Bienvenidos a este humilde pero sincero espacio. Aquí escribo mis pensamientos, cosas que me preocupan, algunas vivencias, historias que conozco... lo que me dicta el corazón para compartirlo con otras personas, es una manera de saber que no estamos solos en este mundo virtual y poder hacerlo más real y cercano. Me gusta escribir y me siento bien haciéndolo, ojala estás letras lleguen a ustedes como yo quisiera. Siéntanse libres de comentar lo que deseen. Gracias por estar aquí.

viernes, 30 de septiembre de 2011

Amor hechicero, embriagador…




El poeta y ensayista estadounidense Henry Van Dyke dijo: “El tiempo es demasiado lento para aquellos que esperan... demasiado rápido para aquellos que temen.... demasiado largo para aquellos que sufren.... demasiado corto para aquellos que celebran...pero para aquellos que aman, el tiempo es eterno."

El amor es sin duda alguna el sentimiento más fuerte que puede llegar a sentir un ser por otro. Entre las sonrisas, el compromiso, el tiempo compartido, las experiencias y la pasión, el amor de pareja brinda un sinnúmero de sensaciones increíbles que llenan la vida de quien las siente.

Somos simplemente una mujer y un hombre que han enlazado las almas por amor y nos refugiamos lejos de las maldades del mundo, lejos de envidias, de miradas torcidas. Tu tan deseado, tan amado, tan anhelado... tan mío que hasta en las noches más oscuras esta tu luz guiándome y acompañándome. Eres el hombre que acompaña mis silencios, mis locuras, mis temores y me eleva por los cielos con su amor por eso adoro entregarme a tus apasionados besos que sedientos buscan mis labios y dejar que fluya cristalinamente mi dulce amor sobre tu cuerpo...

Desde que te conocí un sentimiento especial se anidó en mi corazón, un sentimiento puro y maravilloso que me convierte a veces en un ser irracional. Eres el dueño de mis sueños, donde se anidan todos esos recuerdos que anestesian mi cuerpo entero. Eres el sol de mis mañanas que con sus tiernos y suaves destellos acarician mis entrañas llenándome de fuerzas y deseos. Eres ese alguien que cada día se me hace más necesario y más urgente.

Hay cosas que te escribo para no decirlas, que están en mi alma y quedaran contigo cuando me haya ido... las escribo en la cama, en el aire, que siento tan mías que no son de nadie, otras las escribo contigo y sin ti no valen… cosas que también tengo en el alma y quedaran conmigo cuando me haya ido... Y en todas acabo escribiendo cuanto te quiero y sabiendo cuanto tú me amas...

Aunque un día quiera nunca podré olvidarte porque tú eres parte de mis sentimientos, desde que te conocí llenaste mis pensamientos y fuiste protagonista de mis sueños. Llenaste mis segundos de felicidades y mis días del consuelo de verte. No podré olvidarte porque tu cuerpo es mi paz y tu alma mi objetivo, nadie es como tú. No te olvidaré aunque deba, aunque recordarte sea llorar por no tenerte y morir de tristeza por no besarte.

Me gusta cuando nos amamos al ritmo de la lluvia, con la danza del agua que cae... amarte, besarte… que mi placer despierten tus caricias y al hacer el amor con ese ritmo sencillo y profundo, tatuar nuestros cuerpos con besos imborrables dejando la pasión impresa con exquisito goce. Sigue las líneas de tu deseo que te llevan a través de mi cuerpo, solo siénteme... Siente como el calor se hace fuego, como mis labios se entreabren, como mi cuerpo dibuja la línea que te llevará al placer...

Estoy atrapada por ti, sin poder liberarme aunque sin cuerdas que romper, estoy atada sin estarlo y pudiendo escapar no escapo. Yo que siempre supe cuando huir, me he dejado atrapar, no, para ser más exacta, me has atrapado, sin saber cómo ni cuándo, sólo sabiendo cuánto. Pero si un día termina, ten cuidado mi amor, porque duelo, no lo creerás pero duelo, te dolerán mis besos cuando no los tengas, te dolerá el recuerdo cuando recuerdes, te dolerá tu cama vacía, te dolerán las canciones, te dolerá hasta tu risa. Te doleré mucho, pero lo irónico es que te gustará el dolor de mí, que será lo único de mí que tengas en ese momento...

Cuando te vi por primera vez sentí que el corazón se me quería salir del pecho, no sé si fue de emoción pero todo mi ser tembló, se hicieron eternos esos minutos cerca de ti contemplándote, escuchándote. Después… mientras más nos acercábamos un miedo me recorría, miedo a lo que sentía… quería huir y me faltaban las fuerzas, me detenía el deseo, logré controlarlo y me mantuve alejada de tu subyugante presencia… pero el día que me besaste… ese beso hizo surgir mi anhelo, ese abrazo desbordó mi pasión, ese suspiro alimento mi cerebro, tantas cosas juntas me hiciste sentir… que tuve miedo de perder el piso, de ser capaz de ausentarme de ese mundo que nos rodeaba y entrar al nuestro donde sólo tu y yo existimos, ese mundo capaz de demostrar que entre dos personas puede haber más que una atracción, un deseo ardiente, que quema, que paraliza, que estremece. Así es esta pasión que siento por ti, esta necesidad de sentirte, de amarte...

Cuando no estás te extraño mucho y esa es una prueba tangible de que te amo, sino... tu ausencia no me provocaría ese apuro, esas ansias, esa necesidad de verte. Fuimos y somos la humedad de las grutas, el secreto de los desvanes, la caricia y la charla después de hacer el amor. Si no nos hubiéramos conocido mi alma tendría más cicatrices sin curar… no tengo miedo a morir, tengo miedo a vivir y no estar segura de que estés a mi lado, como yo quiero. Escucha los susurros de mi alma... Cuando estoy decaída, tú me elevas y puedo pararme sobre montañas, caminar sobre mares tormentosos porque soy fuerte cuando estoy junto a ti.

Eres mi mayor locura, mi escape a la demencia, la felicidad en la cercanía de tus labios aun al borde del abismo, entregándome al paraíso de tu amor en tan solo un suspiro, retomando estos deseos malditos de vivir y vivir por ti. Resultaste y resultas ser los versos de mi boca enamorada, el suspiro que me arrancan las notas de tu voz que desgarran mis pasiones y me otorgan la eternidad en tus manos claras como el cielo en madrugada, eternidad que no quiero si no es estando a tu lado.

Llevo cincelados en la mente y en el cuerpo cada uno de los momentos vividos a tu lado, la felicidad que me das. Escucha lo que voy a decirte, mi amor, si un día me pierdo... no vaciles, encuéntrame; si tú te pierdes... yo me perderé contigo; si dudo… empújame; si callo no preguntes… sólo escucha mi mirada; si tú callas… yo leeré tus gestos. Tú y yo somos el equilibrio, somos dos mitades que forman un sueño. Estás clavado en mí como un puñal en la carne, y te quiero así, ardiente y pasional temblando de ansiedad. Tus besos me queman, tus labios me embriagan y torturan mi razón, en la sangre te llevo… todo en mí grita tu nombre. Mi vida, tú y yo estamos enfermos de amor, locos por amor… pero jamás te cures de quererme, recuerda que el amor es como Don Quijote, sólo recobra la cordura para morir. Quiéreme en mi locura porque mi camisa de fuerza eres tú y eso me calma...

Hay algo que quiero que no olvides nunca… sin ti, nada; sin mí, si quieres... prueba.

martes, 27 de septiembre de 2011

Juventud acumulada

Hace unos días presencié una conversación en la cual terminé participando un rato, era sobre el tema de la edad, los años, la juventud, la vejez. Tremendo tema ¿cierto? Muy controvertido y con opiniones de todo tipo de acuerdo a la edad y mente de quienes la emitan.

Si son los jóvenes quienes opinan para ellos una persona que pasa de 30 años es un temba y una que pasa de 40 ya es un viejo. Si los que opinan pasan de los 40 pero son personas alegres y que aman la vida dicen que están en su mejor momento, pero si son personas amargadas y que se pasan la vida aquejándose de problemas de salud dicen que la vejez es fea.

En fin, amigos míos, el tema es peliagudo pero yo les puedo decir que no es tan así como lo pintan ni unos ni otros porque es un error contar la edad por la suma de los aniversarios de su nacimiento. Para que vean que estoy en lo cierto miren a su alrededor y verán personas envejecidas y desilusionadas con 20 años de edad y verán personas alegres, llenas de entusiasmo con 60 años. ¿Saben por qué? Es muy sencillo porque la edad de las personas es la de su espíritu, uno envejece realmente cuando cree que está envejeciendo.

Por ejemplo, envejecemos en el momento en que perdemos el interés por la vida, cuando dejamos de soñar, cuando no tenemos visión de futuro… mientras nos sentimos alegres, luchamos por nuestros sueños, somos amables, valerosos y fraternos, mientras confiamos en los otros, vivimos el presente, encaramos el futuro sin miedos ni angustias anticipadas nos mantenemos jóvenes de espíritu aunque nuestro cuerpo vaya envejeciendo.

El amor, la alegría, la bondad, la generosidad, la sabiduría, el poder mental, la felicidad, la lucidez, el ideal… son los valores más fuertes de la vida y por tanto mantienen a una persona vigorosa, sana, joven, productiva y estos bienes no son patrimonio exclusivo de una fase de nuestra existencia, se encuentran en todas las edades. Por eso creo que tenemos la edad de nuestros pensamientos porque de poco valen los ejercicios físicos y las dietas de belleza si mantenemos envejecida la mente, reprimida, llena de pensamientos negativos y pesimistas. El envejecimiento comienza por la mente, en ella fijamos nuestra edad y el subconsciente la va cumpliendo.

Conozco muchos que pasan de los 40 años, incluso de 50 o más, pero se sienten de 30 y es porque cultivan pensamientos positivos, viven llenos de alegría, amor, esperanza, sueños… disfrutan la vida sin pensar en los años que han cumplido y son felices, se sienten jóvenes no se reprimen porque la edad se cuenta por la mente y no por el calendario. Cuando se vive así nos sentimos jóvenes y sinceramente ¿quién no quiere serlo? Si mantenemos la mente y el espíritu joven, el milagro ocurrirá.

Hay un amigo mío que dice que en materia de edad nosotras las mujeres somos las mejores porque nos encanta permanecer en los 20 ó 30 años, aunque la suma matemática de la edad vaya mucho más allá. Y sí, claro que es cierto y lo logramos siempre que somos capaces de mantener el espíritu ligado a la edad que deseamos tener. Para parecer joven hay que sentirse joven y en eso realmente las mujeres somos campeonas (aunque no todas lamentablemente).

También dice que las mujeres maduras de este tiempo nacimos y vivimos nuestra juventud (tiempo que marca la vida de cada persona) en una época donde el romanticismo fue vívido y se cantó en verso y prosa, donde recibir una flor era algo sublime, un tiempo en que lo mejor de una fiesta era bailar lento y moverse al ritmo suave de baladas románticas, y precisamente porque conocimos y disfrutamos el verdadero noviazgo, el apretón de manos, el abrazo suave con respeto y amor, cuando mirarse a los ojos tenía otra connotación… es que tenemos el privilegio de ser las Mujeres que más sabemos enamorar y amar. Dice que las mujeres maduras de hoy, nunca fuimos mujeres para jugar. Y aunque la juventud pasó, dejó grabado en nosotras la forma más sublime y romántica de vivir, por eso hoy poseemos un equipaje de conocimiento, experiencias, madurez e inteligencia que hemos ido aumentando con el pasar de los años y que nos hace especiales en el modo de ver la vida y en la forma de entregarnos al amor.

Creo que es cierto, muchas de nosotras todavía encantamos con los versos, las rimas, la música y las palabras de amor porque a pesar de los cambios y los modernismos éstos no lograron reducirnos la gran capacidad de amar, sentir y expresar nuestros sentimientos reales y profundos. Lo más importante no es la edad denunciada en los detalles de nuestras fisonomías y sí los valores de nuestras personalidades, lo más importante es notar que nuestros corazones son jóvenes y están llenos de energía.

Las mujeres jóvenes de esta época cuando lleguen a nuestra edad actual, jamás serán como nosotras (en ningún sentido) porque para eso la juventud de hoy necesitaría conocer y disfrutar lo que es el verdadero romanticismo.

Ahora que les comento todo esto me viene a la mente la frase de una amiga que cuando se refiere a las personas maduras (especialmente mujeres que pasan de 40 años) dice que estamos en plena forma y que nos queda un mundo por andar y otro por hacer, que con tanta juventud acumulada somos capaces de mover el mundo y hacer temblar la tierra. Yo se lo creo, la aplaudo y la sigo porque opino lo mismo, quienes no lo creen así pregúntenle a hombres inteligentes de cualquier edad ¿qué piensan de las mujeres maduras o mejor dicho de “juventud acumulada”? Verán la respuesta, recuerden que les dije hombres inteligentes. Tengo uno muy cerca que dice que el amor es un rompedor porque no tiene edad ni barreras y que el hombre que elige envolverse en los brazos de una mujer madura alcanza sensaciones de corsario que traspasan lo permitido. ¿De verdad, lo crees así?

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Las vacaciones de Cary

Prometí que les contaría algunas cosas de las vacaciones de mi gran amiga, cómo me va o mejor cómo me lleva. Les diré de forma breve y sin dar muchos detalles que han sido una locura, se está cobrando todo lo que le hice en las mías, por tanto estoy pagando el precio de mi locura porque yo la arrastre a todas partes sin darle sosiego y con la complicidad de nuestros hijos que estaban también de vacaciones. Se imaginan la única que estaba trabajando era ella y nosotros no tuvimos piedad.

Todavía le quedan cuatro días y yo no sé si aguantaré, porque es muy difícil trabajar y no tener descanso, me deja libre sólo las horas de trabajo (pero sin dejar de llamarme para ponernos de acuerdo en lo que quiere hacer más tarde), hemos ido a la playa, hemos salido de juerga, nos hemos dado grandes sesiones de juego de dominó, música y tragos (en familia), hemos visto algunas películas, no han faltado las escapadas de chicas, ni los chismes…

He tenido días que casi he empatado una jornada con la otra, ¿qué les parece? Y si le digo que estoy cansada, solo se sonríe y me dice que no sabe de qué. Es increíble.

Hoy creo que será un día tranquilo así que aprovecharé para descansar, porque ya sé que el jueves será complicado, también el viernes y amenaza con cerrar con broche de oro con una gran juerga en la playa el fin de semana.

Sólo le pido a Dios que me de fuerzas para terminar la semana entre trabajo y diversión, porque por cansada que esté la seguiré sin dudarlo como ella hace conmigo y lo real es que siempre la pasamos súper lo mismo cuando estamos en familia que cuando nos vamos nosotras solas a desconectar un rato. Nos gusta salir a caminar, tomar un helado o una cerveza, conversar, hacernos confidencias y pasarla bien. Eso es algo que todos necesitamos de vez en cuando (a mi en lo particular en estos momentos me hace mucha falta) y nosotros no dejamos escapar las oportunidades cuando se nos presentan.

En fin, estos días han sido un total desbarajuste pero sin perder la cordura. El desorden y la diversión han ido de la mano. Creo que ha pasado unas buenas vacaciones, como se merece, por lo menos ha descansado (hasta le ha dedicado horas a la lectura en la playa) y se ha divertido.

sábado, 17 de septiembre de 2011

¿La pasión tiene límites?

Es maravilloso y perturbador caer en los brazos de una pasión que hace vibrar hasta el último poro de nuestra piel, que electriza nuestro cuerpo, nos relaja, nos hace felices. Esa pasión que nos hace sentir de cerca el ruido atronador de la tormenta, el volcán en erupción y el suelo temblar, nos hace volar el juicio y nos lleva a lugares irreales a través de nuestros sentidos a flor de piel. Nos hace suspirar y nos deja nuevos. Sin temor a equivocarme digo que la vida no sería igual sin esa pasión… sin el amor, los que lo han vivido saben de qué estoy hablando. Aunque de vez en cuando me pregunto ¿la pasión tiene limites?, ¿durará toda la vida?, ¿cuánto tiempo se siente uno flotar en el aire? Las respuestas no las conozco, sólo sé que no quisiera que terminara.

Todo es magia y amor entre nosotros… me atiendes, me cuidas, me quieres, reímos juntos, tenemos nuestros secretos… Cuando menos lo esperaba, cuando cavilaba sobre mis propios sentimientos y mis propias emociones, de la nada apareciste tú. Quise creer que no eras importante, solo alguien más con quien conversar, reír… pero al primer contacto de tus ojos con los míos sentí que algo especial podía surgir de aquel impensado e inesperado encuentro.

Iniciamos una amistad muy diferente a las demás, era una seducción involuntaria (al menos por mi parte) no pensé en lo que sucedía o tal vez no quise darme cuenta de lo que vendría. Lo cierto es que me encantó que te atrevieras a acercarte, que sin saber (y sin importarte mucho porque eres demasiado osado) cómo yo reaccionaría te aventuraras y me trasladaras imaginariamente a un espacio sólo para los dos, haciéndome sentir en todo momento que me resguardarías de lo que pudiera hacerme daño; todo eso se reflejó en tus ojos, lo vi en tu rostro. Eso hizo que me sintiera vulnerable cuando comencé a conocerte pero me gustó esa sensación porque también me sentí protegida a tu lado, a pesar de lo poco que te conocía tuve la certeza de que contigo estaba segura… encontrarte, aún bajo esas circunstancias, era justamente lo que yo necesitaba.

Desde el primer beso… recuerdo tus labios besando los míos, no en un beso tierno y dulce como casi todo primer beso... sino un beso apasionado que me llegó hasta el alma, que removió mi cuerpo, que despertó todos mis sentidos. Y aquella primera vez que salimos fue tan inusual, no había nada romántico ni privado, sin embargo hiciste que no dejara de notar tu presencia y lo hiciste bien porque de pronto no nos importaba nada de lo que nos rodeaba, solo éramos tú y yo, sin nada que pudiera distraer nuestra atención. De un encuentro me llegaste al alma, como el mar a la ola que la escucha y la rompe. Yo te escucho a ti como si fueras mi ola y llegas a romperme en mil pedazos de placer…

Eso es pasión, es un deseo tan fuerte que no lo puedes aguantar y no se construye día a día con el paso del tiempo como el amor. La pasión es música de jadeos y de roces... de susurros y gemidos… cuando sientes y vives una pasión de amor es donde realmente conoces a tu verdadero yo, te descubres y hasta te sorprendes de tus reacciones por y con esa persona que no hace mucho llegó a tu vida, te asombras de la falta que te hace aunque haga apenas unos minutos que se fue.

Sí, no hay dudas de que mientras no conoces esa fuerza imperiosa y desmedida del amor no sabes nada de la vida. Los que alguna vez lo han experimentado saben que no hablo de ese amor simple que algunas personas comparten, sino de ese que rompe los moldes, los esquemas, que enfrenta todo y se juega por todo, que sale de lo más profundo del corazón sin explicación alguna (a veces contra toda lógica), que sale del alma y te llena de vida… ojala todos en algún momento de la vida pudieran conocer ese amor, esa pasión que arrasa con todo… y quienes tengan la suerte de encontrarlo no lo dejen pasar por su lado sino que sepan atraparlo y vivirlo a plenitud sin pensar mucho en cuánto durará, si será eterno… porque quizás nunca más tengan esa oportunidad. Muchas personas encuentran el amor a lo largo de su vida pero no todas conocen el sabor de la pasión.

Hay quienes se conforman con una relación por que se sienten bien o tienen su vida económica resuelta o lo que es peor por miedo a quedarse solos, pero eso no es amor es falsedad y quieran o no, tarde o temprano llega a su fin. Mientras viven esa vida sosa es posible que su verdadero amor lo tengan cerca y ni cuenta se den. Lo más triste es que lo descubran cuando ya es tarde… porque todo tiene su momento… entonces se lamentarán por siempre de haberlo dejado pasar.

Cuando te conocí tu personalidad me impactó, no puedo ni siquiera describir lo que sentí. A partir de ese instante un torrente de emociones me embargaron, sentimientos contradictorios, qué se yo… y aquel beso que me robaste… nunca nadie se había atrevido a robarme un beso, tu lo hiciste y si soy sincera fue hechicero, tu ardor y osadía hicieron que me dejara llevar hacia ti, me doblegaron a ese sentimiento que yo me negaba tan siquiera a reconocer conmigo misma. Sucedió así, fue como dos fuerzas poderosas que se atraen en contra de toda regla, de la propia voluntad pero es inevitable, no hay como detenerla… así sin darnos cuenta comenzamos a vivir esta pasión que nos consume y al mismo tiempo nos llena de vida.

Creí que algo tan repentino y fuerte no duraría mucho, que se acabaría con el mismo ímpetu con que empezó (tal vez ocurra) pero en cuanto al tiempo me he equivocado porque ha durado mucho más de lo que pensé… cuánto tiempo llevo compartiendo lujuria entre sus brazos, días en que sólo nos pertenecemos a nosotros mismos, cuánto amor y pasión me ha dado, hemos disfrutado de un tierno delirio, de un frenesí abrasador… no importa si la vida en algún momento se empeña en alejarnos, me ha colmado de su suave salvajismo y ya no necesito nada más porque estoy saturada de pasión. A veces me sorprende esta fuerza que nos arrastra a querernos, este arranque de anhelos que llega como lava ardiente derramándose en nuestros deseos, que nos quema y nos desborda.

Me pides que deje huellas en tu piel con mi lujuria y que cabalgue tu cuerpo para descubrir la miel de tu pasión mientras mis carnes trémulas piden ansiosas que arranques de mis labios los gemidos que interrumpen el silencio a medida que nos alimentamos con nuestros sabores, nos impregnamos de nuestros olores, uniendo nuestros latidos mientras aceleramos nuestros ritmos para llegar hasta la cúspide sintiendo como se abren las puertas del cielo. Cuántas sensaciones me envuelven cuando estamos juntos, cuando nos sometemos a nuestros deseos sin pensar en nada… Esta pasión desenfrenada nos hace perder los sentidos siguiendo el vaivén de nuestras caderas para terminar exhaustos y humedecidos.

Adoro probar la miel de tus labios, pecar de amor contigo, sólo Dios sabrá cual será mi castigo por amarte como te amo. Pero no importa, envuélveme en tus besos que son peligrosos abismos de misterio y que como olas inquietas me arrastran hacia ti, hazme caer en tus brazos que son excitantes trampas permitidas. Conviérteme en prisionera de tu amor y no me dejes ir aunque yo te lo pida… mi cuerpo y mi alma son tuyos. Estoy a la disposición de todas tus fantasías, sé que el placer será mutuo. Nuestros cuerpos se entregarán al deseo y en un beso explotará la pasión contenida… el mundo estará ajeno a lo que sucede porque en ese instante sólo existiremos tú y yo.

Todo está permitido en este juego peligroso y prohibido. Nos amamos sin miedos y disfrutamos de este paraíso que puede ser pasajero y tal vez después de esta gloria Dios furioso nos expulse y nos condene al infierno, pero ya no importará, iremos gustosos porque no todos los humanos tienen la dicha de conocer y vivir algo tan intenso. Tú, deseándome a muerte… yo, no menos deseosa… tú, queriendo poseerme… yo, volviéndome loca. Ambos rompiendo en plenitud, convulsionando entre gemidos y suspiros, bañando nuestros cuerpos de amor y de gozo, sepultando la febril pasión que compartimos.

Mi vida, tu eres amor en cada roce, pasión en cada beso. Eres un ser diligente y dispuesto con imaginación demoníaca, con amor paradisíaco y fantasía perversa, con un tacto suave pero con instinto animal, con sabiduría divina y mirada de amante… eres pecado con sentencia mortal, todo eso te hace al fin una gran tentación para mí, sin lugar a dudas mi mayor tentación…

martes, 13 de septiembre de 2011

El valor del perdón

Me he encontrado con muchas personas atrapadas en sus culpas, pesares y en sus rencores, muchos de ellos queriendo poder perdonar pero “no pueden”, porque están luchando consigo mismo y es que sus expectativas acerca del perdón son equivocadas. La vida no siempre es justa, hay gente que nos lastima, nos hacen daño y quizás no merecen nuestro perdón.

Pero, ¿vale la pena vivir amargados? Porque el rencor no es un sentimiento agradable, cada vez que pensamos en la persona o en la circunstancia que lo provocó, volvemos a experimentar todas esas sensaciones desagradables como: ira, impotencia, frustración, dolor, ansiedad… y sin duda todo eso causa estragos físicos en la salud y emocional en la mente. ¿Qué hacer entonces con esas heridas? ¿Cómo sacar ese rencor? ¿Cómo perdonar?

Por eso necesitamos entender lo que significa el acto de perdonar, primero que nada no es necesario esperar sentir alguna simpatía por el ofensor para poder perdonarlo; tampoco significa excusar o aprobar lo que hizo esa persona; ni significa confiar nuevamente y restaurar la relación personal que antes existía, porque esa relación sólo puede ser restaurada cuando el ofensor se arrepiente sinceramente y nos pide perdón por su actitud, si esto no sucede no hay razón para confiar en esa persona de nuevo y mucho menos tener una relación amistosa.

Perdonar no es un asunto de emociones y no significa olvidar, simplemente es una decisión, un proceso que significa “soltar” o “condonar una deuda”. El perdón es una capacidad especial de la cual todos estamos dotados, pero que depende de nosotros el usarla o simplemente saber que tenemos esa capacidad pero no usarla. Recuerda: “Nadie puede dar aquello que no tiene y nadie debe recibir aquello que no quiere”.

Duele que alguien nos desilusione, es doloroso que nos fallen, pero sobre todo hace mucho daño si viene de personas a las que apreciamos o amamos. A pesar de eso tenemos que entender que “nadie es perfecto”, y todos en algún momento de la vida fallamos, todos tenemos por naturaleza la tendencia a fallarle a algunas personas, incluso a nuestros seres más queridos. Diciendo esto no trato de de excusar nuestra conducta, simplemente soy realista porque aunque queremos ser perfectos siempre fallaremos en el intento, aunque esto no significa dejar de intentarlo. Lo que quiero decir es que todos tenemos las mismas probabilidades de que nos fallen o de fallar a alguien independientemente de quien sea. No podemos permitir a conciencia que las personas nos hieran pero sí necesitamos decirle adiós a los rencores.

Por alguna extraña razón a los seres humanos nos es muy difícil perdonar. Nos gusta que la gente nos perdone por los errores que nosotros cometemos, pero nos es muy, pero muy difícil perdonar a los que los comenten contra nosotros. La mayoría nos rasgamos las vestiduras, apedreamos a los que nos fallan y los tachamos de infieles. Pero ¿es la actitud correcta?, a veces decimos ¿cómo voy a perdonar lo que me hizo si fue demasiado malo y me lastimó mucho? Incluso sentimos que somos víctimas de algo injusto y quizá sea cierto pero no siempre es así a veces es algo que simplemente nos contraría.

A lo mejor es cierto que nos hicieron algo terrible, quizá estemos pasando un mal momento porque la persona que amábamos o queríamos nos falló y eso fue algo que nunca pensamos. Entonces nos sentimos defraudados, rabiosos porque la queríamos y confiábamos en ella, pero aun en medio de todos esos sentimientos encontrados, debemos entender que no perdonarla nos está enfermando, ese rencor u odio anidado en nuestro corazón nos perjudica. Entonces ¿por qué nos negamos a perdonar?, si sabemos que el resentimiento y en ocasiones el orgullo poco a poco carcomen nuestra vida, nuestra felicidad plena y pueden llevarnos al fracaso.

Todos tenemos la capacidad (aunque sea oculta) de perdonar, y debemos usarla para librarnos de sentimientos negativos que en nada nos ayudan por eso aún cuando creamos que no se merece el perdón, debemos analizarlo y pedírselo, esa acción traerá consigo muchos resultados positivos.

Después que dos personas pelean y se ofenden todo comienza a ser pretexto para deshacerse una de la otra sin importar el vínculo que hasta ese momento las haya unido. En ocasiones hasta palabras dichas con amor parecen cargadas de ironía, el ambiente queda tenso, se evita el encontrarse, cualquier cosa sirve como chispa para estallar más de un "barril" de resentimientos, injurias, algarabías... Nadie quiere dar el brazo a torcer, siempre se justifican diciendo: "fue él quien empezó"; "fue ella la que provocó todo eso"; "yo no me voy a rebajar y a pedir perdón"; "no tengo ninguna culpa en lo que pasó". Y el abismo se va volviendo cada vez mayor y la situación se vuelve insoportable.

Es lamentable porque con un pequeño esfuerzo y humildad de ambas partes todo se resolvería con facilidad. Es hasta ridículo todo el tiempo mantener la cara larga y tener que hacer fuerza para demostrar que seguimos heridos cuando realmente ya no es así. Pero existe gente que prefiere vivir así. Lo más interesante en toda esta historia es que siempre la otra persona es “la culpable”. Ay, amigos, ¡el maldito orgullo herido!

El rencor es veneno para el cuerpo y para el espíritu, por eso aunque tus emociones te griten que no perdones, hazlo y verás que después te sentirás diferente. Porque esa nube negra de rencor y de presión se levantará de tu alma. Muchos insisten en que no pueden perdonar y es porque en realidad no quieren.

También analicemos que aparte de perdonar a las personas que nos ofenden, a veces necesitamos perdonarnos nosotros mismos, por acciones que hemos llevado a cabo y no son las más correctas o por palabras dichas y no sentidas pero que han herido a otra persona, por errores que cometemos con nuestros hijos que ya son mayores, o por un matrimonio que se destruyó y ya es demasiado tarde para salvarlo. No podemos malgastar nuestras fuerzas en tenernos lástima, ni vivir lamentando el pasado. Tenemos que convertir los obstáculos de la vida en escalones, y no permitirles ser piedras de tropiezo.

Si no puedes perdonar a una persona, el problema está en ti. Eres tú quien a la larga pagará el costo. Los pensamientos negativos traen enfado, malhumor, frustración, ira, venganza, recreo mental de las situaciones que desencadenaron la enemistad… y a veces esto dura durante años y el sujeto casi siempre es un familiar, un amigo íntimo... Si la ofensa y el daño fueron graves... peor será el protagonismo negativo que tú le darás en tu yo interno, en tus pensamientos durante toda tu vida...

Si perdonas de forma sincera, darás un paso de gigantes en el objetivo de pensar positivamente. Practicar el perdón es de sabios y mientras más grande sea el hecho a perdonar, más satisfacción y tranquilidad sentirás en tu cuerpo y mente. Tenemos que cultivar de manera especial nuestra energía amorosa, ser amable, cordial, gentil, cariñoso, paciente y tolerante con las personas que nos rodean; ser comprensivos con los demás, y ante todo procurar perdonar aquel detalle, aquella actitud, aquel evento que aún afecta nuestra alma y perturba nuestra paz interior. ¡Hay tanto amor que dar y tanto odio por olvidar!

El novelista y humorista inglés, Laurence Sterne dijo: “Solamente aquellos espíritus verdaderamente valerosos saben la manera de perdonar. Un ser vil no perdona nunca porque no está en su naturaleza”. Yo creo que es así, realmente si no perdonas, el rencor te amargará. No digo que es fácil, solo digo que sí es posible.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Sobrepasaste mis expectativas

Cada momento que paso a tu lado me llena de alegría, de vida, sin importar los tropiezos… tu sonrisa y tu amor hacen que mis días sean maravillosos, pero bueno, ¿acaso no lo sabes?, hemos compartido momentos que nos han marcado por siempre, nos han hecho muy felices y quedarán eternamente en nuestra memoria. ¿Sabes…? si siempre me sintiera triste, no podría continuar y si siempre me sintiera feliz, no sería yo. Los sentimientos me desbordan con mucha facilidad… en ocasiones me ahogo y necesito llorar o reír para aliviar mi corazón. Pienso que es de humanos tropezar dos veces con la misma piedra pienso, pero tropezar muy seguido… categóricamente o me hace más humana o definitivamente imbécil.

El amor es un sentimiento sublime, hermoso y complicado… nos puede hacer sentir muy felices o muy desgraciados, podemos vivirlo como adolescentes en cualquier etapa de la vida sin importar la edad, con una intensidad que a veces nos asombra… Cuando te veo me emociono sin poder evitarlo, mi corazón se cuela a través de la piel y no pienso en nada más, sólo en la calidez que me haces sentir. Cuando miro a mí alrededor, a mi vida, nada ha cambiado demasiado, solo el paso del tiempo pero éste no ha podido borrar la ansiedad de mi corazón y cuando te veo deseo irremediablemente estar en tus brazos, nutrirme de ti como una adicta…

Desde que nos conocimos supe que serías diferente, hubo algo en ti que desde el momento que tus ojos se cruzaron con los míos me hizo sentir bien, llena de vida y atrevida; y no me equivoqué porque cuando estoy contigo me embarga una sensación de libertad indescriptible, puedo decir claramente lo que siento, hacer lo que quiero, ser tal como soy... He tenido mucha suerte al haberte encontrado, tú me comprendes como nadie jamás lo había hecho, yo creo que por eso te amé desde el principio, y cada día que pasa te amo más y más…

Me gusta susurrarte palabras al oído mientras mis manos recorren tu ardiente anatomía. Con mis labios acaricio suavemente el lóbulo de tu oreja, lo beso y lo mordisqueo con ternura, te estremeces al roce de mi boca. Mis susurros entrecortan tus suspiros anhelantes, mis palabras se envuelven en el aire caliente de mi aliento como una leve brisa del amor que busca las rendijas de tu alma. Te digo que te amo y suena como un credo irrenunciable, como un dogma de fe encerrado en dos palabras, verdaderas e incompletas, porque… ¡Ay, mi amor!... tendría que inventar palabras que no existen para susurrarte al oído lo que siento por ti.

A veces pienso que decir que te quiero es poco, pero tal vez al decir que te amo me precipito, pero lo que siento es muy grande y hermoso, es algo a lo que quizás el hombre no le ha puesto nombre porque simplemente es indescriptible. No sé cómo me enamoré de ti, no esta en mis planes, ni siquiera me di cuenta, no sé como pasó… simplemente… pasó, tal vez por todas tus muestras de cariño (que han sido muchas y constantes) desde que nos conocimos hasta ahora, siempre has demostrado estar a mi lado sin condición, preocupándote por mi como ni yo misma lo hago. Te necesito a mi lado porque tu presencia renueva mi interior y hace que crezcan mis sentimientos hacia a ti con mucha más fuerza, no tengo la menor duda que tu eres la otra parte que le faltaba a mi vida para ser completamente feliz.

Para sentirme perfumada y caliente solo debes recorrer mi cuerpo, pero si me quieres vencer busca con tu boca mi urgencia y ese ungüento libertino que emana de entre mis muslos, aspira a todo y a nada… una vez lo hagas sabes bien que nada impedirá que te busque como pantera ávida para que me apuñales con toda tu plenitud, en ágil contorsión y oscilaciones acompasadas, deseando que tu sexo palpite adentrado en el mío, renaciendo en espíritu y completamente entregada y vencida... después, nuestros párpados quedarán nublados por la inmóvil suavidad del sueño mientras seguimos abrazados… Nada es tan gratificante como ese cansancio y lo sabes, lo sé, lo sabemos.

Apareciste en mi vida de forma repentina, sin esperarlo, y adivina qué… llenaste y sobrepasaste todas mis expectativas, eres la persona que siempre soñé, perfecto para mí. Pero lo mejor de todo es que eres mucho más que un sueño, eres mi realidad, mi mundo, mi vida, mi todo. A ti que me das vida quisiera poder decirte tantas cosas que mi corazón me cuenta, pero no puedo… no sé como expresar con palabras lo que sólo está al alcance de los corazones más osados, esos que pierden el miedo a darse sin reparos, a entregarse en una locura de amor… Son esos corazones los que ambos hacemos latir en nuestro pecho, el mío que late en ti y el tuyo latiendo en mi.

Podría escribirte todos los significados que le proporcionas a mi vida, y no me alcanzaría el espacio… y quizás ni siquiera encontraría las palabras precisas. El caso es que a tu lado he entendido y aprendido que el amor no es fácil, que se presenta ante nosotros como un verdadero desafío y que exige que seamos valientes por entregarnos a nosotros mismos, por ponernos en las manos de otra persona con una fe ciega. Ahora que comprendo todo esto, puedo decir sin temor a equivocarme… “Te amo”. Desde el primer día sabía que me perdería en tu mundo, viendo tus ojos sabía que eras mi desafío, mi otro yo, mi mitad… todo lo que buscaba en la vida.

viernes, 9 de septiembre de 2011

Ya empezaron las complicaciones…

Ayer, ocho de septiembre, era el día de nuestra santa patrona, la Caridad del Cobre, yo en casa como todos los años le puse flores y una velita. Mi día transcurría tranquilo, llegué a casa temprano, me di un baño, me hice un café y a pesar de estar cansada me senté a escribir algo mientras cocinaba. Como a la hora sonó el teléfono y era Cary (por supuesto la felicité porque era su santo), me dijo que todavía estaba en el trabajo pero que ya había terminado que en unos minutos salía para su casa.

Casi a las seis de la tarde, me llamó de nuevo para decirme que ya había llegado del trabajo y me preguntó si yo no pensaba ir por su casa. Le dije que no sabía que estaba cansada y que la niña no había llegado de la escuela. Al poco rato me volvió a llamar para decirme que había salido un momento a comprar unas cosas pero que ya estaba de vuelta y que me iba a esperar.

Pasados diez minutos llegó mi hija de su escuela y le comenté que era el santo de Cary y que me había llamado para que fuéramos un rato para su casa, pensando que me diría que no (que ilusa soy) porque al entrar a la casa su expresión fue: “estoy muerta, qué día”. De inmediato me dijo: “claro, me doy un baño y nos vamos”, con la misma salió disparada y a mi no me quedó otra que sonreírme, porque como iba a pensar que me diría que no cuando ella es incondicional de Cary, son tal para cual.

Nos vestimos y al salir le dije: “solo vamos a estar un rato, un par de horas cuando más (eran las siete) porque estoy cansada y mañana tengo que trabajar y tu tienes clases”. Con ese convencimiento llegué a casa de mi loca y muy querida amiga.

De inmediato comenzaron los cuentos, las risas, los tragos para los adultos… todo esto sin que ella saliera de la cocina pues no había terminado de cocinar, me quedé con ella para ayudarla y además para chismear lejos de los demás. Un rato después llegó su marido y otro ratico después el mío. Esto empezaba a complicarse, ya eran las nueve de la noche la hora en que supuestamente yo regresaría a casa, todos comieron y continuamos con la celebración (para esas cosas ella se pinta sola), los hombres plantaron la mesa del dominó y comenzó el juego… a mi mente solo llegaron cuatro palabras “tengo que trabajar mañana”.

No me molesté en mirar más el reloj, seguimos entre risas, cuentos, música, tragos y juegos… después (no sé a que hora) cantamos felicidades a nuestra santa y a Cary, picamos el cake y nos servimos dulces y helado… y continuó la pachanga.

Mucho tiempo después muerta de la risa me llamó a la cocina y me dijo “mira”, señalando para el reloj que marcaba ¡LAS DOS DE LA MADRUGADA! No tuve más remedio que comenzar a reírme y le dije “¡no puedo contigo, mañana tengo que trabajar!” a lo que sin inmutarse, riendo todavía, me abrazó y me dijo “eres un disturbio, ¿esto no iba a durar solo un ratico? Yo también tengo que trabajar, además es mi último día, porque recuerda que la semana que viene ya salgo de vacaciones”.

Conclusiones me acosté a las tres y veinte de la mañana, me levanté a las seis y media y aquí estoy en el trabajo, ¡molida! con un sueño de madre, y pensando que hoy tengo que volver a su casa a llevarle las llaves de una amiga en común que las va a ir a buscar, ¿a qué hora me iré hoy? Porque no hay forma de que yo llegue allí y me marche enseguida, lo mismo le pasa a ella en mi casa, siempre es así.

Lo ven, amigos míos, así son las cosas... en las vísperas de sus vacaciones ya empezaron las complicaciones, ¡A PARTIR DEL LUNES YA ESTA DE VACACIONES!, y yo prometo contarles.

martes, 6 de septiembre de 2011

Es importante y necesario demostrar el amor



Existen personas que les da vergüenza demostrar sus sentimientos y mucho más si es en presencia de otros. No lo entiendo, pero ocurre con mucha frecuencia. Es tan significativo decirle a las personas que nos rodean “te quiero” que es una verdadera pena que ante los demás muchos temen hacerlo para que no los cataloguen de tontos o de cursi.

A veces nos resulta difícil demostrar amor porque no sabemos cómo, pero cuando lo sientes de verdad se da solo. Nunca deberíamos dejar de decir a las personas que amamos cuánto nos importan sus cosas, ser cariñosos con ellos, abrazarlos con frecuencia… Es primordial que sienta que es realmente importante para nosotros, no con cosas materiales sino con detalles que le demuestren que está presente en todo momento en nuestra mente, hacerle sentir lo que vale y que lo tomas en cuenta, para eso a veces basta con una llamada, con buscarla, estar pendiente de lo que le pase, respetarla, hay infinidad de maneras que sirven para demostrar que quieres a alguien, el punto esta en que se lo manifiestes y convenzas a la persona con tu manera de actuar de que la amas.

Cuando estás reunido en familia o con amigos, cuando paseas… que no te cueste abrazar a tu pareja, aunque realmente es a los hombres a quien más les cuesta (sobre todo si están frente a sus amigos) porque temen que si abrazan mucho a su mujer o novia quedará en ridículo y no se dan cuenta que eso solo demuestra que estás enamorado y feliz. El amor puede causar muchas buenas impresiones y cosas en nuestra vida.

Muchos piensan que el amor de pareja se demuestra con sexo y eso es un tremendo error, el sexo es un complemento en el amor, es placer. Muchas veces se tienen relaciones sexuales y no es precisamente por amor, sino por deseo, por atracción… A la persona que amas le demuestras lo importante que es en tu vida ayudándola en lo que necesite, estando con ella en los buenos y malos momentos, tratándola con cariño, compartiendo risas y tristezas, preocupándote por ella y queriendo estar el mayor tiempo posible a su lado (sin tener que exagerar porque hay quienes creen que es necesario estar pegados todo el tiempo), haciéndole sentir tu amor con caricias, besos y hasta con la mirada. Si a eso le sumas un sexo placentero, apasionado muchísimo mejor porque llega a complementar todo lo demás.

Parejas que llevan mucho tiempo juntas a veces piensan que ya no necesitan demostrar amor porque es obvio que se quieren ya que comparten sus vidas, esto es erróneo y puede traer consecuencias serias porque con el tiempo el espacio entre ellos se va agrandando de tal forma que se convierte en un abismo infranqueable. Ese abismo entre dos personas que la mayoría de las veces siguen queriéndose las va distanciando poco a poco, cada vez más, separándolas mediante un muro insalvable.

Yo me pregunto ¿de qué vale quererse si no estamos dispuestos a expresarlo de cualquier forma? ¿Hay alguien que se molesta con una manifestación de cariño? Si estamos conscientes de que la falta de demostración de amor se paga cara, ¿por qué dejamos de demostrarlo? Eso sólo nos aleja de quien amamos, creando una distancia que se agranda día a día. Si de verdad amamos a esa persona, ¿cómo podemos negarle nuestro cariño? ¿qué clase de juego queremos mantener con ella? Si amamos, ¿por qué callar? No podemos olvidar que el tiempo pasa y los momentos felices que dejamos de vivir ahora, serán momentos que se escaparán para siempre. No podemos avergonzarnos de nuestros sentimientos, todo lo contrario, tenemos que estar orgullosos de lo que sentimos y de saber decir “te amo”, “te extraño”, “te necesito”, esas son palabras que llenarán nuestro corazón y el de quienes nos aman.

Nunca dejes de demostrar con pequeños detalles tu amor, con un abrazo, un beso, una caricia, una mirada tierna… eso muchas veces dice más que las palabras. No demostrar que amamos a nuestra pareja en ocasiones crea una guerra de voluntades y aunque exista mucho amor siempre se termina cansando del abandono que siente por nuestra parte, se cansa de vernos partir sin voltear la cabeza y decir “te quiero”, se preguntan de qué vale amar con intensidad si no sienten que son correspondidos. La falta de entrega NUNCA hace crecer el amor, todo lo contrario, lo va matando poquito a poco. Las muestras de cariño, los besos y abrazos que des siempre vendrán de vuelta para ti y los que no des ensancharán el camino entre los dos hasta convertirlo en un gran e insalvable abismo. No dejes que el amor se muera.

Por eso demuestra tu amor a cada momento (siempre que seas correspondido), no te canses de hacerlo ni te avergüences, eso hace la vida de pareja más placentera y te sentirás feliz, el amor se hará fuerte y se amarán con pasión, con esa pasión que entre un hombre y una mujer es algo inexplicable, una hermosa sensación incontrolable, un amor que hipnotiza, que entra suave y se convierte en un ciclón, es como un dulce veneno simplemente irresistible.

sábado, 3 de septiembre de 2011

Terminan mis vacaciones

Llegan a su fin estas tormentosas vacaciones, donde no me han faltado los problemas pero a pesar de todo la he pasado bien. Ayer regresé de la `playa con mis hijos y mis amados amigos (mi otra familia), a veces cuando estamos todos juntos me vienen a la mente los tres mosqueteros (nosotros somos ocho cuatro adultos y cuatro jóvenes), porque no importa donde estemos, cuanto dinero tengamos, ni las dificultades que se nos presenten, siempre somos “todos para uno y uno para todos”, eso es muy lindo, reconfortante y da mucha tranquilidad de espíritu.

Donde estemos el ambiente siempre está lleno de cordialidad y mucho cariño, adultos, adolescentes y niños jugamos y nos divertimos a la par, no hay separaciones nos mezclamos adultos con niños en los juegos. Mi hijo de 21 años (el mayor de los cuatro jóvenes) ayer me conmovió cuando me dijo con ternura y mucha admiración: “Mami, tu y Cary son geniales, increíbles y cuando se unen a los niños parecen niñas jugando”.

Cuando llega el momento limpiar, cocinar, botar la basura y hacer las compras para que luego no falte que comer y tomar, no hay presiones, tirantes ni peleas, todos colaboramos, cada uno hace lo que le toca o le mandan sin chistar y con el mejor humor del mundo, lo importante es cumplir con las tareas correspondientes en el menor tiempo posible para todos poder disfrutar del resto del día o de la noche por igual. Eso es tan bonito que nos consideramos privilegiados por tener entre todos una relación así, por haber hecho una familia tan grande y aunque no nos corre a todos la misma sangre, estamos unidos de corazón, tanto grandes como chicos.

Una de las noches (ya era de madrugada) en que la habíamos pasado de maravillas en la playa, de regreso a la casa cuando estaba por acostarme de momento me sentí mal, muy mal en realidad, ya los muchachos todos dormían y (como casi siempre no le dije nada a nadie) salí al portal para tomar el fresco de la madrugada y ver si se me pasaba el terrible malestar que tenía. Mi amiga estaba dando vueltas como siempre hacemos antes de acostarnos verificando que todo esté en orden, cuando me vio allí recostada a una columna, vino hacia mi y no me preguntó, sólo me dijo “te sientes mal verdad”, no le dije cuanto pero le contesté que si porque me conoce tan bien que es inútil negarle cuando me siento mal, mucho menos si estamos frente a frente.

Le pedí que se acostara, que me dejara un rato allí, no me contestó en el momento (se le está pegando de mi) se limitó a acomodar los sillones y me dijo “ven, siéntate aquí, ¿quieres que te busque algo para tomarte? y no se te ocurra decirme otra vez que me vaya a acostar porque aquí me quedaré toda la noche si hace falta”. Yo sabía que ella estaba muy cansada al igual que yo, no habíamos parado en todo el día ni un instante y además nos habíamos ido por la noche también para la playa (es algo que nos gusta hacer) los muchachos juegan en la arena un rato, nosotros conversamos sentados a la orilla del mar y nos damos algún chapuzón, así estamos hasta bien entrada la madrugada que regresamos a la casa, por supuesto ya exhaustos listos para una ducha y dormir. Sin embargo allí se quedó, junto a mí, me trajo un poco de agua, conversamos (más ella que yo) y no me perdió de vista ni un instante hasta que mucho después comencé a sentirme mejor y nos fuimos a dormir. Además de las tantas cosas que nos han ido uniendo con los años, en las buenas y en las malas, que han ido fortaleciendo nuestra amistad, su preocupación por mí siempre me sorprende por eso tiene un lugar especial en mi corazón.

La amistad verdadera es el sentimiento más sincero y puro que conozco, incluso más que el propio amor que muchas veces es egoísta, posesivo, excluyente, frágil. La amistad es como una cajita transparente, donde guardas todos tus pensamientos, ideas, cariño y amor. Hecha de un material fino donde te reflejas, el material en el que están hechos tus sueños, son porciones de tu corazón que intentas que no se rayen nunca. Un amigo es más que una persona, es eso en lo que crees, en lo que confías, en lo que sientes. Eso que encuentras más allá del mundo, que te abraza cuando piensas que no puedes más… y aunque se encuentre sentado a tu lado nunca lo ves como la materia física que es, y sabes ¿por qué? Porque el amigo no es la persona que ves, es la persona que sientes. Por eso tienen razón quienes dicen que un hermano puede no ser un amigo, pero un amigo de verdad será siempre un hermano.

Estos días junto al mar siempre sirven de bálsamo a mi alma, no solo por la compañía sino por lo que significa el mar para mí, por lo que me apasiona, puedo pasar horas sentada a la orilla del mar, en la arena mojada, siguiendo el vaivén de las olas, contemplando la marejada, esas aguas azules que vagan en su ir y venir por la arena calmando la sed de las estériles tierras, esa brisa que acaricia mi rostro, desordena mi pelo, la sal que se cristaliza en mi piel… yo adoro ese mar tan extenso, tan profundo… que me provoca inmensas ansias de reflejarme en sus aguas y dejar que bañe mi cuerpo para satisfacer las necesidades de mi alma inquieta, adoro sentarme en la arena a su lado y contarle mis ilusiones o hacerle un requiebro de amor en medio del acompasado ir y venir de sus olas, y… ¿saben qué…? después siempre me siento como si me hubiera liberado de una carga, mi ser recobra la calma, mi alma se llena de alegría y si tengo algunas penas, éstas simplemente se alejan de mi corazón.

La respuesta a muchas de mis interrogantes me llega sólo con dejar que mi vista se pierda en esa inmensidad… me parece increíble como el mar me cautiva, no importa que esté tierno o furioso, siempre en el verde azul de sus aguas mi voluntad naufraga, mis penas se pierden y solo siento paz. Cuando estoy mucho tiempo sin verlo mi ser entero lo extraña, lo busca, lo necesita y lo llama, porque el rugido de sus olas para mí se convierte en palabras, palabras que muchas veces mi corazón suspira y clama por escucharlas. Ojala que nunca me falte el sentir de las olas en mis venas.

También en la soledad de la playa te tengo conmigo, mi amor, tus besos, tus suspiros, tus caricias ardientes… veo en tus ojos verdad y locura, pasión y delirio… al verte siento mi cuerpo desnudo y el corazón desesperado sin pudor, ambos temblamos con un deseo visible, sin vergüenza ninguna… y de pronto aquí a la orilla del mar solo hay una mujer y un hombre amándose, dejando que el viento lleve nuestro amor mas allá del océano… desnudas tu cuerpo ardiente despacito y con ternura vas recorriendo mis espacios exaltando mi ansiedad, entre susurros te pido que entres y te pierdas en mi, solo la luna nos contempla mientras tu pasión y tus deseos juegan a ser dioses en el lienzo de mi piel. Ámame aunque te duela, con esa pasión sin freno que me enloquece, con ese amor desmedido que me apasiona, ámame hasta lo más profundo de ti… todo entre nosotros es placer y gozo, y ese día todo fue... éxtasis y humedad.

Bueno, el próximo lunes regreso al trabajo y mis adorados hijos a la escuela. Así que este es el fin de las vacaciones, ¡que pena! En ellas he tenido de todo un poco y algunas cosillas no muy buenas, pero no me ha faltado el calor de mi familia, de los amigos, la complicidad de mi gran amiga, mi amado mar y el disfrute del amor. Además (y ahora que lo recuerdo no me queda más que reírme) les conté a inicios de agosto que tenía planeado (como hacemos siempre las mujeres) cuando saliera de vacaciones hacer muchas cosas en la casa, pero que estaba tan cansada que creía que muchas se iban a quedar para después, ¿lo recuerdan?, pues he cumplido con mi palabra, muchísimas cosas las he dejado para después, porque me he dedicado a disfrutar de mis vacaciones con la gente que quiero entre paseos, mucho amor y risas… y he cumplido también mí otra promesa, entre juergas y juergas no he dejado de escribir (creo que es el mes que más lo he hecho desde que se creo el blog), no me he olvidado de ustedes que también son mis amigos aunque en la distancia, pero sentidos.

¡Ah! Por último déjenme decirles un chisme, yo empiezo a trabajar y Cary (que ya saben quien es) SALE DE VACACIONES, díganme ¿me libraré de las complicaciones?