Bienvenidos a este humilde pero sincero espacio. Aquí escribo mis pensamientos, cosas que me preocupan, algunas vivencias, historias que conozco... lo que me dicta el corazón para compartirlo con otras personas, es una manera de saber que no estamos solos en este mundo virtual y poder hacerlo más real y cercano. Me gusta escribir y me siento bien haciéndolo, ojala estás letras lleguen a ustedes como yo quisiera. Siéntanse libres de comentar lo que deseen. Gracias por estar aquí.

miércoles, 24 de septiembre de 2014

El deseo crece



No tienes ni la más remota idea de todo lo que pasa por mi mente cuando el deseo por ti, crece dentro de mí... Y me fascina morir de deseo entre tus brazos... fundirme con tu calor, con tu cuerpo, con tu movimiento, amarte hasta nunca cansarme… cuando miro tus ojos dueños de esa mirada penetrante y llena de deseo animal… Me enloqueces…
Tus dedos impacientes juegan con los botones de mi pecho provocando un estallido de humedad en ese lugar calido y ardiente de mi intimidad. Y cuando desciendes al jardín del deseo buscando con tu boca beber la miel de ese pequeño océano… naufrago en oleadas de placer y gemidos de pasión, muriendo poco a poco, piel a piel, en el eterno abrazo del amor...
Alargo el brazo para abrir mi mano... y te toco. Mis dedos notan como palpitan tus venas y se deslizan despacio por tu piel ansiosa. Tu carne se me presenta ardiente, fogosa; como el calor que abrasa mi cuerpo, y tu regazo acoge a mis labios que te acarician... estás caliente, ansioso y loco por poseerme.
Y el deseo sigue creciendo, ahora tu piel como un abrigo cubre la mía y otra vez tu lengua es el cincel de mi tibio cuerpo y de nuevo llegas al jardín del deseo... Te vas acomodando entre mis muslos hasta que somos uno, siento tu verga llegar al fondo de mi matriz como una estaca. Nuestros cuerpos comienzan a moverse con una violencia pasional que me estremece con cada clavada… y mi cuerpo absorbe tu caliente, desenfrenada y desmedida pasión, siento tu miembro danzar dentro de mis cadenciosas entrañas.
Mis caderas bailan en su fiesta privada con las tuyas y un solo gemido brota de tu garganta y de la mía... el vértigo en mi vagina se expande por mi cuerpo llevando mi mente a las nubes. Y esta vez nuestros gemidos estremecen a la tierra y despiertan el instinto más primitivo de los vecinos...
Los cristales se empañan de vaho, el goce se hace eterno, y las lentas horas no se atreven a entrar para no molestarnos. Cuerpos y sombras combinadas, sábanas arrugadas, y gemidos de dos personas en una oleada, tormenta apasionada. Dos cuerpos empapados, bocas húmedas, labios mordisqueados, gotas de sudor como estrellas, cuerpos y pasiones enredados, y como testigos pared, ventana y sábana.
Tu eres mi vida por lo tanto mi verdugo, la verdadera muerte elegida porque me matas día a día y yo muero obedientemente, mansamente, irresistiblemente en ti pero con gusto... con un placer indefinido porque contradictoriamente matándome me das vida. Eres todo lo que quiero, el mundo desaparece cuando tu me abrazas.
Floto al ritmo de tus vampíricos ojos en llamas... delicioso y loco tormento. La adrenalina disparada... palabras flagelando mis oídos... la humedad de los sexos en batalla martirizados de deseos, de perversión malsana, no hay vencedores, ni vencidos... no hay coherencia, ni un mañana… tampoco cordura... solo un deseo desesperado… es tu piel y mi piel que lentamente se saborean... se devoran... se desangran al ritmo sensual de un blues... en esas horas de sexo amordazando al tiempo.
Amarte una y otra vez es como tocar el cielo sin ningún esfuerzo porque tú eres mío y tu cuerpo mi refugio de amor, de alcance total a lo "delicioso". ¿Delicia Terrenal? Sí, todo tú eres delicioso... Desde tu mirada, hasta el más candente roce. Celestial-Terrenal... Mezcla exacta para definirte; eres mi inspiración; disfrutamos el momento no esperando un mañana que, tal vez, no llegará.
Estas ganas de ti me azotan implacablemente, jamás me abandonan… pero no le pondré mortaja a mis fantasías tampoco impediré que tus ocultas perversiones manchen mi piel, no dejaré de provocarte peligrosamente coqueteando con una reacción desmedida. Tal vez algún día llegues a entenderme o quizás sería mejor que no.
Así es mi deseo por ti. Siempre respiran depravados sobre tu piel los poros de mis dedos que te tocan y desean… Imposible es ahora detenerme. Trata tú si puedes.

lunes, 22 de septiembre de 2014

La amistad SI existe



Los amigos que tienes y cuya amistad ya has puesto a prueba,
engánchalos a tu alma con ganchos de acero.
William Shakespeare.

Hoy volveré a hablar de la amistad. Una palabra mágica, cargada de sentimiento. Puedo decir sin temor a equivocarme que la amistad es el tesoro más preciado que el ser humano puede tener. Sin embargo, en varias ocasiones he escuchado decir a determinadas personas: “La Amistad no existe”. Eso es tan falso como decir que la “Luna es de queso”.
La amistad tiene una importancia relevante en la vida de un ser humano. No obstante, hoy en día es muy común ver como muchos la ignoran, considerándola como un sentimiento encargado solamente de llenar los ratos libres de la vida. En este mundo convulso cada día son menos los que admiran la verdadera Amistad y por tanto cada vez son menos los que la experimentan. Las maldades y mediocridades humanas han aumentado tanto que muchos han llegado a creer que la amistad no existe.
Pero en este mundo de cosas caras, personas baratas, valores en rebajas y sentimientos en liquidación, puedo afirmar que la amistad SI existe (aunque escasee), todavía existimos muchas personas que apostamos por ella. Señores, quien sea incapaz de sentir amistad, tiene más de bestia que de hombre.
La fuerza de la amistad es uno de los mayores motores que mueven al conjunto de la humanidad, por que nos ayuda a sentirnos llenos de vida, más alegres y seguros, para actuar bien, como buenas personas, lo cual nos permite tener confianza en nosotros mismo y avanzar, hacia un futuro mejor, que es la meta de todas las personas. El amor sabe compadecer pero la amistad sabe curar. Esto no quiere decir que hay que tener muchos amigos, sino verdaderos amigos. Como decía Aristóteles: “Quien se dice amigo de todos, no es amigo de nadie”. Y es cierto.
Lo que sucede es que la palabra ‘amigo’ la hemos desgastado enormemente. Se le usa de manera indistinta para referirse a un conocido, a un compañero, a un vecino, a un colega… ¡ah!, y también para un verdadero amigo. Creo que aquí empieza el verdadero problema. El apelativo de “amigo” se confunde con otras muchas designaciones de rol social que en definitiva no son amigos.
Un amigo es un alma pura, es muchas cosas para nosotros, pues es confesor, cómplice, a veces padre y madre, pero siempre nuestro mejor apoyo en todo momento. Ellos nos dan su amor fraternal como si fuera oro. Su amistad es nuestra alegría, sin ellos no seríamos iguales. Uno de los grandes placeres de nuestra vida es poder reír las risas de nuestros amigos, pues quiere decir que nosotros estamos compartiendo sus mejores momentos, los más lindos, los más tiernos.
Interesarse genuinamente por la vida de otra persona y actuar congruentemente a ese interés es lo que hace nacer una Amistad. Los amigos son nuestra mejor baza para ser los mejores sin dejar atrás la esencia de nuestro ser. Son la familia que uno ha tiene la oportunidad de elegir. Son personas muy especiales que la vida nos pone en el camino en momentos que muchas veces parecieran ir más allá de las coincidencia (como puestos a propósito) nosotros mismos nos encargamos de acercarnos, desarrollar las relaciones, elegir a esas personas con quienes queremos compartir nuestra vida y en quienes depositamos nuestra confianza así como el compartir de sueños, anhelos, tristeza y frustraciones.
La familia o “la sangre” que tenemos es una sola, la que nos ha tocado, con sus ventajas y desventajas, y esa nunca se pierde. Hay casos en donde la familia abusa, maltrata y/o desmerita y creen que lo tienes que soportar porque son familia. ¡Qué equivocados están! Pero los amigos. ¡Ah! los amigos… son la familia escogida. Las personas que decidimos que nos acompañarán en la travesía de la vida. Una amiga, una verdadera amiga, no te deja de hablar porque no pudiste llegar a tiempo a su fiesta de cumpleaños, o a su acto de graduación o porque no te cayó bien su novio. No hay el “tienes que…”. Todo sale de nuestro corazón, no hay obligaciones. Esa es la parte más hermosa de la amistad.
Una amiga que te quiere de verdad hace cosas por ti que te parecen increíbles, no piensa de manera egoísta, sino que sus palabras son sinceras, de corazón, son aquellas que nos hacen llorar de alegría y también nos reconfortan en los malos momentos porque están llenas de verdadero cariño.
Sin embargo debemos entender que la Amistad no cumple con la ley de la Inercia... la Amistad, ese afecto, disminuye cuando no lo cuidamos, lo estimulamos, cuando no lo movemos… entonces va en detrimento. Porque no existe reconocimiento ni amor ni amistad a plazo fijo. Las cosas sólo adquieren dignidad cuando tienen la intensión de durar, cuando proyectan vencer los desafíos del tiempo. Por eso, también el encuentro amistoso está señalado por el deseo de durar y conlleva, en potencia, la necesidad del reencuentro por ambas partes, por “ambos” amigos. Por esto y más, estoy convencida que una amistad noble es una obra maestra hecha a dúo.
Como dijo Jeremy Taylor, escritor y eclesiástico inglés: “Al decir ‘amistad’ se intenta expresar el mayor amor, el desinterés más extremo, la comunicación más abierta, los sufrimientos más nobles, la verdad más seria, el consejo más sincero y la mayor unión de pareceres de la que son capaces los hombres y las mujeres valientes”.
La amistad, ese nudo sagrado que une tan estrechamente dos corazones es el convenio recíproco de dos que se hallan bien dispuestos a quererse, supliéndose el uno al otro los defectos y procurando corregirse con las advertencias que mutuamente se hacen. La amistad es como el alma de dos cuerpos. La fuerza que une una verdadera amistad es comparable a la fuerza con la que está unida la hiedra a la pared.
Yo tengo la suerte de experimentar la verdadera amistad, y eso es una auténtica fortuna. Con esta confesión no quiero decir que tenga muchos amigos, de hecho tengo muy pocos, poquísimos. Todos sabemos que los amigos de verdad pueden contarse con los dedos de una mano. Eso es algo que todos hemos podido comprobar en los momentos difíciles. Lo que les puedo asegurar es que no son muchos, pero sí incondicionales. Personas que están ahí para lo que necesite. Un amigo fiel es un refugio seguro; el que lo halla ha encontrado un tesoro.
Los amigos son más familia que la familia. Es la persona a quien llamas cuando estás metida en un gran problema y no puedes recurrir a tus padres, o la que se toma unas copas contigo porque te rompieron el corazón, aunque ella esté en el mejor momento de su relación de pareja. Es la que odia cuando tú odias. La que ama cuando tú amas. Pero también la que te reprende o a la que tú reprendes. Y no me limito solo a las amigas. Tengo la fortuna de tener amigos tan cercanos como mis hermanos. Amigos protectores, divertidos y a veces a los que tengo que reprender también. Soy bastante afortunada.
Mis grandes amigos de hoy los conocí en situaciones inesperadas, simples, fugaces, pero eso no impidió que entraran a ser parte de mi vida. Sé que ellos creen en mí, sé que siempre serán mi apoyo, mi familia elegida, mi amor fraternal, quienes me hacen fuerte, me dan el coraje que necesito, me dan alegrías y me acompañan en la tristeza. Con ellos soy verdaderamente yo. Son mis hermanos por elección. Caminamos de la mano por esta senda, llena de rosas y espinas, que se llama vida.
¡Divina Amistad tú eres el triunfo de los hombres!

jueves, 18 de septiembre de 2014

La sinceridad… decir lo que piensas



Un tigre no pierde el sueño por la opinión de las ovejas
Refrán asiático


Hoy se produjo una conversación que hizo que me pusiera a pensar en los costos que tiene la sinceridad, el decir la verdad, plantear lo que piensas, lo que crees o lo que te parece, es común, que esa locuacidad se transforme en un problema posterior. Ya que tu sinceridad puede ser, en ocasiones, tu peor aliado. Existen dos causas que causan todas las confusiones: no decir lo que pensamos y no hacer lo que decimos. Y la ventaja de decir la verdad, es que no tienes que preocuparte más tarde por recordar qué dijiste.
La honestidad es un regalo muy caro que no podemos esperar de gente barata. Decir la verdad muchas veces sirve para que te tachen, te critiquen, te marginen… algunos son capaces de incinerarte en público si es necesario, crucificarte aunque tengas la razón, y para los que no saben, tú serás el culpable. Creo que debería existir un banco para que los hipócritas ahorren sus comentarios.
Pero también decir la verdad te permite saber con quienes cuentas y en quienes puedes confiar. Es probable que no sean muchos, pero es preferible eso a vivir rodeado de hipocresía. La sinceridad le duele a quienes viven en un mundo lleno de mentiras.
Hay personas que opinan que ser sincero aunque duela esta bien y otras que es una indiscreción o falta de tacto, incluso llegan a acusarte de mal educado. Yo creo que solo debemos callar nuestra verdad en casos en los que nuestra sinceridad puede ocasionar un grave problema que vaya más allá de la intención con la que se habla. En lo particular a veces yo le doy varias vueltas a lo que quiero decir cuando se trata de algo que puede hacer daño a quien escucha y más si es alguien a quien yo quiero. Y creo que eso esta bien, que es lo correcto, para procurar no dañar moralmente a nadie.
Yo soy una persona demasiado sincera y con pocas habilidades diplomáticas, y sin disfrazar las cosas doy mi opinión más auténtica y verdadera… y esa sinceridad no le gusta a mucha gente y hace que caigas mal, que algunos ni siquiera te soporten. Pero… ¡prefiero caer mal por sincera que caer bien por hipócrita! Para mi asombro, a pesar de eso y quizás por eso precisamente es que transmito tanta seguridad y confianza en quienes me llegan a conocer realmente.
Mis amigos y algunos de mis familiares saben que se puede contar conmigo de la mejor manera, porque cuando quiero a alguien lo quiero de verdad. Puedo ser muy divertida y me gusta gozar de la compañía de todos ellos. Pero también están conscientes de que hay momentos en los que llego a ser irritante y muy hiriente. A veces por malos entendidos, por la necedad de querer mantener las cosas que ya son insostenibles, por malas actitudes de los otros... y porque tiendo siempre a decir lo que pienso.
Y lo cierto es que muchas veces la espontaneidad en el lenguaje cuesta caro. Cuando se responde rápidamente o se habla sin pensar sale a flote lo que realmente pensamos tanto para bien como para mal. Por eso dicen que se debe pensar tres veces antes de hablar pero sinceramente creo que si hacemos eso corremos el riesgo de disfrazar lo que queremos decir y terminar no siendo sinceros.
Como dijo John Lennon: “Ser honesto puede que no te dé muchos amigos, pero te dará los amigos adecuados”. Por eso yo seguiré siendo igual porque no podemos caerle bien a todo el mundo. Siempre habrá gente que le caes mal o hasta te odie por decir lo que piensas (sobre todo si no le conviene) de forma clara y directa, aunque seas una persona maravillosa o seas el mayor ejemplo de espíritu humanitario del mundo. Lo mejor en estos casos es pasar olímpicamente y seguir con tu vida. ¿No le caes bien a alguien? Bueno, hay otras 100 personas a las cuales les caes genial, céntrate en esas. Grandes son aquellos que a pesar de ser juzgados por ser quienes son, no cambian para complacer a nadie.
Cuando seas inmune a las opiniones y actos de los demás, dejarás de ser victima de un sufrimiento innecesario. Nunca serás feliz si siempre te preocupa lo que los demás piensen de ti. Las únicas personas que necesitas en tu vida, son aquellas que te demuestren que te necesitan en la suya. Si cambias para que te acepten, te arriesgas a no aceptarte tú. Mientras tú sepas quien eres, no tienes nada que demostrar. No me importa lo que la gente piense de mí, yo no me califico por la opinión de los demás, yo sé bien quien soy, y sobre todo lo que valgo.
Prefiero parecer antisocial antes que estar rodeado de hipócritas que no aporten nada positivo a mi vida. Porque en verdad señores a veces uno conoce cada gente, que te obligan a preguntarte: ¿De verdad ese fue el espermatozoide más rápido?
Amigos, tengan algo por seguro, lo bueno de ser sinceros y decir las cosas a la cara es que disminuyen las sonrisas fingidas y los saludos hipócritas.

viernes, 12 de septiembre de 2014

El amor: La disculpa de mamá



Si una madre publicara los silencios que ha guardado, se volverían santos los hijos al escucharlos.
Alicia Beatriz Angélica Araujo

Una madre ama siempre y lo único que pide a cambio es amor. Una madre no se pregunta el tiempo que va a estar con sus hijos, si será mucho o poco, simplemente valora cada momento que pasa con ellos y lo guarda en su memoria por siempre.
Todos estos días he estado pensando y meditando sobre la alegría en nuestras vidas. Todo el mundo e inclusive yo misma, manifiesto en que debemos ser positivos y alegres. Pero en nuestros hijos muchas veces vemos un halo de tristeza por lo que no son o tienen (materialmente hablando). Y ese halo de tristeza nos duele.
La vida de una madre esta llena de amor pero también de dolor… dolor, al saber desde el mismo instante en que los carga en sus brazos, que algún día se irán y la dejarán porque tienen que hacer su vida y que en el trayecto sufrirán. Y una madre sufre cuando ve a sus hijos tropezar por la vida y no puede hacer nada, pues sus hijos son “mayores y saben lo que hacen”.
Todos saben que tengo dos hijos (18 y 24 años) y a veces me preocupo cuando los veo callados o malhumorados y me pregunto ¿Dios como puedo ayudarlo? ¿Que pasará por su mente que no me dice? ¿Como puedo ver un poco de alegría en su rostro?
La mayoría de las mujeres que tenemos la fortuna de ser madres solemos desear siempre para la familia lo mejor: que sea feliz, que siempre esté unida, que tenga salud, educación… En pocas palabras, podemos decir que una madre se realiza a través de su familia.
Cuando los hijos asumen alguna actitud ausente de alegría, sin duda nosotros los padres, sobre todo las madres nos sentimos mal y llegamos a dudar hasta desde nuestra forma de actuar. Cuando pasan estas cosas ¿porque tenemos que sentir todo el tiempo que lo estamos haciendo mal? Ojala de verdad existiera un manual para criar a los hijos, para en esos momentos en que nos sentimos tan inútiles y aportando tan poco a esa alegría, tomarlo y que nos sirva de guía.
Dicen que cada niño y adolescente es una caja de pandora. Como todo ser humano. Sin embargo, el dolor de una madre es mayor cuando sus hijos rechazan su ayuda, cuando la rechazan a ella después de haberlos cuidado tantos años… desprecian sus opiniones, no le hacen caso. A veces pienso ¿pero no pasamos nosotros por lo mismo cuando teníamos su edad?, pero no siempre es el caso. ¿O será que no quiero en el fondo que ellos tomen las mismas malas decisiones que a veces llegué a tomar? No lo sé, entonces trato de ponerme en su lugar y ¡PUM! explota en mi cara, esa personalidad. Mi personalidad. Bueno, bien dicen que los hijos son nuestro reflejo. Y nosotros nos repetimos una y otra vez: "No quiero que mis hijos pasen por lo que yo pasé", pero a veces poco a poco los llevamos a sentirse como nosotros. Es difícil, realmente difícil.
Ser madre puede llegar a ser un dolor de cabeza, aunque un dolor que vale la pena, cuando ves la recompensa. Lo sé por experiencia propia, porque a pesar de muchas cosas que no comparto vivo orgullosa de mis hijos y no me importa todo lo que he luchado para llegar hasta aquí, ni me importan los inconvenientes ni obstáculos que he tenido que pasar. Reconozco que ser madre no es nada fácil pero al mismo tiempo es maravilloso. Cuando van creciendo, con ellos también crecen los problemas, preocupaciones y dificultades, pero siempre tenemos que seguir ahí, por difícil que parezca... Mis hijos son diferentes en muchas cosas, en el carácter, en sus gustos, en su forma de pensar… pero para ser sincera les diré que yo amo sus diferencias, ambos son especiales.
El varón es cariñoso, conversa mucho conmigo (bueno, ya no tanto, pero aún lo hace), es un joven inteligente y lleno de vida, cada día me sorprende más con su madurez y personalidad, es serio, juicioso, sosegado… la hembra es un amor, habla menos que él, es más reservada, es una chiquilla que se roba el corazón de todo el que la conoce, es un cascabel, siempre bailando, cantando, sonriendo, muy pícara y dulce, es alegre, vivaracha, un poco alocada (en el mejor sentido de la palabra), ingeniosa... pero hoy por hoy hay cosas en cada uno que me preocupan de manera diferente.
A veces pienso que cuando yo tenía su edad era casi igual en muchas cosas. ¿Será genético? Pero no, no es la genética (que aunque muchas veces influye), es el medio que nos rodea que lamentablemente no ha cambiado, aunque ellos y nosotros en ocasiones pensamos que si. Ha cambiado en la libertad que hoy tienen los jóvenes y el modo de vida pero los seres humanos somos exactamente igual hoy que hace 25 o 30 años atrás. Sigue habiendo jóvenes sectarios, insensibles, buenos y malos. Es exactamente igual. Pero ¿cómo explicarles y que de verdad lo entiendan que esa juventud no es tan diferente, en ese sentido, a la que nosotros vivimos? Cuando intentas explicarles lo que va a pasar referente a una situación específica, ellos siempre contestan: "mamá no es lo mismo". ¿Y cómo lo convences de que sí? Que a pesar de la diferencia de época hay cosas que nunca cambian.
Soy una madre que de verdad quiero cumplir cuando digo la trillada frase de “no quiero que pases por lo mismo que yo” o “no quiero que pase nada que te lastime más”. Muchas veces nos sentimos tan sensibles y vulnerables que toda esa experiencia que tenemos, no sabemos utilizarla y cometemos el mismo error que hace 25 años cometieron nuestros padres.
Con respecto a mis padres yo me siento diferente, un poco más moderna, más contemporánea como dicen, abierta de mente, pero que va... siempre existe esa barrera que ni ayer, ni hoy, ni mañana podremos cruzar. Y sinceramente estoy algo cansada de tratar de complacerlos y sentir que no lo logro. De todas maneras creo que ante cualquier diferencia de criterio o forma de ver la vida desde puntos diferentes, debemos ante todo intentar el diálogo desde el amor y la comprensión y establecer una conversación rica y productiva que nos aúne en lugar de separarnos.
Las palabras encierran mucho más de lo que imaginamos. No es sólo comunicación. Las palabras bien avenidas crean sueños, ilusiones, pasiones, pero cuando no son adecuadas… Muchas peleas se deben a malentendidos comunicativos. Decir estupideces sin saber las consecuencias crea enfrentamientos evitables, pero la soberbia de algunos está por encima de su propia inteligencia. Lo malo de todo esto es que la falsa ilusión de creerse con la verdad absoluta en sus manos hace que esas personas terminen lastimando y lastimándose ellos mismos. En determinadas circunstancias, las palabras sólo consiguen incomunicar. Y después las recordamos como se recuerda el sabor amargo del aloe muchos días después de haberlo probado. La boca jamás logrará ser tan rápida como el alma y por eso que no todo lo que se cruza por la mente puede convertirse en palabras, ni lo merece...
El dolor de una madre a los ojos de los demás, es invisible, ella lo oculta bien aunque en mi caso no siempre puedo, pero al menos me lo callo. El dolor de una madre es grande, pero a pesar de todo, nunca será más grande que el amor que siempre le tendrá a sus hijos.
A pesar de algunas discrepancias. Mis hijos son mi sol, mi risa, mis ganas de despertar cada día… son lo mejor que la vida me ha dado. Definitivamente Dios me bendijo con los dos ángeles más hermosos que El ha creado y me los dio a mi para que me acompañen y me enseñen a ser madre. Solo puedo terminar diciendo que voy a seguir tratando de entenderlos y darle alegrías, así me lleve la vida en ello. A mis hijos les pido que me perdonen por tal vez no ser esa mamá que ellos desean. Trato de hacer lo mejor que puedo y con las herramientas que tengo. Pueden tener la certeza de que los amo por sobre todas las cosas.

jueves, 11 de septiembre de 2014

¡Mujeres! lo importante es si el cuerpo siente



En antiguas culturas, como la egipcia, la mujer era considerada como una diosa. Se hacían rituales para honrar el poder reproductor de la mujer, ya que a través del acto sexual, se decía, el hombre era purificado y llevado a planos espirituales más elevados. Llamémosle evolución, destino, o incluso ego, pero la feminidad de pronto fue subvalorada a niveles más bajos en el organigrama social, pasando de ser diosas a ser el sexo débil. No se trata de ser feministas y declararles la guerra a los hombres. Se trata de recordar que la esencia misma de la mujer, desde su concepción, tiene un plan divino.
Todos los seres humanos fuimos concebidos por una mujer. Esa mujer que soportó desvelos, malestares físicos y altibajos emocionales; que nos brindó una guarida hasta que estuvimos preparados para entrar en este mundo. Ese cuerpo de una mujer, el portal sagrado capaz de maravillarnos con el milagro de regalar vida. Y es que ser mujer va más allá de un busto bien formado, una cintura de Barbie y un par de piernas torneadas; el modelo que el consumismo se ha encargado de propagar.
Las falsedades que los medios de comunicación por años han predicado sobre la belleza y la feminidad, han llevado a muchas mujeres (incluso jóvenes) a estar dispuestas a todo por ser cien por ciento bellas y femeninas, según el estereotipo de los medios de comunicación. Para muchas, el estándar de belleza se enfoca en atributos físicos, dando mayor importancia a ello y dejando de lado lo que son como mujeres, restando valor a su felicidad, amabilidad, seguridad y dignidad.
Muchas se hacen innumerables cirugías cosméticas y plásticas, desde implantes de pelo hasta alambres en la cara para no arrugarse. No hay forma alguna que se sientan que están completas. Y es que la belleza es uno de los factores que más se mide por estas épocas, máxime si se tiene en cuenta que los medios proyectan, en cada momento, el prototipo de mujer actual, intrépida, desafiante y ganadora que al parecer el mundo exige, con un alto grado de estética, sensualidad y frescura, cualidades estas a las que todas las mujeres quisieran acceder, si la divina providencia no tuvo a bien brindárselas por naturaleza.
Cuerpos perfectos, vidas perfectas, trabajos perfectos, familias perfectas y todo al mismo tiempo. Sin margen de error, sin opciones, a cualquier precio; de lo contrario, falta algo. ¿Quién logra sobrevivir a tantas exigencias? ¿Cómo se logra semejante perfección? No es posible obtenerla, no existe. Nos hemos entretenido tanto con la envoltura física en la que venimos los humanos que hemos perdido de perspectiva lo que es importante, lo esencial, lo trascendental. ¿Quiénes somos? ¿Dónde radica la verdadera belleza?
Ser mujer es sinónimo de muchas cualidades innatas, esto nos hace adquirir experiencia y ser exitosas. Mujer símbolo de madurez precisada, de ternura desmedida, de responsabilidad ilimitada, de sentimientos incalculables, de bondad excepcional, y de corazón amplio. Seres humanos de carácter fuerte pero dulces, con un alto sentido de responsabilidad pero con una enorme ternura, con múltiples facetas que cumplir en la vida, pero sin perder el horizonte de la integración y la unión con la familia y amigos. Mujer que lucha, llora, ríe y se sacrifica, pero pensando siempre en sus seres más queridos.

Ser mujer es amor. Es callar todas las voces interiores con tan sólo rodear con nuestros brazos. Es proteger a los que queremos con la feracidad de una leona y la sensibilidad de un cisne. Es sonreír para brindar tranquilidad, aunque por dentro lloremos. Es sacrificio que no tiene precio. Es entrega total en cada "Te amo". Es depilarnos las cejas, hacernos manicure y despuntarnos el fleco para sabernos más bonitas, aunque nadie lo note. Es libertad e independencia. Es tener el poder sobrenatural para despertar temprano, hacer desayuno a la familia, cumplir con una jornada laboral de 8 horas y salir con la suficiente energía para llegar a jugar con los hijos. Es tener la habilidad de ser multi-tarea y cumplirlas todas a la perfección.
La autoestima, en especial de muchas mujeres, ha sido tan negativamente impactada por esta falsa construcción de la realidad que se pueden ver hermosas por fuera y por dentro sentirse igual de vacías, de insuficientes y de incompletas. MUJERES, nuestro valor no depende de lo que establezca un reducido número de personas que desean mercadear su producto; nuestro valor se basa en que somos un ser único dotado de habilidades y destrezas.
Esos que proclaman la perfección y quienes la persiguen con tanto afán, ninguno sabe lo que quiere, ninguno encuentra la felicidad. Sociedades perfectas, reclamando personas perfectas, en buscas de perfecciones inexistentes. Sueños inalcanzables que inundan las noches de gritos de auxilios inaudibles, todos ellos piden ayuda, se ahogan en su propia perfección, se ahogan entre ellos, convirtiendo todo en un caos, donde sólo los más atrevidos se atreven a mostrar su verdaderos sentimientos. Y en busca de banales sentimientos apenas se dejan tiempo para vivir, sino para destrozarse aún más, para acoplarse al ritmo que les marcan, para ser una parte más de un todo que no es nada.
Somos mucho más que la belleza y mucho más que un cuerpo con una llamarada de gozo entre los flancos. En nuestras manos guardamos bendiciones, hay paz en nuestras palabras y estamos hechas de aromas y ternura. Así que rompan ya sus espejos, renuncien a ser fetiche y al metro con que miden su figura. En los cuerpos no hay ningún "tiene que ser". Lo importante no es el tamaño, la forma o los años. Lo importante es si el cuerpo siente, si tiene una buena conexión con el placer, con el corazón, con el alma, con lo salvaje. ¿Es feliz y está alegre? ¿Puede moverse a su manera, bailar, menearse, oscilar, empujar? Es lo único que importa.
Amigas, cuantas veces no queremos ni siquiera mirarnos en nuestro espejo… Porque pensamos que lo vamos a ver una mujer que no nos gustará… somos poco decididas, cobardes a los problemas que nuestro diario vivir nos impone. No tengamos miedo, adelante ¿que tenemos una arruga más? ¡Qué más da! Si sólo la piel se arruga. Lo que te hace bella a ti como mujer son tus valores, la bondad de tus palabras con quienes te rodea, lo bella está tu interior. Son cosas que igual no lo puedes ver, pero otros sí se dan cuenta.
Ser mujer es guiar nuestra vida no con la vista, sino con el corazón. La razón necesita muchas evidencias para arriesgarse, el corazón necesita sólo un rayo de esperanza. Las cosas más bellas y grandes que la vida nos regala no se pueden ver, ni siquiera palpar, sólo se pueden acariciar con el espíritu.
Mujer, cultiva en ti lo que es duradero, lo cual te aseguro nada tiene que ver con lo físico. Claro, tampoco es que descuides la envoltura en la cual vienes, pero mantén en justo balance tu vida. Y sobre todas las cosas, alégrate en ser perfectamente imperfecta y vive al máximo tu vida. Todos lo días al levantarte mírate al espejo y di: “Soy una mujer preciosa, no por mi cuerpo, ni por mis bellos zapatos, ni por cómo me visto. Lo soy porque aprendí de mis errores y soy feliz porque soy una mujer que se ama, se valora y no se deja manipular”.
El hombre está llamado a ser el más elevado de los seres vivientes pero las mujeres fuimos concebidas como la más sublime de las creaciones del Universo. Ser mujer es amor, belleza, sensibilidad y fortaleza, gobernados por un gran corazón.
MUJERES: En nosotras se hallan, ocultas y representadas, las cosas más bellas de la existencia.

miércoles, 10 de septiembre de 2014

Contigo todo lugar es un paraíso



Que maravilloso es caer en los brazos de una pasión que hace vibrar hasta el último poro de nuestra piel, electriza nuestro cuerpo, nos relaja, nos hace felices. Esa pasión que en su momento álgido nos hace sentir de cerca el ruido atronador de la tormenta, el volcán en erupción y el suelo temblar. Nos hace volar, escapar los sentidos y nos lleva a otros lugares irreales a través de nuestros sentidos a flor de piel. Nos hace suspirar, y nos deja nuevos. La vida no sería igual sin el amor... sin pasión…
Abrázame fuerte, que me gusta sentir lo que es la pasión en tus brazos y la felicidad de tus labios, mírame profundo, con esa mirada que me enamora y como siempre con una caricia te entrego mi vida.
Me fascina amarte, tal vez porque siento que el tiempo en tu piel se detiene y esa magia de sentirte lo transforma todo, o quizás, porque el sueño de tenerte no tiene final sino un principio apasionadamente reiterativo, que me conduce siempre a volver a comenzar… Tu aliento confundido con el mío, gemidos enredados en el silencio… y al sentirte... me pierdo.
Me llenas con tu cuerpo, con tus dulces besos de miel que dejas sobre mi piel llenándome de huellas… Amor dulce que me hipnotiza, que me enamora, quiero seguir llenándome de ti, quiero amarte y perder el sentido del tiempo dejándome llevar. Mi cuerpo y alma se funden contigo conformando este mágico destino. Quemándonos en tierno y prolongado abrazo… ardiendo recorremos nuestros cuerpos.
Corazón pagano de espíritu seductor, me induces el amor profano llenando mis sentidos con tu boca sorbiendo fuerte, alimentando mi libido. Tú tienes la delicia que encierra mi corazón, la dulzura de amar con pasión, la dicha de ser deseado de la misma forma... Te amo porque cuando pienso en ti la magia del deseo roza cada poro de mi cuerpo reclamando tú presencia. Te amo porque estás, porque no estas, porque tu nombre es magia, porque estando contigo todo lugar es un paraíso.
Amor mío sigue escribiendo sobre mí, tu pluma incansable me llena de versos. La tinta, tu humedad, de esa lengua ardiente que deseo en mis profundidades sentir… sigue internando tu ser muy adentro de mí y seguiré sintiendo lluvia ardiente en mis océanos de placer. Soy ese fuego que sientes, que no cesa, que te abraza y te hace estremecer... Rompiendo tus esquemas, erizando tu piel... Soy lo débil y lo fuerte de ti. Y yo… estoy deshecha por tu pasión.
Amor, guárdame el secreto, que nadie sepa lo débil que es mi piel cuando estás cerca. Shhhh… no digas a nadie cómo tiemblo, cómo me derrito al escucharte… no digas, cómo se cierran mis ojos si me tocas, cómo pierdo la noción del tiempo entre tus brazos y no importa el lugar, ni el momento, ni si es error o es acierto. No reveles a nadie cómo se abren mis brazos a los tuyos, cómo mi cuerpo se entrega sin resistencia, sin esfuerzo, sin pudor ni decencia…
Eres el huracán deseado y sin condiciones me has amado. Mar bravío de caricias raudas e inmorales que lucha por encontrar mi desnudez, oleaje de fuego y pasión que me sacude con sólo rozarme… tu cuerpo y mi cuerpo… sublime comunión de los mortales ésta que nos une hoy en un mismo suspiro, en una misma piel, en un mismo latido.
Hay amores que te abrigan el alma, que te dejan una huella imborrable. Amores que marcan una historia, que se graban a fuego como el amor que nos une. Somos dos, con un mismo cuerpo, un mismo deseo, un mismo sentimiento. Te conocí... y llenaste mi vida de luz. Desde el primer día sabía que me perdería en tu mundo, viendo tus ojos sabía que eras mi mitad… lo que buscaba en la vida. Llegaste a mi vida y encontré el paraíso, aquel donde nunca se oculta el sol y la brisa siempre tiene tu olor. Sabía desde aquel día que tu magia lo iluminaria todo.
Me detienes la respiración... eres mi vida… no hay nada mejor que ser tuya. Por ahora y por siempre, sin excusas, sin dudas, sin sospechas ni reclamos... te regalaré caricias, besos y tal vez nos perdamos en el tiempo, en ese tiempo que nos envuelve y que nos lleva más allá de la imaginación, para seguir perdida en tus manos...
Te amo. Como no amarte si me das todo este amor increíble, a veces absurdo, a veces loco pero inmensamente fuerte que es capaz de quitarme la vida, llevarme al cielo y regresarme la vida al mismo tiempo. No hay destino más perfecto que el que fue escrito para encontrarnos y amarnos de esta forma que será leyenda.
Tú y yo la pareja perfecta. Una mañana sin ti es como un barco a la deriva. Me entregaste tu corazón y yo te entrego mi alma. Siempre me dejaré llevar por tus locuras, por nuestra pasión, por nuestros más puros deseos de amor.

lunes, 8 de septiembre de 2014

Seamos felices



La paz es algo que no se puede comprar, medir, obtener… Es algo que nace desde dentro, que te sorprende cuando menos te lo imaginas y que anhelamos frecuentemente. Es algo que va mas allá de un sentimiento; es una forma y un estado de ser, de estar y de vincularte contigo y con el mundo que te rodea. La paz es una energía que brota desde tu interior, nace ahí, y la compartes con el exterior. Tú puedes sentir cuando alguien está en paz, pues la paz se transmite y se puede contagiar al igual que otros sentimientos. Es tan maravilloso sentirse en paz.
Sin embargo, la mente humana pareciera que está entrenada a ver el punto negro de la hoja blanca, el vaso medio vacío, el trauma de la infancia más que los miles de momentos de felicidad, los defectos más que las cualidades, las discusiones más que las risas, el dolor en tu cuerpo más que sus sensaciones agradables, la carencia más que la abundancia… en fin, tenemos una tendencia como ser humanos hacia el negativismo y la preocupación.
La alegría a veces parece irse, y lo malo es que cuando se va, nos hace creer que difícilmente regresará, y en ocasiones no sabemos cómo recuperarla. Es común que quienes sienten ansiedad, pierdan la alegría, y es lógico, ¿cómo te puedes sentir feliz si no sabes ni por dónde recuperarte a ti y a tu vida?
Cuando nos sucede algo desagradable a veces nos aferramos a lo negativo, y se siente feo, experimentamos tristeza y dolor. Pensamos en todas las posibilidades negativas del futuro, magnificamos lo que es pequeño y nos adelantamos a esos riesgos antes de que existan porque hemos puesto requisitos a la felicidad, y nos da miedo que no se cumplan y todo esto, al final del día, tan sólo nos estorba para ver la solución de los problemas, de ver lo que sí hay y las opciones de salida.
Pensamos que al preocuparnos estamos realmente preparándonos para hacerle frente a lo malo, y viendo lo negativo estamos haciendo algo para que no suceda. Incorrecto. Es algo que aprendimos, pero no es cierto. No porque te preocupes solucionarás el problema. No porque veas lo negativo significa que te estás preparando a afrontar el riesgo.
Cuando ocurre algo que no nos gusta o que nos entristece básicamente lo que tenemos que hacer es dejar el negativismo y empezar a ver la salida, la solución. No podemos estar todo el tiempo con pensamientos malos. Conversa con alguien que te ayude a encontrar opciones de solución si crees que no existe. Recuerda que preocuparte es lo que haces antes de ocuparte, así es que deja de preocuparte, y pasa a la acción. Ocúpate, haz algo al respecto y si no está en tus manos hacer nada, entonces confía y deja que suceda lo que tiene que suceder.
Cuentas con el poder y fuerza necesaria para salir adelante de cualquier crisis. En ocasiones éstas llegan a tu vida como parte aguas hacia un nuevo paradigma de creencias y estilo de vida y para acercarte a la plenitud emocional. No existen culpables en la vida, solamente somos gente que hace lo mejor en cada momento, con la información que cuenta en cada momento.
Necesitamos y deseamos tener paz, eso nos acerca a la felicidad. La paz es una percepción que tienes súbitamente de que nada te preocupa, de que estás completo y a salvo, de que eres digno de amor y eres amado. La paz como sentimiento, es cuando cesas el conflicto y la lucha interna, cuando dejas de estar en contra de ti, de estarte insultando, criticando, esforzando por cambiar o ser diferente.
Por un día dedícate a hacer…”naaaaaada”. Pasea y déjate sentir. Haz lo por ti lo que te gustaría que los demás hicieran. Y encontrarás la paz. Sí, porque ella está dentro de ti, alrededor de ti, impregnada en ti. Definitivamente no importa el lugar en el que estés físicamente, siempre puedes encontrarla en tu interior porque ahí habita, ahí está todo el tiempo, aunque no lo creas, está en un rincón de tu ser que realmente no podría saberse si es tu mente, alma o cuerpo, pero una vez que la contactas, se expande en esas tres áreas de tu ser.
Pensamos que la alegría llega cuando tenemos la salud perfecta, cuerpo perfecto, familia perfecta, emociones perfectas y estables… vida perfecta. Y entonces, convertimos el sentirnos alegres en un reto, y a veces, en un imposible. Piénsalo, cada vez que has sentido alegría en tu vida tu mente estaba en el momento presente, existía una ausencia de pensamientos, simplemente estabas experimentando la vida y a ti mismo en ese instante. Cuando experimentas alegría, te dejas llevar por la experiencia, por el momento, dejas de cuestionarte por el futuro y agobiarte por el pasado, estás aquí y ahora.
Por eso, la propuesta de hoy es salir de la rutina, de esa rutina a la que inconscientemente nos vamos apegando cada día. Prueba a encarar el día con un ánimo diferente. No dejes que tu mente se ponga en piloto automático y empieces con la secuencia: Trabajo, trabajo, trabajo, almuerzo, trabajo, café, trabajo y salida. Y luego llegar a casa y más trabajo, comida, trabajo…
Hagamos un día diferente. Este día al levantarte, deja sin hacer la cama. Date un baño largo con musiquita... Consiéntete un rato. Vístete y sal a la calle sonriendo, olvídate esta mañana de arrugas, años y canas (si los tienes). No tomes el desayuno que acostumbras cada día, cómete eso que tanto te gusta y nunca lo haces porque te engorda, y si la báscula te mira, hazte la ciega y la sorda... Que comience tu mañana con mucha alegría. Haz una travesura como cuando eras un niño. Guiña un ojo a quien veas muy serio. Toma las cosas con humor. Convierte tu "día normal" en una exquisita feria ¡Y verás cuanto disfrutas rompiendo con la rutina! Saluda a un desconocido, como si fuera un amigo. Y retírate sonriendo, mientras dices "Saludos a Juana... dile que la voy a llamar", verás que es todo un poema la cara con que se queda. Sin duda el rostro refleja lo que en el alma se siente Y la actitud, más que los años, es lo que en realidad avejenta. ¡Cuántos jóvenes conozco que pasan de los setenta! ¡Y ancianos que aún no cumplieron veinte! Así que, qué esperas… ¡VE! ¡SE FELIZ!
Hay que ser feliz, aunque solo sea por joder.