Bienvenidos a este humilde pero sincero espacio. Aquí escribo mis pensamientos, cosas que me preocupan, algunas vivencias, historias que conozco... lo que me dicta el corazón para compartirlo con otras personas, es una manera de saber que no estamos solos en este mundo virtual y poder hacerlo más real y cercano. Me gusta escribir y me siento bien haciéndolo, ojala estás letras lleguen a ustedes como yo quisiera. Siéntanse libres de comentar lo que deseen. Gracias por estar aquí.

viernes, 21 de octubre de 2011

Una mujer segura



MUJER... una corta palabra que engloba mucho. Yo vivo orgullosa y feliz de haber nacido mujer porque las mujeres somos un nido de emociones que no se ve a través de nuestra piel, aún desnudas estamos vestidas de misterio y aunque aparentamos debilidad, somos fuertes y nuestro corazón también. Las mujeres de hoy somos muy diferentes a nuestras antecesoras aunque todavía existen muchas que no acaban de ocupar el lugar que les corresponde, el que se han ganado las mujeres a través de su batallar por la vida y por la historia.

Hoy en día las mujeres tenemos más libertad para expresar nuestros deseos, nuestras intimidades, nuestros criterios e ideas y hasta hemos perdido el miedo a ser juzgadas por decir que nos gusta hacer el amor o simplemente a explicar las causas por las que estamos enamoradas de alguien “inadecuado”… nada nos calla la boca, somos más auténticas. La mayoría de nosotras hemos ido cambiando esa imagen de la “pobrecita de la película”, el “objeto decorativo” por la de la mujer guerrera y valiente que se levanta, y lucha contra viento y marea por lo que cree y quiere.

Somos personas de carne, hueso y mucho más, mujeres sinceras, directas, con mucho sentimiento que no dudan en disfrutar de la vida y de las experiencias que se encuentran a la vera de la misma. Y en el amor, bueno… además de muchísimas cosas, podemos ser reina, esclava, seductora y seducida al mismo tiempo, la naturaleza nos ha dado un privilegio del que carecen los hombres y es que la satisfacción plena para nosotras puede ser infinita en cada entrega por cada liberación que tiene un hombre nosotras podemos tener dos, tres o más orgasmos, y eso es el cielo chicas ¿verdad? El Barón de Verulam, Francis Bacon, filósofo y político inglés dijo “Las mujeres son las reinas de los jóvenes, las compañeras de los adultos y las nodrizas de los viejos”. ¿Qué creen?

Nuestro espíritu se encuentra lleno de caminos que siempre están guiados por nuestra sabiduría interior y ésta nos da la fuerza necesaria para dar un grito de rebeldía y nos permite construir nuestro propio mundo, en el que reconocemos que la felicidad depende de nuestra mente y no de los pensamientos de quienes nos rodean, un mundo en el que elegimos lo que más amamos por encima de las conveniencias, donde no le tenemos miedo a nuestro corazón y nos atrevemos a ser independientes. Libres para ir donde nos plazca, trabajar en lo que nos gusta, conversar con quien deseamos en plena calle, sentarnos en el piso, en un muro, salir de juerga con las amigas, caminar bajo la lluvia… cualquier cosa que realmente deseamos sin pensar si lo que hacemos es del agrado de los demás, si se debe o no hacer según los “patrones sociales”. Lo que realmente importa es mantener en cada cosa que hacemos el respeto y la responsabilidad.

Las mujeres tenemos una forma muy particular de sentir, de decir, de hacer, de pensar. No sé si se debe a nuestras hormonas o por un propósito mayor a nosotras mismas, lo cierto es que lejos de ser un sexo débil, somos un sexo que lucha y se defiende de las adversidades al igual que los hombres. Si pensamos en todos los privilegios que tenemos, si disfrutamos de nuestros logros y triunfos, no nos queda tiempo para lamentarnos por lo que no tenemos. Además están nuestros hijos, nuestra valiosa familia que no puede ser sustituida por nada ni por nadie, por eso ser mujer es suficiente razón para despertar cada día con el corazón henchido de gratitud.

A nosotras nos corresponde mantener siempre en alto el estandarte del género femenino, para que el mundo no se olvide de que estamos y estaremos presentes, que somos mujeres fuertes y de fortaleza, que somos amor, ternura, que somos libres y sabemos amar y perdonar… que el mundo sepa que seguiremos nuestra marcha hacia adelante, al encuentro de un futuro que nos pertenece y que le pertenece a nuestros hijos, para dejar en este mundo un legado digno a las futuras generaciones como hicieron las mujeres que nos precedieron.

Nos pasamos la vida en la búsqueda del equilibrio para mantenernos como mujer, madre y profesionales, ahí la vida se nos complica pero como nos encanta el desafío, intentar lograrlo y conseguirlo es lo que nos mantiene vivas y felices. A nosotras son tantas las pequeñas cosas que nos dan felicidad: la risa de nuestros hijos, el abrazo del hombre que amamos, una felicitación en el trabajo, una conversación con nuestros hijos, la luz de las velas en una noche de pasión, compartir la vida de quienes nos rodean y nos quieren... en medio de toda esta vorágine en que se nos convierte la vida somos felices porque preferimos la combinación de todas estas actividades y muchas más, antes que la satisfacción total de una sola. Por eso nos desafiamos nosotras mismas y al mundo cuando nos convertimos en madres pero a la vez en profesionales y, sobre todo, en mujeres que luchan en todos los ámbitos.

Ser mujer es una maravilla por ejemplo nos despertamos y nos levantamos despeinadas, apuradas, con miles de cosas por hacer en favor de la familia y lo peor con poco tiempo, pero al terminar todo ese ajetreo matutino se realiza la magia: nos damos una ducha, nos peinamos, vestimos, nos maquillamos un poquito y quedamos geniales para salir al mundo y devorárnoslo siendo más mujeres que nunca.

Otra cosa que me gusta de ser mujer (aparte de la ropa, las carteras y las gangarrias que podemos usar) es la empatía tan maravillosa que tenemos las mujeres y cómo nos identificamos con los problemas de los demás hasta el punto de que llorarlos y sufrirlos como si fueran nuestros, que viendo una simple película nos echamos a llorar como bobas, somos capaces de llorar con el que llora, de reír con el que se ríe, celebrar con el que celebra y sencillamente porque estamos llenas de sentimientos y sentimos todas esas cosas como si nos pasaran a nosotras. Esa solidaridad y preocupación por lo demás es algo único de nosotras las mujeres y es una de las cosas que nos hacen únicas y especiales. También me encanta la palabra MAMÁ y la fuerza que nos hace tener ante las adversidades esa criaturita que traemos al mundo, mi condición de mujer me da el privilegio de darle continuidad a la raza humana.

Por todo esto y muchas cosas más que harían interminables estas líneas, les digo MUJERES que todas nosotras tenemos que amarnos y amar la vida, con sus días soleados, nublados o de tormentas, con aciertos y desaciertos, con logros y derrotas, con amores y traiciones… porque así es la vida pero está justamente para vivirla y gozarla, por eso no podemos dejar de disfrutar cada instante, porque detrás de algún mal momento, una deserción o un fracaso siempre hay un buen momento, una muestra de lealtad, amor y hasta el éxito. Tenemos que seguir adelante, fijarnos metas y luchar por ellas, y nunca olvidar que siempre tenemos el poder de elegir. Todas las mañanas al levantarte párate ante el espejo y repite: “Me amo tal como soy, me gusta todo lo que hago y si a alguien no le agrada yo no voy a renunciar a lo que ya soy: UNA MUJER SEGURA”. Eso hará que tu día empiece bien, con fuerza y ánimo para enfrentar lo que aparezca.

Yo desentraño la esencia de mi propia existencia sin desfallecimiento porque aprecio la vida en su justa medida, pero sobre todo porque sé que nunca dejaré de aprender y mientras sigo aprendiendo me permito vivir y sentir. Todos los días de mi vida en esta dimensión agradezco cada instante de aliento, cada sonrisa, cada lágrima, cada beso, cada abrazo, cada amigo que me ha dado la mano en mi peregrinaje… porque cada experiencia vivida que me han hecho ser quien soy, con mis defectos y virtudes. Y es cierto que no le agrado a todo el mundo pero hay mucha gente que me quiere.

viernes, 14 de octubre de 2011

Amores que marcan


Cuando escribo pensando en ti, mis manos no dejan de sentir lo que mi corazón le va dictando y mi teclado se hace cómplice va escribiendo lo que siento en cada momento que estás junto a mí, se van plasmando las palabras en mi monitor, esas palabras que a veces mi boca calla, pero mi cuerpo no. Este sentimiento que has instalado en mi corazón no lo matará el tiempo porque es puro, verdadero y te encargas de alimentarlo día a día y soy feliz gracias a tu amor.

Hace unos instantes pensaba en el momento en que te conocí, en ese momento no imaginé lo que significarías para mí, no sabes como disfruto los momentos que paso contigo, lo que hablamos o incluso si permanecemos en silencio, siempre son momentos inolvidables llenos de ternura, contigo he descubierto que el amor no tiene limites.

A tu lado aprendí amar sin dolor, me enseñaste a hacerlo hasta con la mirada, siempre me das una razón para seguir, siento que esto es más fuerte que mi vida y no cambio estos sentimientos ni los momentos junto a ti por nada. Tu amor es medicina para mi alma, estás en mi piel, en mi corazón, en cada deseo manejando mi voluntad, agitando mi vida y sosegándola al mismo tiempo. Me haces formar parte de ti, con sólo un suspiro estoy entregada a ti y soy tuya sin lugar a dudas. Te amo a silencios y a perdones, con promesas y sueños, fallándote o haciéndote feliz, te amo de todas las formas aunque a veces no merezca tu amor.

Mientras el mundo sean tus ojos estaré sujetando tus deseos, mientras tu placer sea mi alegría estaré debajo de tus sueños, mientras tu amor me pertenezca estaré ahí regalándote mi vida. Por eso ámame sin prejuicios ni condiciones, sin esperas ni reservas, sin egoísmos ni sombras, sin cadenas ni sumisiones, sólo ámame. Dicen que el amor es como la gasolina de la vida, cuesta caro, se acaba rápido y puede ser reemplazado por alcohol. Si es así, yo quiero mi tanque lleno. Lleno de tu amor, por siempre.

¿Por qué te amo? Por tantas cosas… para que tengas una idea de lo que significas para mí te diré que yo podría ser capaz de contar todas las estrellas que hay en el cielo pero sería imposible decirte con palabras lo mucho que te quiero, quizás logre medir la capacidad que tiene el mar pero no podría dejar de enamorarte, dejaría de beber y fumar pero no podría renunciar a oír tu voz y tu risa, incluso podría sentirme feliz pero no del todo si no existieras, podría tener sexo con alguien más pero no podría disfrutar del amor, hasta podría tener el mundo entero en mis manos pero no lo quiero si no estás dentro de mi universo. Desde que te vi me enamoré de ti, en un beso que estremeció mi alma y mi corazón, comenzó el amor.

Sabes amor... Estos últimos días he pensado mucho en ti y te doy las gracias por estar a mi lado, por tu paciencia, por tu tenacidad pero sobre todo por ayudarme a ver lo bonito de la vida, ya que a tu lado todo ha sido más hermoso. De verdad... ¡Te amo!, mi corazón es tuyo porque te lo ganaste a base de paciencia y amor, no me arrepiento de haberte elegido… quizás algún día sepamos por qué se cruzaron nuestros caminos, por qué nuestras almas se encontraron... dicen que nada ocurre sin un motivo.

Mientras tanto ámame hasta el final y mientras dure nuestra entrega, que los minutos se confundan con una eternidad, sin palabras porque no las necesitamos y sin preguntas porque los dos sabemos las respuestas... cuando estoy contigo pierdo la noción del tiempo, pasan las horas, los minutos, los segundos y me olvido de todo, solo me importa estar en tu mundo... entre tus brazos que son mi seguridad y mi serenidad. Solos, tú y yo, tocamos el cielo porque nuestro deseo es infinito, nada puede detenernos... Me excitas, me enciendes... sentir como haces tuyo cada centímetro de mi cuerpo haciéndome cada vez pedir más, atándome a ti... te juro que soy capaz de resistirme a todo menos a esa tentación...

La pasión es producto de nuestras vivencias, nuestros dolores, caídas, desamores, amores, ilusiones, esperanzas y también de nuestros pecados. Y es que la vida se debe notar, se debe transpirar por los poros de la piel… todo el tiempo nos quejamos de lo que nos sucede y nos incomoda, sin darnos cuenta de que eso justamente es lo que nos vuelve interesantes, lo que nos da historias para contar, lágrimas para compartir y la capacidad de comprender, tocar y besar un cuerpo con el morbo, el deseo y el éxtasis para vaciarnos en él.

Hay amores que marcan, que se graban a fuego… cuando siento tus besos en mi piel, cierro los ojos y siento escalofríos por doquier, siento tus manos y me entrego a esa entrega, siento el inmenso placer de sentirte. La dulzura de tu mirada me mata, pierdo el norte; la calidez y el calor que desprenden tus manos al tocarme me llevan al cielo y mi cuerpo te va pidiendo más y más.... te necesita con urgencia y llega el momento de fundirnos en un solo ser, mientras nuestros corazones se hablan, se desean, se sienten... somos cuerpos y sombras combinadas, sábanas arrugadas y gemidos en una oleada tormenta apasionada.

¿Cómo tratar de explicar este amor que es tierno y violento? A tu lado me descubro y me hallo cada vez que suspendes mis sentidos. No me puedo resistir quedo cautiva en tu mirada y en el aroma de tu piel, cada palabra, cada gesto, cada movimiento lento es un escalofrío de placer… el deseo aparece inflamando mi persona y apartando lo demás sólo pensando en tenerte, poseerte y entregarme ambas cosas a la vez. Hacer el amor contigo es llegar a lo más profundo de tu ser y beber esa vertiente de fuego que nace de tu pasión y me embriaga, sin tabúes ni complejos... somos dos alma que se hacen una y dejo todo mi ser dentro de ti haciendo que sientas como mi amor te quema… el contacto de mis labios humedeciendo los tuyos despierta en nosotros el más primitivo de nuestros instintos, poco a poco nuestros cuerpos se funden en el fuego del deseo y la pasión… pero también hacer el amor contigo es mucho más que eso, es sumergirse en un manantial de agua cristalina y subir al mismo cielo o condenarse en el infierno.

El cielo de la vida sólo se siente cuando te atreves a pecar… Sí, el espíritu se mantiene de pie e inquebrantable sólo cuando nos dejamos guiar por el corazón y aprendemos a silenciar la mente. Hay momentos inevitables que son una cita con el destino… en los que sabes que no deberías hacer cosas, pero sin embargo, sientes que debes hacerlas… ¿Razón o sentimiento? ¿O un poco de ambos? Creo que estos dos no son muy amigos, entonces, ¿con cuál quedarnos?

Esta mañana le di las gracias a la vida y a mi locura por haberme permitido hasta hoy ser amiga, novia, amante… he sido la buena, la mala, la víctima, el verdugo… Pero lo importante es que siempre he sido yo. Mi mayor fortaleza es el amor, la fuerza de mis sueños y mis deseos. En algún lugar leí que “Cuando dos almas se encuentran, los cuerpos pierden su nombre pero recuerdan su sentido…”. Es cierto y entonces vuelves tu experiencia todo un himno a la vida, y después caminas con la frente y el espíritu en alto, con el corazón abierto y la sonrisa en los labios. Al final, lo único que queda, lo único que recuerdas, es todo aquello que te atreviste a hacer y a sentir…

Por eso me gusta tentarte a que sigas los pasos de mis tacones intuyendo dónde irán a parar... y que cuando dejes de oírlos seas capaz de seguir intuyendo... el camino que deja mi ropa al ir cayendo poco a poco tras de mi… para que dejes tus ganas prendidas de mi encaje, arrancándolo hasta dejar solo piel y entonces tatuarme con tus dedos, con tus besos, con tus caricias… erízame la piel y calma tu sed en mi, te tiento a que nos unamos de mil maneras hasta llegar a estallar… dime mi amor, ¿te sientes tentado?

Me gusta cuando tus manos se deslizan en caricias suaves que me queman por dentro, un beso con malicia, una mirada, despacio me acaricias la entre pierna y murmuras palabras que me excitan, y con el vaivén de tu lengua que entre mis piernas transita me enloqueces y me incitas hasta embriagarte de lujuria y también de sexo... sexo divino, complemento del amor, comunión espiritual entre tú y yo, gotas de sudor y excitación que terminan en un orgasmo de plenitud del amor... Ámame sin prisa, tócame hasta el alma, hazme tuya, hazme el amor, sigue el ritmo, siente la sensación...

Sigues siendo mi inspiración favorita, el tiempo junto a ti es más que fantástico, gracias por tanto amor.

martes, 11 de octubre de 2011

Me gusta escribir sobre el amor

Disfruto escribiendo y cuando lo hago me gusta degustar un café y exhalar el humo de mi cigarrillo o tomarme una cerveza, en medio de la soledad y el silencio donde estoy inmersa y la complicidad con mi teclado creo que mi cerebro se comunica mejor con mis manos que con la lengua, la afición por la lectura me fue activando una discontinua dedicación a la escritura, me gusta contar historias… también escribo un poco para entenderme a mí misma, es natural en mí, es una forma rentable y efectiva de exorcizar neurosis y demonios.

Escribo de cosas que me pasan o me han pasado, historias de otras personas, en fin sobre varios temas (no muchos ni especiales) lo hago con sinceridad y sentimiento, pero alguien me dijo que yo le doy demasiada importancia al tema del amor, y tiene razón. Para mi el amor es básico, es el motor que mueve el mundo, la única relación que se puede establecer con el mundo para tener de donde agarrarse sin caer en el abismo del sinsentido. El amor te da felicidad, alegría y energía. Por eso es el tema que por lo general abarco.

Cuando escribo, principalmente en este sitio, tengo la sensación de que estoy enviando un mensaje en miles de botellas que lanzo al infinito y que le llegará a alguien a quien no conozco, pero sabrá entenderlo y entenderme. Y cada vez que alguien me dice "leerte me ha ayudado mucho, no dejes de escribir, por favor", me da una razón más para seguir haciéndolo. Eso me recuerda la famosa frase del escritor francés Flaubert: "Escribir es una manera de vivir". Y yo vivo enamorada de la capacidad de las palabras, del sentimiento de libertad que me producen… no soy una escritora, ni tengo un método para hacerlo, simplemente plasmo en la pantalla a través de mi teclado lo que se va gestando dentro de mí. Lo que escribo siento que tiene vida propia, es autóctono y es más poderoso que yo porque son sentimientos, pensamientos, creencias que se producen en mi cabeza y en mi corazón sin mi permiso y cuando los suelto es porque ya me han vencido.

Cuando se escribe de amor o por amor se deja el corazón, el alma... los más profundos sentimientos.... le damos rienda suelta a las emociones. Es cierto que el amor a veces puede ser fugaz y doloroso, pero no deja de ser bello y eso es lo que me impulsa a escribir sobre él. Todos queremos que el amor dure y pensamos que así será, por eso cuando escribo sobre él es un acto de fe, porque de esa manera me garantiza que, de algún modo, el amor perdurará. Es como cuando sacas una foto a un niño, con ella captas algo que sabes que va a cambiar, pero con la instantánea conservas la belleza y ternura del instante.

Escribo para estar en paz conmigo misma, como decía el poeta y prosista español Machado "yo vivo en paz con los hombres y en guerra con mis entrañas". Escribo porque conmueve y perdura, para reflexionar y pensar. Escribir me permite sentir el placer de contar la realidad y lo que imagino, puedo revivir el pasado y combatir el paso del tiempo, porque me ayuda a comprender y a ordenar el desorden, me equilibra, es un placer y una necesidad. Trato de explicar a los demás como veo la vida, escribo para curar mis culpas, para de alguna manera sobrevivir a la muerte, para sentir por un pequeñísimo instante que soy Dios. Como dice Rosa Montero: “Escribo porque mientras lo hago estoy tan llena de vida que mi muerte no existe: mientras escribo soy intocable y eterna”.

No sólo escribo del amor porque es un sentimiento bello y poderoso, sino porque soy una romántica sin remedio, y también amo las situaciones de lascivia que puedo crear en algunos de mis textos. Me gusta hacer el amor, el sexo sin duda alguna es una de las actividades humanas que mayor placer produce. Por eso me gusta escribir situaciones que lleven al lector a involucrarse en un juego sensual y mágico para los sentidos. Incluso, muchas veces cuando escribo sobre otros sentimientos, o sobre mi pasión por el mar, acabo mezclándolo con el amor, con la pasión y el deseo, con el romance... soy extremadamente loca con ese género y aunque me digan romántica excesiva, no puedo evitarlo.

Dentro del romance escribir textos eróticos no me es difícil, se me facilita mucho el describir ese tipo de situaciones, pero no me gusta la vulgaridad en mis historias pienso que eso mata en parte el disfrute de quien lo lee (al menos a mi me pasa), una historia aunque tenga contenido sexual explícito sin dejar nada a la imaginación puede ser bella si está escrita con respeto. No sé si todos los que leen este espacio les gusta pero por lo menos me consta que a un gran número de ellos sí, unos pocos me escriben que les encanta y me instan a que no deje de hacerlo… no lo dejaré.

A todos les digo que estoy bien, quisiera que todas las personas que han pasado por mi vida de una forma u otra supieran que soy feliz, sobretodo aquellos que abandoné o me abandonaron, los que ya no están más por buenas o malas razones aunque ya casi no los conozca… todas esas personas de alguna manera fueron la génesis de la persona que soy hoy. Por eso lanzo un beso al aire a todos y cada uno de ellos aunque ya no puedan verme ni oírme. También un beso y un abrazo fuerte a ustedes que están hoy aquí y forman parte de mi vida, los reales y los virtuales, todos son la fuente donde me alimento, mi apoyo, mi remanso de paz.

viernes, 7 de octubre de 2011

Necesito del mar

Hoy necesitaba, necesito un paseo por la playa, sin excusa alguna simplemente porque me hacía mucha falta (y me hace), cuando tengo esta desazón que me acompaña por estos días muy pocas cosas logran levantarme el ánimo y entre esas pocas está el mar, ese mar enorme de corazón fiero, de ritmo desigual es capaz de darme una paz indescriptible.

Cuando contemplo el mar muchas veces me pregunto: ¿Quién soy yo, la que contempla o la contemplada? Es curiosa esa pregunta, la mente es increíble. Está y no está, se angustia con las noticias, se recrea en el pasado, se inquieta por lo que le espera en el regreso y las preocupaciones futuras… cuando estoy frente al mar, mi mente sucumbe ante su poder… puedo estar perdiéndolo todo y ser feliz, puedo estar incluso muriéndome y sentirme flotar en la vida, precisamente porque el yo pequeño de la mente en esos momentos no puede dar la lata. Contemplo el mar y soy el mar.

No me separo del mar cuando regreso a casa porque el va conmigo y eso lo percibo en el silencio y la paz interior que me acompaña. Es increíble ver como algo tan gratis y tan cerca da más o igual placer que lo material… les juro que me limpia el alma y me renueva la mente, por eso amo estar junto a el.

Es un placer infinito estar en la playa... y verla desierta para mi sola, inmensa... En este vaivén que es la vida, uno aprende cada día algo nuevo, aunque no siempre sea del mejor modo, los acontecimientos se suceden y aprendemos a llevar la vida con sus penas y glorias o nos quedamos en el lamento. Cuando algo me sucede, sobre todo si es algo que me lastima necesito del mar para resolver frente a él mis más profundos conflictos.

Esas aguas azules que llaman a las gaviotas y salpican con sus brisas marineras los sueños de los corazones rotos, que evaporan las penas, que trasladan la nostalgia a los infiernos, que la locura y el dolor se conviertan en brisa… que el desespero se convierta en alegría o en soneto hechizado por la luna, que en el cielo las estrellas sigan vivas para acunar a las almas una a una…

Cuando me doy una escapada me gusta bajarme de la guagua o del auto para caminar y ya el olor a salitre me enciende la vida y camino con una sonrisa como si todo el recorrido fuera un abrazo de bienvenida y la ansiedad por llegar me hace suspirar con alegría. ¡Dios que momento! A veces antes de llegar a la casa de la playa me detengo a mirar el mar, la playa... y me invade una increíble sensación de calma, placer, inmensidad… Mis ojos disfrutar la belleza del mar sintiendo su superioridad.

El mar vivifica el alma muerta, la lima y la pule como si fuera una perla, sabe quitarnos las tristezas que si no fuera por el se nos quedarían puestas como una túnica oscura de lamentos y de pena. El mar nos llena y salimos confortados de su visión idílica. Algo tiene el mar que hechiza: su continuo movimiento, su novedad continua, la sorpresa de lo inédito. El mar refleja la inmensidad de la luna capturando su tenue luz como en tesoro, como un amor silencioso.

Me siento en la arena… mi mirada lo penetra, se sumerge y deambula en ese impresionante paisaje… y lo contemplo extasiada, enamorada, sí, es un amor verdadero, único, indescriptible e inmenso… amo el romper de sus olas y su gruñido constante cuando no está tranquilo, y sé que pase lo que pase, siempre estará ahí para acomodar mi alma y hacerme sentir completa.

Cuando estoy así con esta congoja, con este sinsabor muy pocas personas (casi ninguna) logran llegar hasta mí porque no se los permito, me es difícil hablar y casi siempre prefiero estar sola aunque sé que me hace más daño pero no lo puedo remediar. Además no me gusta hablar de cosas tristes, ni tampoco escribirlas por eso muchas veces prefiero el mar porque me hace reflexionar, compensarme, comprender… me lleva a la catarsis, al llanto y la risa, me carga de energía buena y se lleva mis pesares. Por eso cuando digo que es vital para mi, no exagero; ahora mismo, se los juro, abandonaría todo por estar frente a él. Quiero ir, necesito ir a renovarme, a sentir sus olas y oler el salitre, juntar piedras, pisar la arena... Como sea, haré lo que sea por ir...

Disculpen que estos días los problemas personales me han estado agobiando demasiado, no estaba de ánimo para nada, pero me voy levantando y sigo adelante y aunque hay cosas en las que sólo me resta esperar porque no tienen solución en ocasiones me atormentan tanto que caigo en un estado depresivo que me abruma y del que voy saliendo gracias a que sigue habiendo gente maravillosa. Seguiré escribiendo, mientras fumo, mientras miro el mar o la lluvia o en cualquier momento donde mi paz y mi locura se centren para volcarse aquí.

Les dejo besos a todos los que de alguna forma dejando sus palabras tan llenas de cariño acarician mi alma, que Dios los bendiga a todos, gracias por estar.

martes, 4 de octubre de 2011

No debí dejar al descubierto tanto dolor…

Perdónenme por la nota anterior, no debí hacerla pública, sólo que comencé a escribir y lo subí a este sitio sin darme ni cuenta, muchos de los que la leerán no me conocen, pero unos poquitos sí, y no me gusta destilar tanto sufrimiento… que los demás vean lo que a veces con tanto trabajo escondo…

Nuevamente mis disculpas, este sitio lo hice para expresar opiniones, conocer como piensan otras personas, ayudarlos en lo que pueda, poner algunos de mis textos eróticos y algunos sentimientos (no estos precisamente), no me gusta hablar de cosas tristes, tan tristes… y mucho menos si yo soy la implicada.

Escribir me alivia, es una manera de desahogarme, pero cuando escribo estas cosas las guardo sólo para mí, no las lee nadie más.

Algunos de ustedes poco a poco se han ido convirtiendo en mis amigos (aunque virtuales) no me gusta dejar al descubierto tanto dolor…

Hoy no tengo palabras… sólo dolor…

Vivir en el infierno, mi propio infierno… muchos exclaman ante una situación difícil que la vida les pone “estoy viviendo un infierno”, a veces la situación no es tan mala y puede terminar con solo tomar una decisión, un nuevo camino por emprender…

Los infiernos como el mío, no dependen de una decisión, ni de escoger un nuevo camino… no… siempre me creí una persona fuerte (aunque algunos de los que me conocen bien dicen que lo que tengo es mucho coraje, pero que tengo un corazón blando), yo sí creía que era una persona fuerte, dura… porque la vida me ha puesto en algunas situaciones difíciles que he sabido enfrentar y he logrado sobreponerme.

Esta vez no puedo… esta vez me estoy consumiendo en mi propio dolor y es tan grande que apenas puedo hablar de ello (ni siquiera con la gente que quiero y que sé que me quieren), incluso en este instante las lágrimas caen sobre mi teclado y nublan mi vista… Mi madre se está consumiendo con una enfermedad que por más que lo intento y logro sobrellevar, cuando ella cae en unos momentos de crisis me desestabiliza de tal forma que no sé como seguir adelante… la demencia senil es terrible pero más terrible es la impotencia de no poder hacer nada y ver como el tiempo pasa y la situación empeora, como todo se me va de las manos sin poder controlarlo… aún me quedan fuerzas para contenerme ante ella cuando me dice cosas como que “su vida es un infierno”, “que lo que quiere es morirse, tirarse ante un carro para acabar con todo”, no me explico cómo logro tragarme mi dolor y contemplarla hasta calmarla y lograr que deje de llorar y esté más tranquila pero mientras intento tranquilizarla siento que el corazón se me hace pedazos… pero mi amor por ella que es tan infinito me permite mantenerme ecuánime, serena hasta lograr mi cometido…

Después… cuando estoy a solas en mi casa comienza mi infierno, mi dolor se desata y me siento sin fuerzas para seguir, apenas duermo (anoche dormí dos horas), también anoche bebí mucho y hoy continúo bebiendo… sé que todo empeorará… maldita sea no puedo ni escribir…

Ayer se quería morir y hoy comenzó a hablarme algo sin sentido, continuó con una vieja historia familiar muy conocida por mí (por las veces que ella misma la ha contado) solo que esta vez casi parecía un cuento de ciencia ficción… me pregunta por mis hijos y dice que hace muchos días no los ve y justamente ayer estuvieron con ella… mientras en mi garganta se iba formando un nudo, yo la observaba y veía esos lindos ojos azul-verdosos que siempre fueron tan expresivos como cada día parecen más vacíos… respiré profundo y me marché alegando que tenía que cocinar y se me hacia muy tarde ya.

Subí a mi casa y he llorado mucho (igual que ayer), mucho y sin consuelo, creo que ya nunca lo tendré… no tengo fuerzas para verla así, me derrumbo… escondo mi dolor y mi tormento ante mis hijos y mi papá (a el no puedo atormentarlo más). Me desespero y se me destroza el alma ante un futuro inmediato que no sé como afrontar… me voy hundiendo en el dolor y en la desesperación, no sé cuanto me dolerá el día que la pierda definitivamente (debe ser terrible) pero ver como la estoy perdiendo cada día un poquito más es enloquecedor y lacerante.

Esto no lo he hablado con nadie porque no puedo, me es difícil hasta escribirlo, mis manos, mis ojos y mi teclado están llenos de lágrimas… a veces intento olvidar este dolor aunque sea por unas horas y entonces busco un escape, lo mismo escucho música muy alta (eso me enajena), que salgo de casa (hacia cualquier lugar) y camino sin rumbo fijo, busco la compañía de alguien que me haga reír un poco (tengo una amiga que es especialista en eso), me siento a escribir, me refugio en el amor que es algo bendito y maravilloso, me siento a la orilla del mar… bebo con mucha frecuencia… y logro un poco de paz interior al menos por unas horas.

Me gusta complacerla, siempre lo he hecho, pero ahora lo triste es que a los veinte minutos ya no lo recuerda… La madre es la figura determinante en la existencia de una persona, y su pérdida representa uno de los momentos más definitorios en la vida de alguien. La mía ha sido una mujer extraordinaria, siempre trabajando y luchando por la vida, por sus ideas, por sus hijos… No soy capaz de imaginarme una vida donde ella no esté para compartir conmigo desde el estado del tiempo hasta el nacimiento de mis hijos; un mundo donde no esté para tomarme la mano cuando tenga el corazón roto o con quién reír hasta que me duela el estómago.

Hoy a pesar de haber un lindo sol, yo veo un día gris, de oscuros silencios, de almas que no encuentran consuelo. Tengo pensamientos que no ven el mañana, mejor dicho sí lo ven solo que es tan triste y desolador que vuelven al pasado, que buscan un porqué que no encuentro ya. Su vida se tiñe de un color triste, ha perdido el lustre que tenía…

Y yo estoy como un náufrago en mitad del mar, que flota y no se ahoga, dejándome mecer por las caprichosas olas… esperando un final que no quiero ver… Algunas noches, en compañía de la oscuridad y del silencio, me vence la tristeza y la desesperanza, derrotándome sin piedad, me hacen añicos por dentro, convirtiendo lo que deberían haber sido sonrisas en tristes lágrimas que nunca nadie verá.

A veces se inicia mi sueño con un llanto de impotencia y lamento, imposible de contener, como el río que se desborda, pero prefiero dejarlo fluir para que no se ahoguen el resto de mis sentimientos. Después el sueño me rescata y me lleva de paseo por bonitos paisajes, regalándome bellos momentos.

A veces me rompo en mil pedazos, derrumbándome irremediable e intento detener mis fragmentos antes de que lleguen al suelo, pero no lo consigo y veo como caen… cuando pasa la tormenta tranquila, sin prisa alguna recojo uno por uno mis pedazos y me recompongo con calma, uniendo con cuidado los trozos de mi yo roto, para aparentar que nada ha pasado.

Tengo que llenarme de valor para seguir, luchar por verla sonreír aunque a la media hora no se acuerde… ir callando mi sufrimiento, mi impotencia ante su decadencia con las horas de escape que busco. Alguien me dijo el otro día que yo era una contenta porque siempre tenía música puesta y casi siempre me estaba riendo. Qué poco sabe la gente de las interioridades, de las tempestades en los corazones ajenos…

En una serie de TV hace unos días una doctora decía “los recuerdos lo son todo, sin recuerdos, sin memoria no hay vida”. Yo pienso que es cierto y eso me atormenta más…

Esa mujer que noche a noche me arrulló en sus brazos, que siempre ha sido para mí la luz en la más negra noche, la paz que mis penas conoce, la más linda estrella del firmamento, que siempre ha sido de amor un eterno juramento… Ella es el beso que borra mi tristeza, mis miedos y calma mis temores. Esa mujer, mi querida madre… hay días en que no es capaz de recordar ni cómo nacieron sus hijos, ambos (mi hermano y yo) nacimos por cesárea y el otro día estaba haciendo el cuento de lo fácil que habían sido sus dos partos… ¿se imaginan cuando la escuché? Me quise morir (literalmente)…

Y si es cuando llora sin consuelo, ayer le dio un ataque de llanto porque estaba buscando algo que había perdido, y cuando me llamó me dijo que ya no sabía lo que estaba buscando y entonces lloraba más… Cada vez que ocurre algo así, siento que vuelvo a romperme en mil pedazos y se me caen las alas del corazón, me revuelvo en mi desesperación y trato de escapar…

La pérdida llegará tarde o temprano, eso lo sé bien, lo que no sé es cómo voy a poder seguir sosteniéndome con este dolor dentro, que me está matando… qué haré el día que me diga (no muy lejano) ¿quién tú eres? ¿dónde está mi hija? Todos los días me pregunto ¿tendré la fuerza suficiente para tenerme en pie cuando esos lindos ojos me miren y no me conozcan? Creo que no… me estoy perdiendo de a poquito junto con ella…

Ya no tengo palabras para explicar lo que siento, solo tengo dolor, un dolor punzante, profundo, sin consuelo… un dolor que se aplaca y se esconde, pero aunque no se ve, sigue ahí… todo el tiempo lacerando mi alma… En este infierno hoy no tengo palabras… sólo dolor…

Me duele mucho la cabeza, no sé si es la falta de sueño, el tormento, lo que he llorado o lo que he bebido, los dejo…