Bienvenidos a este humilde pero sincero espacio. Aquí escribo mis pensamientos, cosas que me preocupan, algunas vivencias, historias que conozco... lo que me dicta el corazón para compartirlo con otras personas, es una manera de saber que no estamos solos en este mundo virtual y poder hacerlo más real y cercano. Me gusta escribir y me siento bien haciéndolo, ojala estás letras lleguen a ustedes como yo quisiera. Siéntanse libres de comentar lo que deseen. Gracias por estar aquí.

sábado, 30 de julio de 2011

Soy adicta a la música



Me gusta la música, todo el día estoy escuchando algo, realmente me relaja. Desde siempre la música, la lectura, el cine y escribir son mis actividades favoritas. Claro no me gusta toda la música, aunque cuando es algo bonito y que transmite sentimientos sin importar el género disfruto escuchándolo. Me gustan casi todos los géneros, hasta la música ranchera (¡adoro escuchar un buen mariachi!), ¿saben que entre mis novelas favoritas está La hija del Mariachi? Precisamente porque está llena de rancheras lindas que giran alrededor de una historia de amor.

Algo que no me agrada es el reggaetón (hay algunas canciones y cantantes de este género que me gustan y admiro), realmente no es el género lo que me provoca aversión sino la inmensa cantidad de canciones groseras que tiene, pienso que existen diferentes formas de expresión y cada una de ellas es respetable sin embargo las malas palabras usadas o el mensaje que trasmiten la mayoría de este tipo de canciones no son de mi agrado. Detesto esa mierda de música sin sentido, de sexo implícito y barato que hace perder la magia del amor.

Cada música tiene su momento y cada momento tiene su música. Por ejemplo me gusta la música "clásica" pero no la oigo todo el tiempo. Escucho algo alegre, romántico o triste, según las circunstancias o momentos, todo depende del estado de ánimo que tenga. Como dijo Aristóteles: “La música purifica las pasiones y provoca en los humanos una alegría inocente y pura”.

La música romántica es preciosa, sin embargo hay personas que les da pena decir que le gusta para que no los tachen de “cheos” porque hay una tendencia general a la música bullanguera. También hay canciones de amor malas, ningún género se salva de la mediocridad. Pero yo soy romántica por naturaleza y no me da ninguna pena expresar mi gusto por la buena música romántica, me encanta. Es mágica y si habla de sexo y el desenfreno de los amantes prohibidos siempre lo hace de forma elegante, transmitiendo pasión y enalteciendo el amor.

Realmente disfruto mucho la música y con tanta variedad (en la variedad está el gusto) he encontrado los tipos y artistas de mi preferencia, ya sea por su tono de voz, por la letra de sus canciones, por el ritmo u otros factores que inconscientemente van haciendo aumentar en la mayoría de las veces un fanatismo o simplemente un gusto.

Me gusta escuchar a Franco de Vita, Alexandre Pires, Pimpinela, Luis Fonsi, Camila, Ricardo Arjona, Laura Pausini, Wisin & Yandel, Miriam Hernández, RBD, Enrique Iglesias, Shakira, en fin no podría nombrarlos a todos, la lista sería muy grande pero les voy a confesar quien es mi consentido: CHAYANNE, adoro a ese hombre, su música, su ritmo, su sencillez, su talento, su carisma, esa sonrisa que enamora, ese baile sensual y varonil (baila como los dioses, se mueve con soltura ¡Dios, es adorable!), esa mirada pícara y sugerente… estoy marcada por sus canciones que me llegan al corazón. Es un artista completo y un gran ser humano.

Para mi pasado cumpleaños, mi gran amiga estuvo recopilando videos de él e hizo un DVD con ellos para regalármelo. Desde que me lo dio lo pongo tanto que hace unos días, muerta de la risa me dijo que iba a tener que sacarle una copia porque ese en cualquier momento iba a echar humo, pueden imaginarse ¿verdad?

Para mí la música y el amor sí van de la mano, porque hay muchos momentos en los que una canción dice de manera más clara que las palabras, lo que uno siente. Ya dije que busco en cosas externas partes de mi, como en las series o en personajes de películas. Bajo esa premisa, creo que busco en las canciones la sensación exacta que tengo en algún momento y que por mis propios medios no logro descifrar. ¿Denota esto una falta de identidad clara y definida o simplemente la necesidad de una reconfirmación externa de que lo que me pasa no es ni tan raro ni tan malo y que alguien más en este universo se siente igual?

Los que sufren mal de amores cuando escuchan canciones tristes las viven en carne propia, como si cada nota les cortara un poquito más las venas, haciéndolos sentir vivos y parte de una historia de amor que no es propia, pero de la que se adueñan palabra por palabra y que terminan abrazando. ¿Será que es cierto que cuando tienes el corazón roto todos los corazones rotos del mundo se transforman en el tuyo?

Algo que me molesta mucho es esa gente que te impone su música, es decir la ponen a toda voz para que tengas que escucharla quieras o no. Sobre todo los jóvenes con su estúpida moda de andar todo el tiempo con sus MP3, MP4, Ipod, PCP, etc., en las guaguas, paradas, parques, tiendas, en cualquier lugar puestos para el “disfrute” público porque aunque ellos tienen puestos audífonos (no sé como no pierden el tímpano) la música se escucha en los alrededores y de esa forma te imponen su vulgaridad (porque casi siempre lo que están oyendo es ese tipo de música grosera), y yo me pregunto ¿es que no se paran a pensar tan solo un momento que la gente que está a su lado no le interesa escuchar su absurda música? Bueno, esperemos que eso algún día cambie.

En cuanto a mi adicción a la música, no se si será buena o mala, pero la cosa es que todo el tiempo tengo música puesta. Antes de nacer mis hijos hasta dormía con música clásica, bien bajito, obvio. Lo cierto es que la mayoría de las cosas que hago las necesito hacer con música, si limpio, si lavo, si cocino, si escribo, si estoy descansando… tengo que poner música para sentirme a gusto. Si estoy triste o de mal humor hasta el punto de que no soporto ni que me hablen también pongo música. La música me relaja mucho y me hace estar de buen humor, sin ella no viviría.

No es una obsesión, es puro placer. Y si son esas canciones con mucho ritmo como Torero, Santa Sofía, Caprichosa, Dulce y peligrosa… de Chayanne siento como la música se me mete en la sangre y me golpea fuerte, lo súper disfruto. También me ocurre con otras canciones y otros grupos o cantantes, lo que pasa es que ya les dije que el es mi preferido.

En fin, como decía Friedrich Nietzsche: “La música torna libre al espíritu, da alas al pensamiento, con ella abarcamos el mundo como si estuviéramos en la cumbre de la montaña”.

jueves, 28 de julio de 2011

EL AMOR ME DA ENERGIA


Hoy pensaba en la vida, en lo que quedó en el ayer y lo que vendrá mañana, en esa vida que pasa, que sigue sin parar y simplemente no sé qué me depara. Soy feliz, con lo poco o mucho que tengo, con las penas y alegrías, con los amores y desamores, con los aciertos y desaciertos, cuando me caigo pero sobretodo cuando me levanto, y aunque a veces duela, sigo viviendo, eso es la vida. El amor me da energía, me hace sentir completa, es lo que cierra el círculo. Me eleva, me levanta, me hace pensar con grandeza, me hace mejor persona. Cuando tenemos amor podemos compensar muchas cosas que no tenemos.

He pasado unos días junto al mar y a pesar de que no has estado a mi lado no he dejado de pensar en ti, tu ausencia a veces me duele pero la entiendo. No me explico cómo sigo enamorándome de ti, a pesar del tiempo y soy capaz de susurrarle a la brisa lo puro de tu amor, contando el paso de los días y las horas para verte, aunque esta vez me sorprendiste como a veces sueles hacerlo, acelerándome el pulso y entrecortando mi respiración. El amor es un misterio y me voy perdiendo entre lo real y lo ficticio, sin querer ser encontrada, en éxtasis por tu calor. Hablando de risas y amores, hablando de besos y flores me sorprendí… pensando en ti. Amándote en los pensamientos y en el acto, anhelando despertar por tu mirada, soñando con tu voz.

¡Ay, mi amor! Ni los años, ni la costumbre hacen que dejes de mirarme como si fuera única, me abrazas entregándome el alma, me coges de la mano y me haces sentir protegida. A veces nuestras diferencias nos alejan, pero en el fondo no quiero que me dejes ni dejarte nunca. No te gusta mucho conversar, no sabes decir cosas lindas, así que quédate callado si lo prefieres pero nunca apartes tus ojos de los míos. Temblé ayer y aún tiemblo cuando me sorprendes. Tiemblo yo, tiembla mi corazón. Nuestra historia es tuya y mía, eso nada podrá cambiarlo nunca. El día que no puedas amarme como yo lo hago, simplemente déjame ir.

Cuando te conocí no estaba buscando el amor, solo caminaba por un lugar cualquiera, pero ahí estabas tu, con una mirada perturbadora y unos labios que invitaban a la locura… yo quede flechada, esa flecha llegó a su destino que era el centro de mi corazón, de donde nunca más saldría este sentimiento que hoy me une a ti. Quiero amarte como si tan solo me quedara un día de vida, y al mismo tiempo como una inmortal que tiene miles de vidas para amarte eternamente. Abrázame fuerte, para sentir el amor en tus brazos y la felicidad en tus labios, mírame profundo, para que mirándote me enamores de nuevo y con una caricia te entregue mi vida.

Sería bonito pararse un instante y volver a ver esa mirada, ese primer encuentro, la primera impresión… aquella charla, aquellos besos. Vivir las mismas sensaciones de aquel momento... sin haber perdido esa frescura de los primeros encuentros, la inocencia a pesar de los años. Ir descontando días, y descubrir de nuevo tus besos, volver a oír tus primeros te quiero y aquella canción que tanto nos gustaba, bailar abrazados provocándonos y mañana seria ayer... Cuando tu piel se peleaba contra mi piel por ver quién resistía más pasión, amándonos de forma sobrehumana…

No tienes idea de lo que significas para mí… estoy segura que no eres consciente de lo mucho que me das, que cada sonrisa tuya reanima mi vida y con cada caricia en mi mejilla me liberas. Con complicidad del destino nos encontramos en el momento exacto, trataste de que me fijara en ti, prometiste darme tu vida para cuidarme y amarme. Me besaste con ternura, deseo y posesión… Las piernas me temblaban… qué locura… era lo único que pensaba, pero caí en tus brazos y ahora tan solo quiero que me ames.

Mi voz llega a ti entre letras y canciones, envuelta en la dulzura suave de mis caricias, seduciéndote… una sonrisa estalla en mis labios al verte, apenas te puedes contener y algo vibra dentro de mí... coqueteo con descaro, me muevo entre sonrisas y gestos… entre mohines y coquetería... aún no me tocas solo buscas mis ojos con tu mirada, en silencio nos hablamos, sonríes… sientes mi sensualidad que te invita a compartir el deseo… Se me nota en la mirada y cuando me aparto el cabello de la cara, me humedezco los labios y caen los pensamientos... Mi boca y tus labios devoran besos de locura mientras la noche se viste de madrugada y luego lentamente comienza a amanecer.

Si no tengo tus besos, esos besos que curan enfermedades, despeinan y desvisten el alma, calientes como el verano, románticos como la primavera, que no aburren ni cansan... siento que en mi vida todo falta. Cuando tus ojos no me miran la luz de mi día es menos brillante, si tus manos no me tocan mi piel se siente desolada. Siempre fue así, desde el comienzo.

Me mirabas dulcemente, me acariciabas con la mirada, notaba tus caricias que me quemaban sin apenas rozarme. Ansiabas tocarme, poseerme, tus deseos ardían y la locura nos llevaba a sumergirnos en deseo y placer hasta que llegaba la culminación con un grito apagado, callado por los besos y el desespero de un abrazo. Tus besos, tus caricias, tu mirada, son el agua que calma mi sed, el alimento que nutre mi alma. Me gusta sentirme tuya, bajo la noche estrellada... me tomas en tus brazos, me aferro a ti, siento tu boca que me vuelve loca, un mar se sensaciones, me matas... cuando no estás te extraño tanto que el mundo entero se hace nada…

Con el paso de los años y la rutina de la vida haz llegado a dudar de mi amor, lo sé y a veces, por soberbia, no te saco de la duda. Pero te amo más cada día que pasa, con cada suspiro y con cada nuevo amanecer, te pienso como nadie más lo hace, aunque lo dudes mi vida eres tu y yo te amo mucho más de lo que pudieras pensar. Por ahora y por siempre, sin excusas, sin dudas, sin sospechas ni reclamos... tal vez nos perdamos en el tiempo, ese tiempo que viene de ti y que me envuelve, que me lleva, más allá de la imaginación para seguir perdida en tus brazos...

Estamos concientes de que nos tenemos y sé que nos queremos con la misma certeza de que el sol sale cada mañana. Voy unida a ti como la muerte a la vida, mi corazón late en tu pecho y el tuyo palpita en mi silencio. El mejor tiempo de mi vida han sido los años que he pasado junto a ti (pronto llegará otro aniversario que tal vez olvides como otras tantas veces por desmemoriado). Cuántas cosas hemos vivido, cuántas glorias y derrotas, pero siempre unidos tú y yo porque nos amamos y nos necesitamos uno al otro. Amarte en realidad es un premio, desconozco si te merezco (a veces lo pienso) pero al menos lucho por merecerte, tu amor es un regalo que cualquier persona debería recibir, pero que sólo tengo yo.

Pero es cuando te veo y te siento, que las palabras se atoran en mi tímida garganta y no puedo hacer más que seguir amándote. Tomarte entre mis brazos para que notes mi corazón desbocado y puedas contar el compás de mi respiración. Te amo porque cuando pienso en ti la magia del deseo roza cada poro de mi cuerpo reclamando tú presencia.

¿Todavía eres capaz de sentir mi deseo por ti? Si quieres sentir como mis labios se acercan a ti, como recorren tu piel de camino hacia tu hombría… si estás deseando sentirte lamido, devorado… si quieres que te regale un orgasmo largo, intenso, único con mi boca y te entregue mi cuerpo de hembra entre besos y caricias… Si quieres en tus noches mis pasiones, no dudes en buscar en mi cuerpo tu alimento... Refréscame con la boca y las manos mi cintura, mi piel, mis senos, mi sexo... Ya me apetece algo más insolente, más descarado... lo demás se volvió rutina... Empápame mi amor, mójame… Arrastraré tus ganas, sigamos el ritmo del latir de nuestros corazones que se hacen uno en esos momentos de placer, bailemos con nuestras miradas fijas, nuestro aliento agitado y nuestras vidas enlazadas por un acto de amor.

Tu respiración agitada, tu cuerpo adentrado en la penumbra, mi respiración junto a tu oído, escuchas mi voz que se mezcla con los gemidos… las pupilas dilatadas, los labios abiertos y la voz ahora entrecortada de placer. Tu perfil ausente de conciencia que grita al cielo inexistente en la noche... mi perfume envolviéndote, tomando tu alma desde lo más profundo, recorriendo tu piel con apenas mis suspiros, estremeciendo tu cuerpo con mis besos, mordiendo tus labios… mientras tu repites mi nombre, el nombre del deseo, el nombre del éxtasis, en medio del placer de amarnos hasta quedarnos sin fuerzas.

martes, 19 de julio de 2011

La ansiedad muere en tu piel

Camino sin dirección, llena de ansiedad, los días sin ti son como morir. Un sueño, una ilusión, un pensamiento, un suspiro, un beso, una mirada, una palabra, un sonido, un silencio, un sigilo, un te amo, una promesa... todo lleva tu nombre mi amor... La ansiedad siempre muere en tu piel, todos los miedos se van… No tengo mucho que decir, más que Te amo… amo tus manos cuando me tocan, tus labios cuando me besan, tus ojos cuando me miran con esa ternura característica. Te quiero sin decirlo, en silencio, cuando caigo derrumbada y me levanto, cuando no estás mis palabras me ahogan, dan vueltas en mi cabeza… Contigo me siento tranquila y no importa nada si estás conmigo.

Desatas en mí los más grandes deseos y mis más bajas pasiones. Tu toque y tu mirada embriagan mi corazón y exaltan mi espíritu que anda loco de amor. Somos dos cuerpos enamorados y deseados, con tu fuego desencadenas mi pasión, juntos nos volvemos uno sin pensar, no hay fuerza que nos detenga… haces de mi una mujer desequilibrada. Caí en tus brazos y sin condiciones me has amado. Tiemblo cuando me arrancas la vida en un beso, estoy atada a estos deseos que me abrazan el alma, a esta llama que no se apaga, a nuestro volcán de pasiones, a tu amor, desde que nos conocimos y te tuve cerca la primera vez supe que seria así... Tu amor, tu deseo están clavados en mí y me encadenan cada vez más.

Eres la extensión de mi alma, el guardián de mis sueños y de mis pensamientos, la unión perfecta e infinita. Eres un mar bravío de caricias fulminantes e inmorales buscando mi desnudez, de fuego y pasión que me sacude, locura candente que recorre mi cuerpo… piel con piel, un mismo deseo, excitados los sentidos... rompemos todas las reglas para amarnos de mil maneras hasta perder la noción del tiempo...

Cuando voy suavemente hacia ti, me deslizo entre suspiros, libre de ataduras siento el ardor en mis venas, mi pulso agitado… la ansiedad de amarte me da el valor de tocarte acabando el tormento… eres el dueño de mis besos, de mis pensamientos, de mis sueños, de mis ganas… Tus manos dejan huellas en mi piel que no las podrán borrar ni el tiempo ni la distancia...

Tus labios me dan una dulce sensación de placer y éxtasis... tus caricias sensuales me gritan que estás deseoso por sentirme y ansioso por tenerme... Voy a darme el sumo placer de tenerte y a su vez darte el placer de poseerme en un ardiente encuentro de pasión. Nuestros cuerpos formarán uno deleitándose con cada contacto... hoy quiero que nos amemos sin pensar en el mañana, solo viviendo a plenitud este deseo descontrolado que nos domina y atormenta... Sabes… yo soy tu dulce y tierno angelito que está dispuesta a llevarte al paraíso terrenal del placer... sé que te gustan mis diabluras (como a mi las tuyas), con sentir mis manos y el dulce roce de mis labios... tocarás el cielo...

El deseo brota por tus ojos cuando me quieres tener... nuestros cuerpos se enredan en la sala, en el sofá, en la cocina, en el baño, en el piso... cualquier lugar es bueno porque en nuestra unión todo es celestial. Yo soy lo débil y lo fuerte de ti, tu fiera salvaje… ese fuego que sientes y te estremece rompiendo los esquemas... la que pone en ti los placeres y los anhelos del cuerpo. Soy lujuria... reina de tu cama y de tu ser. Si esto no es querer… dime tú, entonces lo que será...

jueves, 14 de julio de 2011

Amiga… tu lealtad te hace muy especial


Hace varios días no me siento bien de salud y hoy para rematar tuve un gran disgusto después del cual mi día terminó de joderse. El dolor de cabeza que me había empezado en la mañana en la tarde se hizo insoportable, haciendo que me sintiera peor tanto anímica como físicamente. Lo que provocó que mi buen humor se fuera a la mierda y para no herir a nadie (aunque alguien se lo mereciera) decidí acostarme.

Unos instantes antes de encerrarme en mi cuarto recibí la llamada de mi mejor amiga, para ponernos de acuerdo sobre algo que tenemos en mente. Hablé poco y seco, me interrumpió y preguntó qué me pasaba, a lo que contesté que nada y continúe la conversación donde ella la había interrumpido. A los pocos instantes me volvió a preguntar y esa vez ni le contesté, continúe hablando sobre el tema que nos ocupaba, la escuché sonreír y dijo “está bien, después te llamo”. Colgamos y me acosté.

No pensé en volver a hablar con ella hoy y mucho menos en verla porque sé que por estos días está complicada y yo no estaba de humor. Cuando estoy así a veces prefiero encerrarme, tal vez no es lo mejor pero a veces lo hago. Dormí alrededor de cuatro horas aproximadamente. Cuando desperté, encontré una nota sobre este mismo teclado, era suya, empezaba así: “Vine a verte porque me quedé preocupada…”. Sonreí y recordé una frase de Sir Fracis Bacon: “La amistad duplica las alegrías y divide las angustias por la mitad”. Sólo le bastó escucharme al teléfono para saber que algo no andaba bien y como no obtuvo respuesta a su pregunta vino a verme, me vio dormida y no me despertó, confirmó que estaba bien de salud, eso le ratificó que el problema era otro y un poquito más tranquila, escribió su nota (que al final decía “¡me llamas!”) y se marchó.

AMIGA, tan solo cinco letras que con sinceridad encierran un universo. Dicen que los verdaderos amigos se cuentan con los dedos de una mano (a mi me sobran dedos) pero es la verdad. Las amigas son personas que nos acompañan incondicionalmente en los buenos y malos momentos, a quienes les confiamos nuestros secretos, recurrimos cuando necesitamos ayuda y con quienes nos desahogamos cuando todo parece ir mal. Una amiga es esa persona con la que puedes pensar en voz alta, es quien lo sabe todo de ti y a pesar de ello te quiere. La amistad es el ingrediente más importante en la receta de la vida.

Siempre se ha dicho que a medida que el ser humano avanza en la vida, crece y madura va adquiriendo amistades más sólidas y duraderas, eso que el dramaturgo venezolano Isaac Chocrón llamó: “La familia escogida”. Los amigos son necesarios, a ellos los empleamos para revelar cosas innombrables frente a nuestras familias o parejas, les pedimos consejos, los justificamos, somos cómplices y saben todo por cuanto pasamos tratando de ser mejores seres humanos.

A veces encontramos una amistad especial: ese alguien que al entrar en tu vida la cambia por completo. Que te hace reír sin cesar, te hace creer que en el mundo existen realmente cosas buenas, que te convence de que siempre hay una puerta lista para que tú la abras. Esa es una amistad eterna... Cuando estás triste levanta tu ánimo, te ayuda en los momentos difíciles y de confusión. Si te alejas te sigue, si pierdes el camino te guía, te lleva de la mano y te dice que todo va a salir bien. Cuando tienes una amistad así te sientes feliz y satisfecha porque no tienes nada de qué preocuparte, sabes que para lo que venga siempre habrá alguien a tu lado. Tener una amiga, saber que contamos con unas manos que aplauden nuestros triunfos o se tienden de apoyo en la derrota, es saber que alguien nos acepta con todas nuestras virtudes y defectos, es desechar de nosotros la vergüenza que nos puede causar la imperfección humana, es tener la certeza de no estar solos jamás.

Como eres una de mis seguidoras constantes, sé que estás leyendo esto amiga mía, y quiero que sepas que tú eres realmente especial, una amiga y una hermana aquí en mi corazón. Siempre estás conmigo cuando te necesito, lo mismo cuando mi vida reboza de alegría que cuando mi corazón ha sido maltratado. Tu amistad me llena de orgullo y espero que así sea a través de los años. Nunca cambies tu manera de ser, entre mi modestia y el tiempo nunca te digo cosas que quisiera. Eres sincera, alegre, siempre dispuesta a ayudar, eres el pañuelo que seca mis lagrimas de desventura o de alegría. No nos une un lazo de sangre pero si un solo corazón y la misma tierra, el mismo cielo y el sol.

Tú, mi amiga, siempre me acompañas, eres un cariño sincero que llega a mi corazón, somos “uña y carne” como dice la gente, tu lealtad y tu nobleza hicieron que te “eligiera” como la mejor, creo que nadie podrá destruir este sentimiento de amistad incondicional que nos entregamos… Reímos, lloramos juntas cuando necesitamos aliviarnos, somos confidentes, cómplices, hermanas. Si crees que algo va mal (como hoy) sales de tu casa en busca de mi sonrisa que no sabes por qué se apagó. Eres capaz de coger mi mano para calmar mi desaliento y llorar conmigo sintiendo mi quebranto... Tu me haz dado el más preciado de los tesoros: tu corazón… y el más bello de los regalos: tu amistad (que es más firme que los contratiempos).

Siempre quise poder confiar ¡de verdad! en alguien que me supiera comprender, aconsejar, una amiga como tú… gracias por haberme dado lo que yo esperaba de ti, por la paciencia y sabiduría que me das, por tu silencio cuando debes callar, por tus regaños cuando debes hablar, me das tu hombro para llorar, tus palabras para reconfortarme, tu mano para levantarme y caminar... tu amistad me enseñó mucho, es mi remanso porque cuando algo está mal recurro a ti (sabes que no lo hago con nadie)... no eres una amiga más, eres mi mejor amiga, ¡la más especial!

Mucha gente entra y sale de nuestra vida, pero solo los amigos verdaderos dejan huellas en el corazón. Amiga es la que te espera cuando estas ocupada, que te ayuda en los momentos difíciles, que te saca de los “apuros”, que te lleva una sonrisa cuando todo está de cabeza, que sabe perdonar cuando el ego te confunde… todo eso y mucho más es una amiga, y todo eso ilimitado eres tú. ¿Sabes que el día que te conocí fue un día feliz para mí? Hacía mucho tiempo no confiaba en nadie, pero aquel día cuando llegaste a mi casa… conversamos, te hice un café, hiciste el trabajo al que venías y tuve la certeza (cosa rara, no por ti sino por mí) de que seriamos buenas amigas.

Cuántos años tuvieron que pasar para que la vida nos pusiera una frente a la otra, sin embargo después de conocernos, en un tiempo casi record, empezaste a estar presente en cada momento importante de mi vida, me has dado la oportunidad de compartir mis alegrías y tristezas contigo. Nuestra amistad se alimenta con un gran y profundo cariño, que se ha extendido a nuestros hijos.

Gracias por animarme y acompañarme, por regalarme con tu presencia esas horas de alegría que tan rápido pasan estando en tu compañía… por todos los momentos que hemos compartido llenos de sentimientos, sueños, anhelos, secretos, risas y lágrimas… por dedicarme tiempo para demostrar tu preocupación por mí y sobre todo tiempo para mostrarme tu afecto, por ser una persona maravillosa… gracias por venir hoy, aunque no nos vimos tu nota me dijo más que tus palabras… ¿Cómo podré expresarte todo el cariño que te tengo? Creo que nunca lo haré, sabes que no soy buena para esas cosas. Quiero que esta amistad nunca termine y te aseguro que cada preciado segundo que hemos pasado juntas quedará atesorado eternamente en mi corazón. Nunca recibí tanto ni le di tanto a nadie. Por lo mucho que valoro tu amistad te escribo hoy lo que sale desde lo más profundo de mi alma.

CARY, AMISTAD SINCERA Y VERDADERA ES ¡LA QUE COMPARTIMOS TU Y YO!

martes, 12 de julio de 2011

UNA MUJER

En este mundo machista, todavía son muchos los hombres que solo saben criticar a las mujeres, aunque no es menos cierto que cada vez son más los que comienzan a valorarnos. Me resulta indignante escuchar a un hombre hacer comentarios fuera de lugar sobre una mujer, de ahí viene la inspiración para estas letras, porque si me resulta ofensivo oír como atacan a mi género (sin miramiento alguno), mucho más me molestan las mujeres que en pleno siglo XXI no saben respetarse y hacer que les brinden el respeto que merecen. Es increíble como todavía hay mujeres que son maltratadas y humilladas por el sexo “fuerte” y siguen siendo corderos (con el perdón de los corderos) en las manos de esos mismos hombres.

Creo que ser MUJER es ser auténtica, no tener poses sino control de ti misma y el convencimiento de poder perderlo cuando te plazca, tener la certeza de lo que vales, dar siempre lo mejor de ti y no dejar nada a medias, si amas amar con todo, si hay que cumplir con un deber hacerlo con empeño, si eres madre darle lo mejor de tu tiempo y de tus sentimientos a tus hijos, apoyarte en tus aciertos, aprender de tus fracasos, aceptar el amor cuando es sincero y aceptar las críticas, si te rompen el corazón recogerlo con orgullo y levantarte, aunque da trabajo pero hay que hacerlo porque justamente ahí aprendemos donde está nuestra fuerza y quizás ese mismo que te destrozó el alma lo lamente cuando te vea ponerte en pie y continuar porque entonces comprenderá (ya tarde) la mujer que tenía a su lado.

El escritor y diplomático español Ángel Ganivet (1865-1898) dijo: “La mujer tiene sólo un camino para superar al hombre: ser cada día más mujer”.

Tenemos que aprender a querernos porque es la mejor manera de darnos valor y no estamos solas, somos muchas. Tenemos que aceptarnos como somos no podemos estar pendientes todo el tiempo ante el espejo diciendo que estamos feas, gordas o demasiado flacas porque lo verdaderamente importante no es el estuche sino el contenido. Aceptarnos como somos involucra todo: la mente y el cuerpo sin importar nuestro aspecto. Sólo creceremos de verdad aceptándonos como personas y eso ocurre cuando nos complace mirarnos en un espejo y vernos felices desde nuestro interior, porque allí es donde nace lo que proyectamos al mundo.

Nunca podemos sentirnos menos que otra mujer, ella puede ser más en algunas cosas, pero tu tendrás tus virtudes en otras… No necesitamos compararnos con nadie porque no vinimos a este mundo para vivir amargadas por no tener lo que otras tienen… tampoco somos ciegas y podemos por tanto estar conscientes de alguna imperfección física, pero debemos decirnos “me gusto así tal como soy, para mí soy perfecta”, porque eso es tener una mente ganadora.

Una amiga de este sitio me escribió hace unos días comentándome que a ella le gustaría sentir un abrazo verdadero del chico que ama, dice que él incluso a veces logra que ella se sienta mal y eso la está destrozando. Me tomé la libertad de decirle que no se lo permitiera porque ella era alguien especial y que si no sentía su abrazo verdadero que no valía la pena seguir. Ojala todo le salga bien, pero tiene que aprender a valorarse como mujer y exigir que la traten como se merece, tengo la impresión de que es una persona muy buena y dulce, no merece sufrir así.

Nosotras las mujeres decimos tantas cosas sin palabras, es una pena que los hombres casi nunca sepan interpretar nuestro silencio o nuestra mirada. Por lo menos los que visitan este sitio, sepan que cuando estamos calladas tenemos millones de cosas dando vueltas en la cabeza, cuando no discutimos estamos pensando detenidamente, si miramos con ojos llenos de preguntas estamos cuestionando cuánto tiempo seguirás cerca… y si respondemos un seco “estoy bien” no estamos nada bien, si miramos muy fijamente a un hombre estamos deseando que sea nuestro para siempre, cuando nos decidimos a decir “te quiero” eso es exactamente lo que queremos decir y si decimos “te echo de menos” pueden estar seguros que nadie en este mundo los añora más que nosotras.

Hace tiempo me convencí de que para aprender a amar a los demás tenía que amarme a mí misma, aceptarme como soy y a confiar en que mis decisiones son las correctas o por lo menos en el momento que las tomo debo creerlo así. Si me equivoco simplemente tengo que arreglarlo en el camino porque soy una mujer dispuesta a seguir aquí, luchando por la vida y tratando de ser coherente con mis propias ideas y convicciones. Si esperamos a ser perfectas para querernos a nosotras mismas, perderemos la vida entera porque la perfección no existe. Por eso tenemos que pensar que ya somos perfectas, aquí y ahora. No soy ni buena ni mala, solamente soy única. La vida me enseñó que sólo queriéndonos a nosotras mismas es que podemos ser perfectas a los ojos de cualquier persona.

Las mujeres somos multifacéticas, somos esposas, hijas, profesionales, madres, estudiantes, amigas, novias, amantes, doctoras, maestras, cocineras, consejeras, en fin… todo al mismo tiempo. Pero ante todo tenemos que ser dueñas de nosotras mismas con valentía porque todo eso es el conjunto de ser una verdadera mujer.

Amigas, hagámonos tres preguntas importantes nosotras mismas:

1-¿Quién soy?

2-¿Qué quiero?

3-¿A dónde quiero llegar?

Cuando tenemos claras las respuestas, sólo entonces podemos enfrentar nuestro destino sin vacilar. Ser mujer es guiar nuestra vida con el corazón porque la razón necesita muchas evidencias para arriesgarse pero el corazón sólo necesita un rayo de esperanza. Ser mujer es en esencia: vida, encanto y dulzura…

Una amiga me mandó este escrito que es la opinión de un hombre sobre las mujeres, les parecerá interesante:

“La mujer espera mucho y a la vez no pide nada... Es tan impredecible... tan fuerte, equilibrada, dueña del mundo... y a la vez tan llena de miedos y preguntas... que nos hacen sentir dueños de su vida y a la vez tan estúpidos. Es tierna, apasionada a veces, insoportable otras… pero tan encantadora que con una sonrisa hace que se derrita hasta el más grande de los glaciares del Polo Norte o Sur. Si algo les incomoda o les molesta mueven "montañas" hasta lograr su propósito aunque sea solo para llenar esa vanidad que "todas traen como lunar en su vivir". ¿Por qué escribo esto? Simplemente como humilde homenaje a aquellas que nos hacen sentir por momentos Reyes del universo y en otras ocasiones como ratas de dos patas... pero amigo, así son ellas, te guste o no... Estarás de acuerdo conmigo en que un amanecer con ellas, una caricia, una mirada... no se compara en nada con el dolor sentido por ellas mismas... Las hay de muchos colores, formas y gustos pero todas sienten igual, algunas más que otras, pero, el sentir es el mismo... Algunas en su afán por encontrar el "verdadero amor" se pierden en su búsqueda... pero no hay nada mejor que sentir a la mujer enamorada en su entrega... Que cosa más bonita verte en sus pupilas, sentir como su piel es tuya, su humedad, su calor... su “eso” que los hombres sabemos y que es mucho... mucho más... cuando sus labios... sus gemidos nos hacen sentir que somos dueños de ellas, aunque sea por un instante... Aunque luego ellas ni se acuerden... (?). Mi comentario va para ellas... las mujeres que, aunque nos repelen, reclaman, recelan... Se, que nos aman tanto como nosotros sentimos por ustedes Mujeres...”

¿Qué me dicen chicas? Voy a buscar algo que tengo guardado hace mucho tiempo, para ponérselos aquí, creo que les encantará como a mí. Cuando el autor, que lamentablemente desconozco, dice “niña” se refiere a una adolescente o una mujer muy joven, todavía inmadura, al menos eso creo. Disfrútenlo como hice yo.

Diferencia entre niñas y mujeres

Las niñas quieren controlar al hombre en sus vidas. Las mujeres, saben que si el hombre es realmente suyo, no hay necesidad de control.

Las niñas te gritan porque no las llamas. Las mujeres están demasiado ocupadas para darse cuenta que no las has llamado.

Las niñas tienen miedo de estar solas. Las mujeres lo utilizan como tiempo para su crecimiento personal.

Las niñas ignoran a los buenos hombres. Las mujeres ignoran a los malos.

Las niñas te hacen que vuelvas a casa. Las mujeres hacen que quieras volver a casa.

Las niñas dejan su agenda abierta y esperan a que su hombre hable para hacer planes. Las mujeres hacen sus planes y cariñosamente notifican a los hombres para que ellos se integren como mejor les convenga.

Las niñas monopolizan el tiempo de su hombre. Las mujeres se dan cuenta de que un poco de espacio, hace del tiempo junto algo más especial.

Las niñas creen que un hombre que llora es débil. Las mujeres ofrecen su hombro y un pañuelo.

Las niñas lastimadas por un hombre, hacen que todos los hombres paguen por eso. Las mujeres saben que fue solo un hombre.

Las niñas se enamoran y persiguen sin descanso. Las mujeres saben que algunas veces el que tu amas, no te amará y continúan su camino sin rencor.

Las niñas leerán esto y harán una mueca. Las mujeres lo pasarán a otras mujeres maduras.

¡Díganme! ¿No está genial? Nos vemos.

sábado, 9 de julio de 2011

Cuando escribo sueño, fantaseo, me siento viva…

En varias ocasiones he dicho que me gusta escribir y es una inmensa verdad. No sé hasta cuando lo haga o pueda hacerlo, ni cuántos lleguen a leerlo, ni a cuántos les guste. Pero lo cierto es que lo disfruto mucho, ese es el camino que encuentro para expresar en silencio todo lo que llevo dentro, palabras que no se pronuncian pero que hablan de sentimientos venidos del alma que sólo yo conozco y siento, que hablan de amor, esperanzas, nostalgias y alegrías, también de sueños y del inevitable dolor que siempre nos asedia a lo largo de la vida. Cuando escribo sobre mis sentimientos vuelo entre sueños, cabalgo entre árboles, respiro entre flores… siento con profundidad, sonrío, le doy color a mis ilusiones, fantaseo, y también juego, amo, soy feliz, me siento viva, llena de energía…

Escribo desde lo más profundo de mi corazón para desahogarme, recrearme en un mar de sentimientos, a veces para olvidar, otras para perderme en un mundo prohibido lleno de sensaciones y emociones… Siempre le doy un espacio al romance, al amor, ese sentimiento tan maravilloso que algunos no tienen la dicha de conocer y otros le temen. Quiero que los que lean esos relatos se pierdan allí, en esas vidas recreadas por mi imaginación y a través de ellas se unan a mí para juntos entrar a ese mundo donde todo es posible.

Desde que comencé a escribir (hace algunos años) siempre lo hice por placer, nunca pensé que alguien llegaría a leer lo que hacía. Al principio no creí que tuviera buenas ideas y mucho menos que llegaran a ser coherentes (a veces creo que no lo son), pero con el blog, me he encontrado con una fuente de inspiración que me permite expresar los pensamientos que rondan mi cabeza y mis sentimientos más profundos e intensos. En este sitio soy libre, nada ni nadie me limita. Es tanto lo que tengo para expresar que si me limitan esa libertad me asfixio. Este humilde espacio de reflexión me ha colmado de satisfacciones desde todo punto de vista, me ha hecho muchísimo bien, y según los comentarios que recibo y el número de seguidores que ya me acompañan, le hace bien a unos cuantos.

En muchos momentos de la vida y en cuestiones diferentes todos nos sentimos limitados, a veces por miedo "al qué dirán", "al qué pensaran", y en este arte de escribir también nos pasa y mantenemos algunas formas de expresarnos escondidas, con la certeza de que no es malo pero sintiendo cierto temor, sobre todo si son temas tabúes. Es raro ¿verdad?, que algo que nos hace bien no nos atrevemos (a veces no podemos) a ponerlo a los cuatro vientos.

Cuando cree el blog (lamento no haberlo hecho antes) no solo liberé eso que mantenía reprimido sino que otros con los mismos o parecidos sentimientos se han visto identificados de una manera u otra con mis palabras, maravilloso ¿verdad? Muchas veces los extraños reconocen lo que hacemos más rápido y mejor que las personas que nos rodean. Ya no me cabe duda que con el tiempo y la madures uno se libera de todos los miedos y perjuicios que nos contagian la vida. Ahora escribo cosas que antes ni por asomo me atrevía y aunque no las muestro todas he dejado entrever algunas.

Desde niña siempre me gustó leer mucho, de adolescente comencé a leer novelas románticas pero muchas las encontraba un poco vacías. Un tiempo después empecé a escribir cosas muy breves, pensamientos, historias, sentimientos, formas de ver la vida, fantasías. Con el tiempo me he dado cuenta que escribir me ayuda a salir del estrés y a escapar de la realidad, permitiéndome perderme dentro de mi propio yo en un mar de sensaciones. Nunca intento convencer a nadie de que tengo razón sobre un tema, simplemente expongo con libertad mi parecer. No sé si algún día conseguiré algo escribiendo, pero soy feliz con esto que hago: pensar en voz alta con total honestidad y en absoluta libertad.

A pesar de lo que me encanta escribir soy consciente de que no tengo un talento innato. A veces me pregunto ¿El escritor nace o se hace? Me gusta pensar que un poquito de las dos cosas. Lo importante es tener deseos, después esas ganas hay que domesticarlas y aprender mucho porque nunca se acaba de aprender, los que creen que lo saben todo están en un error. También hay que tener conciencia de tus limitaciones y tus puntos fuertes. Creo que si algo de lo que escribo hace feliz o mueve algún sentimiento en otra persona ya ha merecido la pena hacerlo.

Con el tiempo me he dado cuenta de una verdad insuperable: lo que más me gusta hacer es escribir (también leer mucho, de ahí viene el conocimiento). Cuando reconoces esa verdad no importa si sólo tienes tres lectores o mil, lo único que quieres es escribir y no hay fuerza externa que te haga parar, al menos para siempre. Puede que las cosas no se vean muy claras al principio pero con mucho trabajo, imaginación, pasión y esfuerzo, seguro que algo sale tarde o temprano. Lo importante es disfrutar haciéndolo. Lo que depare el destino, lo que tenga que ser, será. Tiempo al tiempo.

Les contaré un secreto, hace algún tiempo comencé a escribir una novela (no precisamente como las que yo leía en mi adolescencia) no sé si alguien llegará a leerla pero me encanta, a veces paso horas recreando, imaginando una escena. Una novela es un viaje real o imaginario, con la curiosidad y ansiedad de llegar a la última página, que nunca nos dejará indiferentes porque se pueden descubrir muchas cosas en una novela. Además creo que sirve para reflejar ese “yo” que todos tenemos escondido y un poco olvidado, ese “yo” travieso y perverso, ese que no mostramos a casi nadie y que algunas veces ni siquiera entendemos muy bien. Escribiendo lo que sentimos de verdad lo vivimos o revivimos de alguna manera, damos rienda suelta a nuestros deseos y a cosas que en ocasiones nos prohibimos en la vida diaria: la autenticidad, la pasión, la entrega, la libertad de expresión. Muchos son los llamados y pocos los elegidos a plasmar tanta ilusión y tanta inquietud en un papel que quizás leerán otros tanto deseosos de las mismas alegrías, aventuras, misterios, amores…

En el Prólogo de Lluvia Negra (novela escrita por el japonés Masuji Ibuse) Jorge Volpi escribió: “¿Para qué sirve una novela? Hay una forma de responder que incomoda a escritores y críticos por igual, pero que no por ello es menos verdadera: para vivir las vidas que no tenemos. Para observar aquello que no podríamos atisbar de otra manera. Para romper el drástico aislamiento que nos separa de los otros. Para sentir, por un instante, como sienten los otros. Para imaginar, por un instante, la vida de otros. Para ser, por un instante, otros (...)”. Pienso que es una gran verdad tanto para el que lee como para el que escribe.

Mis escritos, relatos y la novela (que tiene dos lectores mientras la escribo), no están escritos a la perfección pero lo importante es que son originales, interesantes, reflexivos, apasionados… Siempre había escrito sólo cosas que pienso, historias normales… Pero un día estaba leyendo una novela romántica erótica y una amiga me dijo “hay que tener mucha calle o imaginación para escribir eso” y me pareció un reto (no soporto los retos, me apasionan y la adrenalina me llega a niveles insospechados), desde ese entonces entre todas las cosas que escribo me gusta dejar un espacio para contar e imaginar historias románticas, relatos eróticos, atrevidos, apasionados que no dejan nada a la imaginación. Y me envuelvo en mis personajes, en sus vivencias, pasiones y frustraciones. No sé si algún día me publicarán la novela, pero la acabaré porque quiero darle un final a esa historia que comencé, además me apetece y me da placer.

Algunos relatos eróticos los he publicado en el blog, otros nadie los ha leído y no sé si los leerán, pero me gusta mezclar la realidad y la fantasía, jugar con las cosas me fascina. Las protagonistas pueden ser amigas, gente que me ha contado una historia, alguna de mis fantasías más ocultas y algunas vivencias. Siempre escribo en primera persona, no me gusta hacerlo en tercera, no se me da bien, no sé qué me pasa pero en tercera persona no avanzo casi nada, me atasco en seguida. Me es más fácil que el personaje vaya narrando desde su propio punto de vista. Los que he puesto en el blog han tenido aceptación, son atrevidos, con mucho erotismo pero están hechos con respeto y anonimato.

Me encanta escribir y recrearme en las historias porque puedo estar en los brazos de mi gran amor o irme a otros que me están esperando o que ni siquiera saben que existo… puedo atravesar océanos, viajar por el espacio, llegar a las estrellas y hablar con la luna. Puedo adentrarme en un mundo mágico, solo mío, donde juego y coqueteo con mis fantasías… puedo hacer florecer mis sueños, librar una batalla contra mis pesadillas, y entre mi teclado y yo podemos conquistar el más variado destino que pueda imaginar. Siento que tengo mucho que decir y demasiado por compartir. Hay cosas que escribo y me cuesta mucho mostrarlas porque no es fácil desnudar el alma y otras porque llevan una dosis de erotismo que algunos critican.

Me alegra que otras personas puedan leer lo que escribo, y si les toca el corazón o les sirve para reflexionar sobre su vida, me alienta y me satisface porque me dice que no estoy tan equivocada en mi camino. Cuando leemos acostumbramos a identificarnos con el escrito, y siempre ayuda ver que otros viven o experimentan las mismas cosas, que hay una palabra o frase que ayuda a construir al que lee su propia experiencia. Por eso me gusta escribir, y me encanta hacerlo en este espacio tan personal, donde puedo vaciar mis pensamientos y emociones. ¿Por qué algunas personas tenemos esa necesidad de escribir lo que llevamos dentro? Les confieso que a veces escribo dos o tres cosas y hasta la novela (que la suelto y la retomo a cada rato) casi a la misma vez con miedo a perder el hilo de lo que tengo en mente. Pero me fascina, no me explico de donde me salen tantas ideas y tantas historias de amor.

Me habitan infinidad de sentimientos ¿a quién no?, y también me habita el agradecimiento por esta forma maravillosa de estar comunicada con gentes diversas en las grandezas, miserias, amores y desamores que todos compartimos. El que esté libre de cargo y culpa, que arroje la primera piedra... Algunos amigos dicen que tengo la vena creativa bastante desarrollada, no lo sé, pero lo cierto es que escribir es una dedicación y que te lean, un sueño a conseguir.

No es fácil llegar a las editoriales y conseguir que te publiquen un libro, pero para tener lectores una solución muy válida son los blogs. Particularmente este espacio me gusta porque los lectores no son solamente pasivos, siempre hay quienes se deciden a comentar y eso me permite conocer personas maravillosas con talento, buenos seres humanos que pueden estar de acuerdo conmigo o no pero de esa retroalimentación siempre se aprende. Además conozco casos de autores que comenzaron escribiendo en sus blogs, gratis evidentemente, por el simple placer de escribir y saber que hay gente que los leen y sobre todo, que lo disfrutan.

Soy una persona bastante reflexiva y con las enseñanzas que me ha dado la vida, como todo ser humano me he dedicado a pensar sobre lo que hago, lo que soy, hacia dónde voy y adónde quiero llegar… en el mundo que me rodea. Los que me leen seguramente están de acuerdo con algunas cosas y en contra de otras, pero como esta página es meramente personal y seguiré escribiendo para el placer de unos y quizás el tormento de otros.

¡Ah! Si algún día me publican la novela, se los diré pero recuerden que no es como las que leían nuestras madres, a muchas de ustedes les va a gustar pero manténganla lejos de sus hijos para que como dice la nota introductoria de algunos libros de romántica erótica “los niños no descubran lo que leen sus mamitas porque las escenas de amor de contenido erótico son explícitas, no dejan nada librado a la imaginación”. Los quiero.

jueves, 7 de julio de 2011

Las emociones, los deseos y siempre la realidad

Hace un rato colé mi tan preciado café, es media tarde y está lloviendo mucho, la niña duerme, en medio del silencio y la tranquilidad, encendí un cigarrillo y me dieron ganas de escribir, me senté frente a la computadora… ¡Ah! como siempre y sin cesar, la música a mi lado (bajita para no despertar a mi princesa), ya dispuesta a escribir puse mis manos en el teclado y lo curioso es que me he quedado con la mirada perdida frente a la pantalla, con la mente en blanco mientras un vacío extraño se apodera de mi interior. No lo entiendo pero de pronto no sé a ciencia cierta que voy a escribir, sin embargo tengo ganas de hacerlo, contradictorio ¿no? Me siento feliz, animada… y de pronto me encuentro vencida por una sensación extraña que no sé explicar.

Por más que pienso sigo sin decidirme por un tema, y la realidad es que sigo sentada aquí con la mente en blanco pero con deseos de escribir. La realidad tan obstinada como siempre, se impone a los deseos, así que por mucho que a veces nos empeñamos en llevarle la contraria acaba ganando. En ocasiones logramos esquivarla, pero nos termina encontrando y dice eso de "aquí estoy yo" y entonces no hay nada que hacer más que aceptarla o intentar zafarnos de ella a la mínima que se despiste. Y eso justamente es lo que estoy haciendo, despistarla porque sin saber sobre qué exactamente he comenzado a escribir. Voy por otro café, enseguida regreso…

Ya estoy de vuelta, enciendo otro cigarrillo y comienzo a sonreír… es increíble, he comenzado de forma un poco rara, quizás sea esta tarde gris con su humedad lo que me ha trabado pero ya mi mente comienza a despertar y voy perfilando mis pensamientos, así que ahí les va esta amalgama de ideas.

Hace un tiempo me di cuenta lo importante que es vivir el aquí y ahora, por eso ya no pienso en un futuro lejano como antes, ni tampoco en el pasado. Tengo días positivos y negativos como todo el mundo, si somos realistas hay que reconocer que nadie está todo el tiempo cien por ciento feliz. Ahora me gusta pensar en las cosas buenas que tengo, agradezco a la vida y a Dios el tener esta familia que adoro, que todos tengamos salud, tengo un trabajo que me gusta, unos amigos entrañables, etc. Cuando pienso en todo eso me siento feliz, sin importar en las adversidades que a todos nos tocan.

En la vida de alguna manera todos hemos tenido experiencias difíciles y aunque siempre pensamos que las cosas pudieran haber sido diferentes, lo cierto es que no podemos cambiar el pasado. A veces creemos que todo lo que nos sucede tiene su lado bueno, eso es una falacia, a lo largo de la vida nos pasan cosas que no tienen nada de bueno y dejan marcas muy difíciles de superar, heridas que sangran mucho. Y ahí es donde nos preguntamos ¿cómo podemos librarnos de nuestras experiencias amargas? Solo hay una manera: viviendo el presente. Sí, viendo el presente porque aunque no podamos cambiar el pasado, sí podemos cambiar lo que sucederá durante la tarde y las decisiones que tomemos antes de dormir pueden ser muy significativas.

Creo que las pequeñas cosas de la vida son las realmente importantes (una flor, una canción, un abrazo sincero, un beso dado con el corazón, una mano extendida para apoyarte cuando estás cayendo…), pero lo curioso es que muchas veces no nos damos cuenta. Hay personas que piensan que es más importante el éxito, el dinero (qué hace mucha falta es verdad), el lucro… ¡qué idiotas! Por eso muchos son tan infelices.

En cada instante de la vida experimentamos algún tipo de emoción o sentimiento. En un santiamén nuestro estado emocional varía dependiendo de lo que nos ocurre y de los estímulos que percibimos, aunque no siempre sabemos y podemos expresar con claridad qué emoción experimentamos en un momento dado. Siempre tenemos la impresión de que nos faltan palabras para describir con precisión nuestras emociones, experimentamos cambios de intensidad emocional bruscos o graduales, hacia lo positivo o hacia lo negativo. Las emociones son un mecanismo que tenemos los seres vivos para orientarnos en nuestra lucha por la supervivencia.

En lo particular no quiero, ni me gusta que controlen mis emociones (aunque a veces lo hacen), cuando estoy triste pienso en lo peor y cuando estoy feliz siento que no hay nadie en el mundo mas feliz que yo, en ocasiones creo que eso no es normal. Si estoy feliz, quiero detener el tiempo (imposible ¿cierto?), me propongo muchas metas, siento que puedo alcanzar cualquier cosa, que tengo el mundo en mis manos y se refleja la alegría y el optimismo en mi cara.

Sin embargo cuando me agarra la tristeza todo cambia, quiero estar sola, alejarme del mundo, me desmotivo por completo, no quiero ir a ningún lado (otras quiero volar y desaparecer), quiero simplemente poder llorar y desahogarme, me distraigo y no logro concentrarme, se me olvidan las cosas… a veces ni siquiera sé el motivo exacto de mi tristeza, otras me atrapa incluso por algo ajeno a mí, algo que presencié o escuché, un recuerdo doloroso, una canción… lo cierto es que cuando estoy así muy pocas cosas pueden traerme de regreso a la normalidad. Por eso trato de controlar mis emociones para que no me dominen.

Siempre he tenido muchas cosas dentro que no sabía cómo explicar. Ahora sé que lo que yo quería era exteriorizar sentimientos que a veces no entendía. Puedo decir que a base de ideas y párrafos, he aprendido a entender, describir y reconocer no sólo mis propios sentimientos sino también los de los demás. He aprendido que esa sensación de que te ahogas por no poder gritar, se llama impotencia. Me gusta pensar que todo es posible… sentirme viva en las pasiones y también en la espera, en los aciertos y desaciertos, en el éxito y el fracaso...

Muchos escapan a estas cosas cuando llega el momento de entrarle a la vida de frente, otros dicen que no saben cómo, que no tienen la oportunidad. Pero no es así, la puerta siempre está frente a nuestros ojos solo que a veces creemos que es mejor, por conveniencia, no abrirla. Digo por conveniencia porque cuando pensamos en algo que no resultó como esperamos, cuando nos pegaron justo en el corazón y el sacudión nos dejó débiles... preferimos alejarnos y protegernos antes de volver a intentarlo... y es por eso que no abrimos la puerta… por miedo, por no arriesgarnos mientras en la mente nos rondan las mismas preguntas ¿y si fracaso? ¿y si sufro porque vuelven a hacerme daño? ¿y si pasa lo mismo?

Ese es un terrible error, quizás el más grande de todos porque solo aprenden verdaderamente a vivir los que se entregan sin temor, los que se animan a entrar a la vida por esa puerta con el convencimiento de que serán los protagonistas de su historia aunque tengan que levantarse una y otra vez de las caídas, pero que lo harán con más fuerza y sabiduría, que renacerán con cada fracaso y que vivirán a plenitud el amor.

Si han tenido alguna vez o tienen ese miedo (yo lo he tenido) levanten ese ánimo que la vida es bella. Y por eso cuando amanezca de nuevo solamente recuerden lo mejor de ustedes porque es lo que les ayudará a olvidar las tormentas que hayan dejado atrás, acepten lo que ven sus ojos, expulsen de su mente y su corazón lo que les hace daño y amen con intensidad. Aprendan a percibir todo el amor que les rodea, porque el amor es el único que puede sanar las heridas. Nunca olviden que todo es posible si nosotros lo creemos posible.

Hoy he pensado en muchas cosas, en las que no pasan y en las que suceden sin buscarlas, en sentimientos que nacen sin sentido y sin razón pero que no tienen olvido… lo mejor es dejar de pensar tanto, porque nada es por nada, siempre hay un por qué aunque no le encontremos explicación. Todo es causa y efecto de algo… el amor perdido, la sonrisa de un niño, la flor que se marchita, el recuerdo de un beso apasionado… Así es la vida, así somos los humanos una vana imperfección que intenta encontrar la perfección que no llega... Tenemos que vivir la vida, sentirla a cada paso, saborear el amor... ¡dejar de pensar tanto!

¡Ah! Antes de despedirme quiero darles las gracias a ustedes por seguir aquí. Este espacio acaba de cumplir cinco meses y cada día somos más (el blog tiene casi 2000 visitas), es señal de que les gusta, que entienden lo que escribo y quizás muchos se ven reflejados en estas líneas. Agradezco infinitamente sus comentarios, todos son personas encantadoras y de buen corazón (algunos me enloquecen como imagino que yo a ellos) y siempre hago hasta lo imposible por contestarles pero el tiempo es mi mayor enemigo. Me interesan mucho sus opiniones, conocer su manera de pensar y eso me ayuda a darme cuenta de que en muchas cosas no estoy errada, porque nuestros criterios coinciden. Gracias una vez más por seguir conmigo, con mis aciertos y desaciertos, pero siempre con amor, sinceridad, imaginación y echándole muchas ganas. Los quiero amigos, un beso.

martes, 5 de julio de 2011

ME PIERDO EN LA ORILLA DEL MAR

El sábado fui a la playa. Pasé un día genial, siempre es así aún cuando estoy deprimida (que no era el caso). Cuando me acerco al mar… a esas aguas verde esmeralda que son amigas y compañeras de mis sueños y esperanzas, que también en ocasiones han estado dispuestas a esconder mis lágrimas... frente a su inmensidad siempre pienso en la pequeñez humana, su vanidad, envidia, orgullo, falsedad, todo es tan insignificante en comparación con la grandeza de la naturaleza... Me encanta pasear alejada del concreto, del aire contaminado y el ruido de la ciudad… sentir la brisa del mar, los rayos del sol y contemplar las aguas puras y cristalinas… y si llega la noche con sumo placer observar desde la playa el tapiado de estrellas que cubre el cielo.
Adoro el verano, el mar, el sol y las noches interminables en la playa. Ese mar que me enamora y me envuelve con el romper de sus olas impregnándome de un sensua
l aroma salado que penetra mi cuerpo, quedándose atrapado en los poros de mi piel. Admito que el verano no es mi estación favorita del año, porque no me gusta el calor excesivo, pero ir a la playa, meterme en el agua para sentir la fuerza de las olas, oler el mar (la brisa huele a salitre), recoger caracoles por la orilla de la playa, escuchar el canto de las aves... sentada en la arena dejar volar la imaginación en ese punto donde nos podemos conectar con Dios para recobrar energías y continuar viviendo. Realmente es algo que me supera.
Amo sus aguas que cambian de tonalidad se
gundo a segundo, que atraen mi mirada quedando mis ojos fijos en su inmensidad, llenándome de sentimientos tiernos y profundos, que hacen de ese mar tan querido mi pedazo de mundo, ese lugar tan amado donde siempre que puedo me cobijo y escojo como refugio sin importarme el frío ni el viento.
Cuando voy a pasarme unos días en la playa siento una sensación increíble al levantarme temprano, abrir las ventanas o salir al portal de la casa y contemplar a lo lejos el mar, tomar mi café y enseguida caminar hacia la playa para sentir el agua fría de la mañana recorrer mi cuerpo, sentir el sol en mis brazos, en mi espalda, mientras río, juego con lo muchachos, converso, bebo un trago o una envidiable cerveza fría “que parte” como decimos nosotros. Les digo la verdad, me encanta que me encante.
Todos ansiamos la llegada del verano y las vacaciones porque es el tiempo ideal donde buscamos siempre una excusa para pasear, despejar la mente o simplemente para pasar un rato alegre con los amigos. Pero con el paso de los días, el calor del sol, las destellantes mañanas y relajantes tardes, se vuelven comunes y hacen que a cualquiera se nos antoje una escapada a la playa, un buen chapuzón o un paseo para alejarnos de la desgastante rutina. Me encanta lanzarme a la carretera en busca de relajación, el objetivo es pasarla bien, diversión o a
ventura, da igual. La temporada amerita ir a refrescarse con la brisa del mar y sentir cómo la arena se cuela hasta en el último pedacito de nuestra conciencia.
Una playa con atardeceres hermosos es el lugar ideal para sentir la tranquilidad que el mar y sus olas regalan. Siendo sinceros, cuando termina el verano, todos pedimos pasar sólo un día más en esos paradisíacos lugares. Eso queremos… sólo un día más, aunque a mi ni el invierno me aleja del mar, me encanta esa calma que da caminar por la playa solitaria en un día de invierno donde hace frío, con el mar revuelto y sus olas embravecidas bañando la orilla, sentir la brisa marina (aunque fría) mover mi pelo, estar horas sentada frente al mar, escuchándolo… y sentir ese tímido sol de invierno que nos entrega su calor.
Puedo pasar horas sentada, aunque sea sola, viendo al mar que viene y va, m
irando romperse mil veces las olas… hay días en que está quieto como un lago o bordado con frágiles olas blancas que no alcanzan a llegar a la orilla crujiendo coquetas muy adentro y otros en que el fuerte viento lo mece con tanta fuerza que sus aguas arremeten furiosas contra la orilla.
Me gusta estar junto al mar con mi famili
a y amigos, sin importar el tiempo. Es fascinante ver el destello de color por todos lados: sombrillas, palmeras, agua, botes, casas, gente… me gusta su movimiento, la vida que desprende, sentir moderadamente el calor y en las noches estoy tan cansada por el mar, por los juegos, por reírme hasta que me duela el estómago que descanso plenamente.
Por eso me refugio en el mar... el me da fuerza, mucha energía, sus agitadas aguas transparentes me han dejado cautiva para siempre, y sobre todo me da tranquilidad, me lleno de esa inmensa p
az que trasmite. De regreso en mi tibia morada su vivo recuerdo se me hace latente, acompañándome con esa fuente de paz que tanto buscaba mi alma. El tiempo que paso junto al mar es especial, me borra la rutina y me reconforta el corazón junto a los seres que amo. Es un paréntesis necesario en la vida diaria, para mi significa desconectarme del mundo por unas horas para luego continuar, parece una locura, pero cuerda al fin y al cabo.