luchar por metas comunes… El amor es un sentimiento que tenemos que apreciar, cultivar y atesorar porque es la razón de la vida.
Yo sí creo en el amor. Absolutamente. He tenido la dicha de conocer ese amor romántico, que te embriaga y te transporta al más alto deseo sexual, pero también te lleva al más acogedor nivel de paz. Cuando en la persona que amas descubres unos ojos que te miran con admiración, encuentras motivos para creer en ti, más que en ningún otro lugar del mundo y en ese camino alcanzas el máximo potencial personal, profesional y humano.
Amigos, estar enamorado es dar con la palabra que se precisa para hacer frente a la muerte, es encontrar la llave que abre la cárcel en que el alma está cautiva, es advertir en unos ojos una mirada verdadera, es descubrir dónde se juntan cuerpo y alma, es gobernar la luz del fuego y al mismo tiempo ser esclavo de la llama, es adueñarse de las noches y los días. Si el amor nos lleva a ser "pareja"... suenan campanas, pero si no, lo importante es amar y sentir cómo te aman y si la convivencia es imposible o muy difícil, los caminos se separan, pero no los corazones que pueden perfectamente seguir vinculados por amor.
Amar es aceptar sin cuestionamiento alguno la libertad del otro, es comprender que no existe el yo sino el nosotros. El amor no conoce de edades, razas ni religiones pues las palabras son dictadas por el corazón. Amar es perdonar, gozar con los logros, sufrir con las derrotas del otro, pero sobre todo, amar es entender que quién nos ama acepta nuestros defectos y virtudes.
Lo que hacemos sin amor, genera frustración y dolor. Alguien puede dar sin amar, pero no se puede amar sin dar. A menudo escucho eso de “conformarse” que usan muchas parejas y realmente no lo entiendo. Hay un por ciento elevado de personas emparejadas que lo hacen por motivos que tienen más de ese conformismo que de amor, y no los juzgo ¡no soy quién para juzgar a nadie!
Pero… eso no me encaja. Eso no es amor, y por tanto no soporto que a ese conformismo lo llamen “amor”. El amor no es apego, ni produce pesar. No puede convertirse en parte del esquema social. Cuando él no está presente comienza el afán en todas sus formas. Intentamos llenar ese vacío de diferentes maneras, con entretenimientos, peleas, bebida, creencias, alguna forma excesiva de actividad... No hay fuga posible de la soledad.
Siempre me ha gustado llamar a cada cosa por su nombre: “somos amigos”, “somos compañeros”, “somos amantes”, “estamos de paso”... son expresiones que se pueden poner en práctica, pero... TE AMO, es una preciosa coincidencia que se da muy pocas veces en la vida y es una suerte, porque el amor existe y es simplemente eso: amor de verdad, sin máscara, sin dobleces.
Tanto se puede creer en el amor como se puede dudar. Si se practica lo segundo se vive una vida donde se edifican paredes de protección con el propósito de no ser dañado. Pero con el tiempo y el aislamiento uno se da cuenta que esos muros se han convertido en nuestra prisión y ese es precisamente el momento en que hay que decidir si quedarse ahí y morir o iniciar el camino de la liberación. Los apegos generan dolor, es un hecho; pero escapar de la realidad ocasiona más confusión y dolor.
Yo creo en el amor, lo siento, lo vivo. Y si este amor fracasa no dejaré de creer en el AMOR, sufriré como le pasa a todo el mundo, pero te aseguro que volveré a amar. Mi ser está lleno de tu amor y yo también te amo, pero quiero amarte sin absorberte, apreciarte sin juzgarte, unirme a ti sin esclavizarte, invitarte sin exigirte, dejarte sin sentirme culpable, criticarte sin herirte y ayudarte sin menospreciarte.
Mi mundo se vuelve de colores cuando estas a mi lado, mi vida se ilumina y en mi rostro se dibuja una sonrisa. Me enternezco al sentir tus manos sobre las mías, al sentir tu brazo de apoyo y gozar de tus fantasías. Sin temor a equivocarme te digo que mi mundo es mucho mejor cuando tu estas conmigo. Eres tan real, tan mío, soy tan tuya… te toco, te siento, disfruto cada noche de tu cuerpo, disfrutas cada noche de la locura de mi pasión… tan soñado, que soñamos juntos nuestras fantasías y las hacemos realidad, tan pensado que eres fuente de inspiración y... tan...
Pasión desbordante siente mi alma cuando te acercas, me alborotas las entrañas, me excitas las neuronas. Todo empezó con un beso que de mis labios se prendió y ahí se quedo. Ves, ni en las prisas mi mente deja de pensar, ni mi corazón de sentir y mis dedos no paran de escribir porque me es muy difícil explicar con palabras todo lo que tú me has hecho sentir, pensar, soñar, desear…
El amor vive dentro de mí y quiero que siga siendo así porque sin amor la vida no vale nada. La inteligencia sin amor te hace perverso, la justicia sin amor te hace implacable, la diplomacia sin amor te hace hipócrita, el éxito sin amor te hace arrogante, la riqueza sin amor te hace avaro, la verdad sin amor te hace hiriente, el trabajo sin amor te hace esclavo, la sencillez sin amor te hace mediocre, la oración sin amor te hace ser un farsante, la amistad sin amor te hace utilitario, el matrimonio sin amor te reduce a un objeto... en fin la vida sin amor no tiene sentido.

lunes, 1 de octubre de 2012

A ver si lo entiendes

Volviste a preguntar si te quiero y por qué. Muchas veces te lo he dicho aunque quizás no me he explicado bien. Cómo no decir que te amo, si me brota a flor de piel; si en cada lugar que estoy siento que estás conmigo. Te amo porque tienes un no sé qué y un qué sé yo, que me encanta.
Cuando estoy contigo me paso todo el tiempo riendo, verte me produce un cosquilleo en la barriga tan grande que no puedo dejar de sonreír y aunque estemos hablando entre todos, la sonrisa es para ti, porque eres el único capaz de meterme mariposas en el estómago sólo con tu presencia. Cuando estamos muy cerca y entre la gente, paso casi todo el tiempo mirando hacia abajo para no mirarte a los ojos porque si lo hago me quedo embobada irremediablemente. Es increíble como entre la gente sólo puedo verte a ti.
¡Si me das una sonrisa te doy lo que tú quieras! Doy la vida por verte sonreír. Contigo todo es tan diferente, todo es tan vívido. Si jugamos haces trampas en mi cara para provocarme. Me acaricias cuando nadie te ve y cuando todos lo hacen, cuando comes no dejas de mirarme, me seduces con un caramelo mientras tus ojos chispean de malicia, me bebes a besos y me dejas sin aliento para regalarme el tuyo.
Te amo tanto que puedo tocar el cielo con las manos y no es un sueño o un delirio, sé que lo hago porque mi cielo es tu sonrisa y esas miradas tiernas que siempre me haces. Se me acaban las palabras para explicar cuanto te amo, pero lo sé y lo sabes y es todo lo que se necesita para ser feliz.
A veces me preguntas porque dudas, yo lo sé. En el fondo ¿sabes qué pasa?, que me cuesta mucho decirte que conocerte me cambió la vida, y ¿sabes qué más me cuesta decirte?, que me cambió para mejor. Siento necesidad de estar a tu lado, mirando esos ojos que me perturban, me acarician, me confunden… Bendito sea el día que te conocí, venerado el día que te sentí, bendecido y adorado el momento en que nuestros caminos se juntaron. Porque mi corazón no miente, ni mi cuerpo que se derrite en tus manos.
Te amo sin fechas ni horarios, sin tiempo ni espacios, sin horas ni calendarios, si llueve o es verano, sin razones ni fundamentos, sin cuestionamiento. Te amo en la hierba y el firmamento, en todo lo que me rodea... bajo la brisa y el viento, sin saber por qué o cuándo. Sólo sé que el destino te trajo a mi y me hizo el mejor regalo, el de tu amor. Por la ternura con que tus manos me tocan, la sensualidad con que tus labios me besan, el amor con que tus ojos me miran... no puedo evitar enamorarme cada día más de ti... eres todo para mi... la pasión, la ternura, el amor... te amo con todo mi amor, con toda mi alma, con todo mi sentimiento... seré tuya sin condición.
Mira, hagamos un pacto, es muy sencillo. Prometo darte un beso cada día y un abrazo cuando te vea, en las despedidas o, simplemente, cuando necesite dártelo. Te prometo que vamos a pasar días inigualables, inimaginables, perfectos, de locura, llenos de momentos que jamás olvidaremos, con mil y una sorpresas, llenos de besos, de cariño, de abrazos, llenos de ti, llenos de mí pero también te aviso que habrá más de una tarde que no me aguantaré ni yo aunque intentaré no pagarlo contigo.
Te prometo que cuando nadie te entienda, cuando te sientas solo, cuando no sepas a quién acudir, yo voy a estar ahí para comprenderte, para animarte y para sacarte esa sonrisa que tanto me gusta. Yo prometo quererte y decirte cada día que me gustas, que me encantas, que estoy colada por ti hasta los huesos... A cambio de todo esto, yo no te pido nada, solo que estés conmigo.
Tu mano es mi caricia... tu sueño es mi deseo... tu mirada es mi descanso... tu nombre es mi canción... tu boca es mi refugio... tu alma es mi regalo... y sabes mi amor, el placer será mi arma... recorreré tu alma y secuestraré tu amor... Te aseguro que no habrá rescate... Sólo Pasión...